Tras comenzar su carrera a mediados de los años cincuenta y debutar individualmente en 1957 en La Felguera (Asturias), Úrculo se traslada en Madrid para desarrollar su formación en el Cïrculo de Bellas Artes, gracias a una beca obtenida ese mismo año, otorgada por el Ayuntamiento de Langreo. En Madrid se inicia la que será su primera etapa, denominada por la crítica como expresionismo social, que se prolongará durante los años sesenta, hasta la crisis creativa que le llevó a instalarse en Ibiza en 1966. En Madrid se dedica a pintar el ambiente mísero de las fábricas y los suburbios, con una clara intención de denuncia social. Dos años más tarde, en 1959, logra su sueño de trasladarse a París, si bien este primer viaje será breve, no tan importante para su estilo como el segundo que realiza, en 1961.
Tras el paréntesis del servicio militar, cuando pintó las únicas obras abstractas de su carrera por influencia de Eduardo Westerdahl, Úrculo expone en Marbella en 1961 y allí conoce a Jean Cocteau, a cuyo lenguaje se aproximará notablemente por esta época. En estos años, y en gran parte debido a sus experimentos con la abstracción, su obra adquiere una nueva riqueza plástica, una mayor soltura con la materia.
Familia Asturiana. Valor estimado: 12000-15000€
Ese mismo año, tras un breve paso por Madrid, regresa a París y conoce a Alberto Giacometti, Man Ray y Max Ernst. Tras un breve paso por España vuelve a la capital gala en 1962, y allí se afianzará su lenguaje expresionista figurativo de claro fondo social, ahora con un renovado ímpetu que incide en la violencia sufrida por los protagonistas de sus obras.
Tras su crisis creativa de 1966 Úrculo realiza un viaje por el norte de Europa en el cual descubrirá el pop art europeo y americano, lo que dará un giro definitivo a su lenguaje, apartándose del expresionismo social para emprender nuevos caminos ya de clara línea pop. Desde entonces la obra de Úrculo estará marcada por un realismo basado en un colorido muy vivo y, ya entrados los años setenta, por temáticas eróticas, satíricas y críticas. En 1992 regresa a París, y con esta nueva visita se inicia la que fue la última etapa de su carrera. Úrculo añadió entonces a su repertorio la temática del viajero enfrentado a la gran ciudad moderna, una variante irónica de la figura del romántico sobrecogido ante el paisaje. Esta evolución formal pudo verse a través de las numerosas exposiciones individuales que celebró por medio mundo desde 1959, así como en antológicas (Centro Cultural de la Villa de Madrid, 1997, y Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella, 2000).
Actualmente Úrculo está presente en numerosos museos y colecciones de arte moderno, entre ellos el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Galleria Nazionale d’Arte Moderno de Roma, la Biblioteca Nacional de Madrid, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, las colecciones AENA, Testimoni y Fundesco, el Museo del Dibujo Castillo de Larrés, el de Arte Contemporáneo de Vilafamés y otros.
Algunas obras que podrán encontrar encontrar en subasta en las próximas fechas.
Fiesta popular. |
Fémina. |
El sol nunca allumó tanta negrura. |
Dos mujeres |
Sin título |