TITO CITTADINI (Buenos Aires, 1886 – Mallorca, 1960). “Carrer Calvari de Pollença”.
CITTADINI PODESTA, Tito (Buenos Aires, 1886 – Pollença, Mallorca, 1960).
“Carrer Calvari de Pollença”, 1932.
Óleo sobre cartón.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 56 x 50 cm; 71 x 65 cm (marco).
Hijo del periodista argentino de origen italiano Basilio Cittadini, Tito Cittadini inició en 1907 estudios de Arquitectura en Buenos Aires, pero pronto decide abandonarlos para dedicarse totalmente a la pintura. Inició su carrera dentro de un estilo academicista y figurativo, que abandonó pronto atraído por las nuevas corrientes pictóricas de su época.
Emprende entonces un viaje por Europa, y en 1910 se instala en París, donde estudió junto al también argentino Raúl Mazza en el taller de Anglada Camarasa, desde 1911. Desde París, por influencia del maestro, viajó por España en varias ocasiones a partir de 1912, y en 1913 llega por primera vez a Mallorca.
En 1914, con motivo del estallido de la Primera Guerra Mundial, sigue a Anglada Camarasa y se instala definitivamente en dicha isla, donde el maestro catalán había fundado la Escuela de Pintura de Pollensa, de la que Cittadini pasó a ser codirector. No obstante, desde Mallorca realizará frecuentes viajes al extranjero. En 1950 tuvo una participación destacada en la Exposición Internacional de Pittsburgh, Estados Unidos, y ese mismo año fundó, junto a otros artistas, el Grupo de Acuarelistas Baleares.
Fascinado por el paisaje y las costumbres baleares, Cittadini dedicó su pintura a la representación de personajes, paisajes y costumbres de las islas, con un personalísimo estilo que, aunque evidencia influencias de Anglada Camarasa y del impresionismo, se distingue por la sutileza de sus figuras, una paleta clara y cálida, una armonía compositiva basada en la geometría y un magistral manejo de los planos cromáticos. Sus obras, aparentemente sencillas, cuentan con un profundo trasfondo de estudio de perspectivas, planos y composición, cuyo resultado son obras marcadas por una calmada vitalidad.
Para ello, por otra parte, recurrió frecuentemente a la acuarela. Aparte de su obra plástica, Cittadini dejó también un importante legado escrito que incluye aforismos, pensamientos estéticos, colaboraciones periodísticas, etc., destacando especialmente su “Vademécum del aspirante a pintor”, publicado en 1965. Gran parte de la producción de Cittadini está recopilada en museos mallorquines, como el de Pollensa, el de Arte Español o el Krekovic, aunque también está representado en otros centros como el Museo de Bellas Artes de La Plata o el Museo del Prado (obra en depósito en el Ministerio de Justicia).
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