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RAMÓN SANVISENS MARFULL (Barcelona, 1917-87), “Noia amb flors”.

LOTE EN SUBASTA

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Lote en subasta:

SANVISENS MARFULL, Ramón (Barcelona, 1917-87).
“Noia amb flors”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado al dorso.
Medidas: 90 x 116,5 cm; 112,5 x 138 cm (marco).

 

Sanvisens inicia en 1933 su formación en la Escuela de Artes y Oficios del Clot, Barcelona, como discípulo de Domènec Soler. Dos años después ingresa en la Escuela de La Lonja de Barcelona, donde tuvo como maestro a Luis Muntané. Durante la Guerra Civil fue movilizado, pero al terminar la contienda retoma sus estudios en La Lonja, esta vez como seguidor de Monreal y Tejada, Miquel Farré, Francesc Labarta y Enric Monjo. En 1944 realiza su primera exposición individual, en las Galerías Españolas de Barcelona. Al año siguiente se traslada a París, donde estudió a Van Gogh, Cézanne, Gauguin y Bonnard. En 1946 obtiene una beca para desplazarse a Holanda y estudiar a Rembrandt, Vermeer y Hals. Regresa al cabo de un año a Barcelona y obtiene una plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi, de la que será nombrado secretario en 1971. En paralelo Sanvisens funda su propia escuela de arte, en el año de 1949.

Ya plenamente consagrado, Sanvisens celebró exposiciones en destacadas salas de arte de Barcelona, como Barcino, Syra, Rovira, La Pinacoteca y Noucents, así como en Igualada, Sitges y la ciudad italiana de Bolonia. En 1975 Sanvisens abandonó todos sus cargos al agudizarse una enfermedad en el ojo izquierdo y al producirse los primeros síntomas de una insuficiencia respiratoria crónica; en 1986 se celebró la última exposición en vida del pintor, organizada por la Fundación La Caixa de Barcelona, muestra que se exhibió después en Madrid. Tras su muerte, en 1987, le fue dedicado un homenaje en el Círculo Artístico de Sant Lluc.

Su pintura, de carácter postimpresionista en sus inicios y siempre arraigada en las tradiciones catalana y francesa, fue evolucionando hacia un fauvismo con ciertos matices expresionistas. Conecta asimismo con el paisajismo colorista de Joaquín Mir, a quien conoció mientras pintaba paisajes en Gualba en 1940, para derivar después en un creciente protagonismo del color en la línea de los “fauves” franceses. A lo largo de su carrera obtuvo diversos reconocimientos por su obra, entre ellos las Medallas Masriera de Oro y de Plata y otros galardones en la Escuela de Sant Jordi y la Bienal de Arte de Montblanc. Actualmente Sanvisens está representado en los principales museos de Cataluña, entre ellos el de Arte Contemporáneo de Barcelona.

En este lienzo Sanvisens nos ofrece una íntima escena de interior, que no llega a ser un bodegón ni tampoco un retrato, sino más bien una instantánea de la vida cotidiana del artista, de su propio espacio personal. Mostrándose fiel heredero de Matisse, el maestro catalán utiliza un dibujo firme y sencillo, reducido a su esencial, como estructura de un cuadro que será finalmente todo color, sin más línea que la definida por alguna pincelada ocasiones que remarca un borde iluminado o una sombra. Se trata de una imagen vibrante y apasionada, donde el color lo es todo; el color crea forma y también volumen, atmósfera, luz y sombra, expresión y detalle.

Y, como muestra de su raíz fauvista, Sanvisens utiliza un cromatismo que, aún apegado al modelo real, se muestra libre, independiente casi del modelo especialmente en ciertas zonas, como se aprecia con mayor intensidad en el fondo. Así, mientras en los primeros términos, donde vemos a una mujer tocando la mandolina junto a una mesa con un gran ramo de flores, el color aparece en cierto modo contenido y controlado, aunque sin perder su intensidad ni su vibración, en el fondo del espacio, reflejando profundidad pero también rompiendo con el espacio tradicional, el cromatismo fluye en aparente libertad, a base de manchas irregulares, cambiantes, amplias pinceladas y otras más cortas, colores en contraste yuxtapuestos, etc.

 

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