Rafa Macarrón: el triunfo del arte contemporáneo español
El arte contemporáneo español vive una nueva edad de oro gracias a artistas que, como Rafa Macarrón, han alcanzado el olimpo del mercado del arte internacional.
Tal y como asegura el propio Rafa Macarrón, crecer en una familia como la suya fue una verdadera suerte. Gracias a ella, desde muy pequeño pudo vivir sumergido en un ambiente cultural que le permitió descubrir su vocación artística a la que pudo dar rienda suelta con una libertad absoluta.
De hecho, y a pesar de ser autodidacta, tuvo el gran privilegio de convivir con artistas de la talla de Juan Barjola al que visitó asiduamente en su estudio. Siguiendo los consejos de Barjola, Macarrón decidió no matricularse en las Escuela de Bellas Artes para que, como le advirtió su maestro, no apagaran la esencia genuina y verdadera de su carácter creativo.
De este modo, nació una personalidad artística cuya idiosincrasia inclasificable no está exenta de múltiples referentes e influencias entre los que encontramos retazos de personalidades tan dispares como la de Basquiat, Dubuffet, Picasso, Miró, Hernandez Mompó o Goya.
Tal y como Macarrón admite, el influjo del genio malagueño estuvo presente desde su infancia tomando de él las altas dosis de humor que a menudo tiñen su obra. Por otro lado, la figuración fantasiosa que cultiva nos remite a la tradición expresionista y surrealista, encontrando en el arte de Miró o Arschile Gorky el germen de los personajes híbridos e incluso oníricos que pueblan sus creaciones. Por último, en este caso las referencias a Goya y su icónico Perro semihundido se hacen especialmente latentes en esta pieza, cuya expresividad logra alcanzar aquí sus cuotas más elevadas con los mínimos recursos plásticos.
Su obra se convierte de este modo, un magnífico relevo artístico de lo mejor de la tradición pictórica española contemporánea, cuya herencia transluce en piezas tan características como la que hoy nos ocupa.
Su universo creativo se construye bajo una particular vision de la vida cotidiana y de sus propias vivencias y sentimientos, reflejados aquí en la figura del perro. La escultura, inspirada en el afecto de Macarrón por las mascotas y del recuerdo de sus paseos por la naturaleza con su perro, encierra la esencia de su arte, cuyo poder expresivo y vitalista se condensa en unas formas y colorido tan exagerado como sintético. De hecho, en palabras del propio artista el suyo es un trabajo “expresionista, porque nace de un gesto, pero también un tipo de nueva figuración” En este sentido, las figuras alargadas y desproporcionadas hasta la deformación se convertirán en una seña de identidad de su obra, a través de las cuales otorgará un alma propia a cada uno de los personajes a los que da vida. A través de figura del perro, a la que ha recurrido en más de una ocasión, Macarrón despliega y hace aflorar en el espectador un catálogo de sensaciones y sentimientos encontrados que, entre la ternura y un cierto patetismo, reflejan la complejidad del ser humano.
En definitiva, Rafa Macarrón forma parte de una generación de artistas que han vuelto a situar el arte español en lo más alto del panorama internacional. Prueba de ello, es el rotundo éxito que alcanza tanto en las escasas ocasiones que su obra irrumpe en el ámbito de las subastas como en las múltiples exposiciones que desde hace años se llevan realizando alrededor de todo mundo.
Su licitación es, por tanto, una ocasión única para aquellos amantes del arte contemporáneo que quieran incorporar a su colección a uno de los artistas más deseados y cotizados s de la escena artística actual.