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Pablo Picasso (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).

PICASSO

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PICASSO, Pablo (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
Sin título.
Dibujo a tinta y carbón sobre papel, por ambas caras.
Adjunta certificado de autenticidad, emitido por Maya Picasso.
Medidas: 31 x 19 cm; 58,5 x 45 cm (marco).

 

Este conjunto de dibujos a carboncillo y tinta, realizados por ambas caras del papel, ilustra la maestría del trazo del genial Picasso, su capacidad de captar no sólo formas y volúmenes sino también expresiones y espacios con tan sólo unos pocos trazos. Pero, además, funciona como una ventana a la mente del artista; estos esbozos rápidos, mitad imaginarios mitad tomados del natural, nos hablan de las inquietudes e intereses plásticos de Picasso, de su reflexión sobre la línea, de su interés por el desnudo femenino y por las escenas del pasado, de su forma de estudiar el cuerpo y el rostro humanos. Especialmente expresiva es la figura femenina esbozada en el ángulo superior derecho de uno de los lados del papel. Mientras que en el dibujo a tinta vemos una línea fina y sinuosa, casi caligráfica, en este boceto al carboncillo el trazo adquiere agresividad, intensidad cromática y profundidad, independizándose prácticamente de la forma, como una evidencia de la libertad creativa de un artista que, en dibujos como este, realizados de forma rápida, se muestra más pura que en ninguna otra obra.

Pablo Ruiz Picasso es el gran genio de la pintura contemporánea. Creador del cubismo junto con Braque, su capacidad de invención y de creación le sitúa en la cima de la pintura mundial. Nació en Málaga, donde su padre era profesor de dibujo y director del Museo Municipal. La familia Ruiz Picasso pronto se traslada a La Coruña, y de allí a Barcelona, donde el joven Pablo inicia sus estudios artísticos en la Escuela Provincial de Bellas Artes (1895). Aunque el de la escuela es un estilo totalmente académico, el pintor pronto entra en contacto con grupos modernistas que hacen cambiar su forma de expresión. Tan sólo dos años después, en 1897, Picasso realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. París se va a convertir en la gran meta de Pablo y en 1900 se traslada a la capital francesa por un breve periodo de tiempo. Al regresar a Barcelona, empieza a trabajar en una serie de obras en la que se observan las influencias de todos los artistas que ha conocido o cuya obra ha visto. Es una esponja que lo absorbe todo pero no retiene nada; está buscando un estilo personal. Entre 1901 y 1907 se desarrollan la Etapa Azul y la Etapa Rosa, caracterizadas por el uso de esos colores y por su temática con figuras sórdidas, aisladas, con gestos de pena y sufrimiento.

La pintura de estos años iniciales del siglo XX está viviendo continuos cambios y Picasso no puede quedarse al margen. Se interesa entonces por Cézanne, y partiendo de su ejemplo va a desarrollar una nueva fórmula pictórica junto a su amigo Braque: el cubismo. Pero Picasso no se queda ahí y en 1912 practica el collage en la pintura; a partir de este momento todo vale, la imaginación se hace dueña del arte. Picasso es el gran revolucionario y cuando todos los pintores se interesan por el cubismo, él se preocupa por el clasicismo de Ingres. El movimiento surrealista de 1925 no le coge desprevenido y, aunque no participa abiertamente, le servirá como elemento de ruptura con lo anterior, introduciendo en su obra figuras distorsionadas con mucha fuerza y no exentas de rabia y furia. Igual que ocurre con Goya, a Picasso también le influye en gran medida la situación personal y social a la hora de trabajar. Sus relaciones con las mujeres, frecuentemente tumultuosas, van a afectar seriamente a su obra. Sin embargo, lo que mayor impacto tuvo en Picasso fue el estallido de la Guerra Civil española y el bombardeo de Guernica, que provocó la realización de la obra más famosa del arte contemporáneo. París fue su refugio durante mucho tiempo, pero los últimos años de su vida los pasó en el sur de Francia, trabajando en un estilo muy personal, con vivos colores y formas extrañas.

Picasso está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.
 

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