El pueblo gitano, más allá del estereotipo. José Mongrell y Joaquín Sorolla
La fascinación de los artistas con la vida errante del pueblo gitano viene de antiguo, pero fue sobre todo desde época romántica cuando esa atracción trascendió la mera búsqueda de temas pintorescos o exóticos. La imagen que el artista romántico empezó a granjearse de sí mismo (y que se intensificaría con los pintores de las primeras vanguardias) encontró en la figura del gitano un modelo con el que ilustrar suapuesta por la bohemia y su compromiso antiburgués.
Recordemos las pinturas de caravanas y campamentos gitanos asentados en las cercanías de Arlés que pintara Van Gogh, o los numerosos retratos de gitanas que realizó KeesVan Dongen o, en el ámbito español, Isidre Nonell, Ignacio Zuloaga o Joaquín Sorolla.
Sorolla, en paralelo a su temática de mar y playa, desarrolló una importante producción de tema gitano, inmortalizó sus bailes y fiestas, así comola belleza de sus mujeres. Un alumno destacado del maestro valenciano, José Mongrell (Valencia, 1870 – Barcelona, 1937), no sólo heredó la técnica colorista del maestro, también sus intereses temáticos. La pintura que Setdart subastó tiene la peculiaridad de mostrar el tema mitificado por tantos artistas (un campamento gitano) junto al retrato del propio Sorolla.
El tema es singular: Sorolla se encuentra frente a una mujer gitana que parece estar leyéndole la mano. Se establece entre ambos un diálogo mudo a través del cruce de miradas. Sorolla baja la cabeza quedándose en actitud reflexiva, quizás tras escuchar las palabras admonitorias de la gitana. El curtido rostro de ella, envuelto en un pañuelo, se muestra endurecido pero al mismo tiempo bondadoso.
Mongrell se revela un auténtico maestro en la captación psicológica de sus personajes: aquí, el diálogo silencioso nos atrapa por el magnetismo misterioso de las expresiones, que siempre preservan una dignidad impenetrable. Mongrell va más allá de los géneros, pues aquí se mezcla el tema social con el costumbrismo y con el homenaje a su amigo mentor. Domina la escena una paleta cálida que refleja el sol mediterráneo: un intenso azul cerúleo repercute en la variedad de ocres, pardos y rojizos contrastados, aunque entonados y equilibrados, con los luminosos blancos y amarillos de los atuendos.