Entre los grandes artistas norteamericanos que protagonizaron la revolución que supuso el expresionismo abstracto en el panorama del arte internacional, Sam Francis ocupa un lugar significativo. Tras alistarse en el ejército y sufrir un accidente de avión durante un entrenamiento, se vio forzado a una larga convalecencia. Es entonces, cuando Francis descubre su vocación, y desde la cama del hospital en la que permaneció durante 4 años empieza a pintar lo que ve: cielos, nubes y efectos de luz. Entre los lotes que podrás adquirir en la próxima subasta de arte contemporáneo del día 23 contamos con esta obra sobre papel realizada durante los primeros años de la década de los años 60.
Sus 40 años de trayectoria y su presencia en Europa y Asia, así como en su país natal, dan testimonio de la vitalidad ininterrumpida del arte americano. Pese a que en un primer momento se le relacionara con la Escuela de Nueva York, su obra se encuentra íntimamente emparentada con la abstracción propia de la Bay Area de San Francisco, encabezada por Mark Rothko y Clyfford Still. Al contrario de Jackson Pollock o Willem de Kooning, el arte de Francis nunca poseyó las marcas gestuales ni la crudeza de estos, inclinándose hacia una abstracción en la que prevalece la mancha por encima del gesto,
Sin embargo, la evolución de la pintura de Sam Francis discurre entre distintos estilos como el minimalismo el neoplasticismo o el constructivismo, los cuales asimila de un modo muy personal. En todas sus etapas, se impone una misma constante: su preocupación por la luz y el color heredera de la tradición francesa del color personificada en Claude Monet, Paul Cézanne o Henri Matisse. De hecho, su estancia en París comportó un giro hacia una pintura más lírica y fragante vinculada a su ulterior interés por la pintura oriental.
La composición que nos ocupa pertenece a las denominadas Open paintings o Edge paintings de los años 1965-69, en las que, influido por la pintura color-field, las manchas de color corren, encierran o liberan el espacio virgen, conocido como vacío incendiado. En este caso la pintura es expulsada hacia los límites del rectángulo del papel para exhibir un blanco libre, limpio y claro en la mayor parte de la superficie. Respecto a este tipo de pinturas el propio Francis nos da la mayor clave interpretativa afirmando que “El centro está reservado para vosotros” Asimismo, y rompiendo con la idea de las líneas puras propia del constructivismo, Francis deja, como denotan las gotas de pintura derramadas, espacio al azar y a la expresividad del propio material pictórico.
En subasta hasta el próximo 23 de diciembre en Setdart.com