Written by admin

PITXOT SOLER, Antoni (Figueras, Girona, 1934). Lote 34003474

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

PITXOT SOLER, Antoni (Figueras, Girona, 1934).
“Paisaje con figuras”, 1993.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 97 x 130 cm; 117 x 159,5 cm (marco).

Sobrino del también pintor Ramón Pichot, Antoni Pichot o Pitxot vive con su familia en San Sebastián desde 1946 hasta 1964. Allí inició su formación con el profesor de dibujo Juan Núñez Fernández, quien también lo había sido años antes de Dalí en Figueras. En los años cincuenta inicia su carrera dentro de un realismo de raíz expresionista, dándose a conocer a través de diversas exposiciones en San Sebastián, Barcelona, Madrid, Bilbao y Lisboa.
En 1964 se instala definitivamente en la casa familiar de Cadaqués. En este periodo su obra sufrirá un giro decisivo, ya que Pichot dirige su atención al estudio de los objetos de su entorno. Esto le llevará a utilizar las piedras de Cadaqués, de las cuales hace surgir visiones anamórficas, antropomórficas y alegóricas, con las que entronca con una corriente subterránea de la pintura occidental que va desde ciertos maestros del manierismo italiano hasta el surrealismo. También en estos años inicia su relación con Salvador Dalí, al que unirá desde entonces una gran amistad. El gran maestro surrealista será desde entonces su protector, y en 1972 le propone instalar una exposición permanente de su obra en el Teatro-Museo de Dalí en Figueras, inaugurada dos años más tarde. En 1975, en colaboración con Salvador Dalí realiza los cuatro “monstruos grotescos” del patio interior del Teatro-Museo. Entre Pichot y Dalí se establece una gran comunicación y una complicidad estética. Así, por ejemplo, en 1958 Pichot trabaja en la exposición “La batalla de Constantí”, que presenta en Barcelona. El tema de la batalla es inspirado por una conversación con Dalí, que le explica que las rocas de la playa de Sa Conca en Cadaqués ya configuran por sí solas múltiples batallas. Actualmente, Pichot es el director del Teatro-Museo Dalí, además de patrón vitalicio y vicepresidente segundo de la Fundación Gala-Salvador Dalí. En 2004 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
En esta obra Pitxot plasma un paisaje a medio camino entre lo onírico daliniano y la representación expresionista del paisaje, aprovechando al máximo las posibilidades expresivas del óleo para conformar texturas, calidades y planos de color que adquieren un inusitado relieve, un cierto aire de collage tridimensional que engaña al ojo y le sugiere espacios múltiples dentro de uno solo. De este modo el pintor establece un juego entre la obra y el espectador, entre el espacio real y el pictórico, yendo más allá de la pintura representativa a través de la experimentación formal y matérica, sin perder sin embargo el referente natural.

Written by admin

REGOYOS Y VALDÉS, Darío de (Ribadesella, Asturias, 1857 – Barcelona, 1913). Lote 35013894

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

REGOYOS Y VALDÉS, Darío de (Ribadesella, Asturias, 1857 – Barcelona, 1913).
“El paseo”.
Óleo sobre cartón.
Firmado con iniciales en el ángulo inferior derecho.
Adjunta certificado de autenticidad emitido por Juan San Nicolás.
Medidas: 9 x 14 cm; 31 x 37 cm (marco).

