El Legado de los grandes artistas del Siglo XX y XXI
Importante colección particular
Coleccionar arte es una de las actividades más apasionantes, complejas y enigmáticas que el ser humano ha desarrollado desde tiempo inmemorial. ¿Pero qué motivaciones mueven a un determinado individuo a dedicar parte de sus recursos vitales y económicos a la compra de arte de manera apasionante, constante y consciente?
En este aspecto, el extraordinario conjunto de más de 100 obras marcará un antes y un después en el mercado del arte nacional es un ejemplo paradigmático de una colección de arte contemporáneo, forjada a base de un minucioso trabajo de investigación desarrollado a lo largo de dos décadas con un ojo experto y una pasión y sensibilidad artística que translucen en cada obra. En este sentido, el artífice de haber atesorado este antológico conjunto de obras nos demuestra, una vez más, que cualquier buena colección que se precie debe ser entendida como un ente en continuo desarrollo que evoluciona a medida que nuestra comprensión, conocimientos e intereses lo hacen.
De formación científica, pero con una intuición y espíritu creativo innato, nuestro coleccionista se inició en el apasionante sendero del mundo del arte contemporáneo a raíz de su crecimiento como profesional dentro del mundo de la publicidad. Sus viajes alrededor del mundo le brindaron la posibilidad de descubrir lo que él denomina “arte en movimiento”, aquel que, en mitad del bullicio y ritmo frenético de ciudades como New York, es capaz de transformar la vida cotidiana. De hecho, fue precisamente en la ciudad de New York cuando la visión a través de la ventanilla de su avión de los miles de pañuelo ondulantes de tonos azafranes que Christo había instalado en sus “Gates” de Central Park, hizo aflorar una necesidad de experimentar con el arte contemporáneo, que desembocó en su irrefrenable pasión por el coleccionismo.
Hablando con él, tomamos consciencia de la profunda significación que le otorga al hecho de coleccionar y, por tanto, de la trascendencia e impacto que el arte ha supuesto en su trayectoria vital. La epifanía que sintió tras su encuentro con la obra de Christo le hizo entender la capacidad transformadora del arte, cuyo poder trasciende lo meramente estético para incidir en las capas más íntimas de la psique humana.
En este aspecto, cada una de las obras meticulosamente seleccionadas encarnan una narrativa, una historia que espera ser descubierta e interpretada de nuevo con cada mirada, evolucionando constantemente a medida que nosotros lo hacemos. De hecho, la relación que se establece entre el arte y la ciencia a través de muchos de los grandes artistas que forman parte de la colección, es una muestra más del vínculo indivisible que para él existe entre la vida y el arte, actuando como dos caras de una misma moneda que se retroalimentan y enriquecen entre sí.
La colección, desarrollada en un marco temporal que abarca desde las segundas vanguardias hasta las expresiones artísticas más actuales es, en su conjunto, un fascinante relato del legado que artistas del calibre de Andy Warhol, Tom Wesselmann, Keith Haring, Christo, Jean Dubuffet, Karel Appel, Pierre Alechinsky, Peter Haley, Damien Hirst, Bernar Venet, o Jan Fabre han brindado a la historia más reciente. La amplia gama de medios que, desde la pintura y escultura hasta las instalaciones, el arte conceptual y la fotografía, encuentran una sólida y reveladora representación y se convierten no solo en un vívido testimonio de la evolución de la práctica artística, sino también en una evidencia de la propia evolución como sociedad.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, una nueva etapa sacudió el panorama artístico: se iniciaban las segundas vanguardias y con ellas un periodo fértil y creativamente intenso en el que los diferentes estilos y movimientos se sucedían a un ritmo frenético. La crisis política y cultural que asoló Europa favoreció que la capital artística mundial se desplazara de París a New York. En este sentido, la colección que presentamos refleja y propicia el dialogo que se estableció entre las propuestas artísticas de ambas capitales. De la mano de artistas tan determinantes como Andy Warhol, David Hockney, Jean Dubuffet, Keith Haring, Sam Francis, Pierre Alechinsky, Victor Vasarely, Christo o Ives Klein iniciamos un apasionante viaje que nos introduce en el informalismo, siguiendo con el pop art, el arte cinético o el nuevo realismo hasta llegar a la irrupción del arte conceptual.
En las últimas décadas y avanzando al ritmo que marcaron las vanguardias, las corrientes artísticas emergieron y se retroalimentaron entre si con una rapidez fascinante, desdibujando los límites entre las diversas tendencias que han dado forma al paisaje artístico actual. La multiplicidad de perspectivas, influencias culturales y visiones individuales que conforman la práctica artística contemporánea, transluce mediante la infinidad de estilos y técnicas que, como ya nos planteara el arte conceptual, han revolucionado la propia noción de arte.