Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia (1649 – 1704). “Aparición de la Virgen con el Niño a San Felipe Neri”.
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RUIZ DE LA IGLESIA, Francisco Ignacio (1649-1704).
“Aparición de la Virgen con el Niño a san Felipe Neri”, hacia 1690-1703.
Óleo sobre tabla.
49 x 39,5 cm; 58,5 x 48 cm (marco).
Esta obra ha sido atribuida a Ignacio Ruiz de la Iglesia por Ismael Gutiérrez Pastor, de la Universidad Autónoma de Madrid (“Archivo español de arte”, LXXXVI, 342, abril-junio de 2013, pp. 143-162). Gutiérrez Pastor indica que esta obra integra un retrato de san Felipe Neri y una alusión a la Madonna della Vallicella, iglesia romana sede de la Congregación del Oratorio de Feilippo Neri. Continúa señalando que no se refiere a ningún episodio concreto de la vida del santo, sino que busca la exaltación tanto de la devoción de san Felipe por la Virgen como la protección de María hacia una fundación puesta bajo su patrocinio, y que precisamente esto convirtió a la obra en la iconografía devocional más popular de san Felipe Neri durante su proceso de beatificación (1615), éxito que se acrecentó incluso tras la canonización (1622). Respecto a la iconografía, el estudioso señala que sigue modelos italianos, con el santo vistiendo la sotana negra de sacerdote en lugar de la casulla, dado que no se trata de una escena sacramental o milagrosa, sino cotidiana. Asimismo, nos hace ver que el rostro y barba blanca del santo siguen los retratos que se le hicieron en vida, a finales del siglo XVI.
La tabla nos muestra a san Felipe en una terraza abierta, arrodillado y con los brazos abiertos, contemplando a la Virgen que se aparece, con el Niño en el regazo, en la zona superior izquierda del cuadro, en una composición acusadamente diagonal, típica del barroco pleno. Completan la escena dos ángeles niños que portan una corona de rosas y una rama florida de lirios, símbolo de la pureza de María. Junto al santo, en el suelo, vemos el bonete emblema del Oratorio. Como único elemento iconográfico del santo, podemos ver la llama sobre su pecho, símbolo del prodigio de la dilatación del corazón por obra del Espíritu Santo, ocurrida mientras san Felipe oraba en la catacumba de San Sebastiano de Roma el día de Pentecostés de 1544.
Gutiérrez Pastor basa su atribución a Ignacio Ruiz de la Iglesia en un profundo estudio formal, en el que señala en primer lugar que la composición, en diagonal escalonada, es un esquema propio del barroco madrileño. Indica asimismo otros elementos propios de esta escuela, como las formas redondeadas de los ángeles y sus cabelleras rubias. Finalmente elabora un estudio comparativo, donde señala las similitudes entre esta tabla y otras de composición similar tradicionalmente relacionadas con Claudio Coello y recientemente atribuidas a Ruiz de la Iglesia: el dibujo de la “Aparición de la Virgen del Rosario a santo Domingo de Guzmán” (Londres, British Museum), y el lienzo de la “Aparición de la Virgen del Carmen a un caballero de Santiago” (Sevilla, colección particular). Además de estas similitudes, el estudioso indica detalles formales comunes con otras obras del mismo autor como la “Inmaculada Concepción” de 1682 (Boston, Museum of Fine Arts) o el “Martirio de san Andrés” de Casarrubios del Monte (1696). Por otro lado, resalta asimismo en su texto la importante devoción que Ruiz de la Iglesia y su esposa, Ana Vázquez de Parga, profesaban a san Felipe Neri.
Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia fue pintor y grabador, miembro de la escuela barroca madrileña, nombrado en 1701 pintor de cámara de Felipe V. Inició su formación en el taller de Francisco Camilo, donde permaneció entre 1662 y 1666, y posteriormente la completó con Juan Carreño de Miranda, pintor con el que colaboró en las escenas de la capilla de San Isidro en la iglesia de San Andrés de Madrid. También trabajará con José Jiménez Donoso y Claudio Coello, de quienes aprendió rasgos formales propios de la pintura decorativa y también las técnicas del temple y el fresco. Ruiz de la Iglesia realizó principalmente obras de tipo religioso, muchas de ellas frescos en iglesias madrileñas, hoy todas perdidas. También pintó decoraciones palaciegas, como las que proyectó para la celebración de la entrada en Madrid de la reina María Luisa de Orleans (1679) o sus trabajos en el Palacio del Buen Retiro, que le valieron el título de pintor del rey en 1689. A prartir de su nombramiento como pintor de cámara realizará asimismo varios retratos de Felipe V. Como grabador, Ruiz de la Iglesia realizó la serie “Noticias historiales de la enfermedad, muerte y exequias de la esclarecida reina de las Españas doña María Luisa de Orleans”; de Juan de Vera Tassis y Villarroel (Madrid: Francisco Sanz, 1690). Actualmente se conservan obras suyas en el Museo del Prado, la catedral de Valladolid, el Museo Municipal de San Telmo en San Sebastián, el convento de las Calatravas en Madrid y otras colecciones públicas y privadas.
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