Hijo de un destacado arquitecto activo entonces en Asturias, Darío de Regoyos se formó en Madrid, en la Academia de San Fernando (1878). Pronto, inducido por su maestro Carlos de Haes y por sus amigos músicos, Enrique F. Arbós e Isaac Albéniz, se instaló en Bruselas (1879), donde sería discípulo de Josep Quinaux. En la capital belga entró en contacto con E. Verhaeren, G. Rodenbach y M. Maeterlinck, grupo de jóvenes creadores que fraguaban el principal movimiento cultural belga del fin de siglo, inquietud en la que él mismo tendría un papel eminente. Así, formó parte de los grupos L’Essor (1881-83) y Les XX (1883-93). No obstante, nunca arraigó en ningún sitio; incluso en su etapa belga regresaba con frecuencia a España.
Durante la década de los ochenta residió en el País Vasco, donde revitalizó la ya importante escuela artística moderna local. En 1888 acompañó al escritor Verhaeren en un viaje por España (ya lo había hecho antes con otros compañeros belgas), que sería el germen de su famosa serie “España negra”, publicada en Barcelona en 1899. Con esta obra, Regoyos fue pionero en España de la llamada neoxilografía o xilografía de creación. Si durante la década de 1880 sólo participó en exposiciones en Bélgica y Holanda, en la de 1890 lo haría también en París, tomando parte con asiduidad en el Salón de los Independientes. Desde estos años mostrará también su obra en Madrid, Múnich y Barcelona, ciudad esta última donde su pintura fue homenajeada en 1894 por la plana mayor del modernismo. No obstante su obra, marcada por un impresionismo del que él mismo fue uno de los principales definidores, fue mal aceptada en los ambientes más convencionales.
En Bélgica, Regoyos estuvo también ligado a la sociedad La Libre Esthétique desde su origen (1894), asociación que recogió en este país la herencia de la modernidad artística. En 1897 realizará su primera exposición individual, en la destacada galería Durand-Ruel de París. La segunda, al año siguiente, tendría lugar en Els Quatre Gats de Barcelona, ciudad en la que fue director artístico de la revista “Luz”. Desde 1900 el abanico de sus exposiciones se amplió, siendo su obra mostrada en Bilbao, Frankfurt, Berlín, La Haya, Venecia, Bayona, San Sebastián, Londres, México D.F., Burdeos y Buenos Aires, entre otras ciudades. A principios del siglo XX Regoyos intensificó sus viajes, residiendo entre Granada y Bilbao. En 1911 se instaló en Barcelona, donde moriría dos años después.
Está representado en el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona, el Museo de Bellas Artes de Bilbao y la Colección Gerstenmaier, entre muchos otros museos e instituciones.

 

Written by admin

BISCHOFFSHAUSEN, Hans (Austria, 1927 – 1987). Lote 35003504

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

BISCHOFFSHAUSEN, Hans (Austria, 1927 – 1987).
“Relieve blanco”, París, 1960.
Técnica mixta sobre lienzo, encolado sobre tabla.
Firmado, localizado y fechado al dorso. Con etiqueta de la galería René Métras de Barcelona.
Medidas: 62,8 x 45,5 cm; 64,4 x 48,2 cm (marco).

Hans Bischoffshausen fue un destacado pintor vanguardista y crítico de arte, así como uno de los más importantes representantes de la pintura y las artes gráficas de la Austria contemporánea. Estudió en Feld am See, Freiberg, Berlín y Viena, y en 1946 inició estudios de Arquitectura en la Universidad de Graz, aunque no terminó la carrera.
Artista principalmente autodidacta, inició su andadura ya dentro de la vanguardia, con una obra que revela claros ecos de Paul Klee, si bien muestra ya una fuerte personalidad. Después de dos exposiciones individuales –una en 1957 en la galería cavallino de Venecia y otra en 1959 en la Otto MacDougall de Viena, obtiene el primer Joanneumspreis de Arte Contemporáneo, lo que le permite cumplir su sueño de trasladarse a París. A través de Lucio Fontana, amigo suyo desde 1957, Bischoffshausen entró en contacto con la vanguardia del momento, especialmente con Wolfgang Hollegha, Oswald Oberhuber, Markus Prachensky, Arnulf Rainer, Hans Staudacher, Hans Piccotini y Max Weiler, artistas que ejercieron una importante influencia en las tendencias expresivas e informales abstractas del arte contemporáneo francés de los años cincuenta y sesenta.
En París Bischoffshausen formó con otros artistas el grupo Zero-Avantgarde, y por esos años inicia sus investigaciones sobre las estructuras y el blanco sobre blanco. Realizará relieves estructurales con un lenguaje radicalmente reducido en su forma, y una mínima selección de materiales, llegando incluso a cortar el lienzo, aliviando así la solidez de la superficie pictórica. Esta extensión plástica del lienzo le llevará a la disolución de la frontera entre la imagen y el espacio, a través de sus monocromos negros, blancos y oros, que alcanzan el límite de lo sensible y de la inmaterialidad, ya que quedan fuera de la obra los medios tradicionales de la pintura. Con estas obras Bischoffshausen aborda los grandes temas del espacio, el tiempo, la energía y el silencio. En los años siguientes el pintor abordará importantes proyectos como el relieve para la Manufactura de Porcelana de Sèvres, en Francia, y en 1961 inicia una larga colaboración con la galería Heide Hildebrand (Klagenfurt, Austria). También por estos años celebrará exposiciones en La Haya, Roma y Berna, además de Francia y Austria.
Tras su regreso a Austria, en 1977 se le dedicó una importante exposición retrospectiva en la Kärntner Landesgalerie, que ayudó a la difusión del conocimiento de su obra en su país natal. Tras un periodo experimentado con el oro y el rojo, en los ochenta Bischoffshausen regresa al blanco y vuelve a simplificar sus medios artísticos, que se habían ido complicando con el paso del tiempo. También por estos años viajará a Taiwán, país al que dedicó una serie de obras, y se aislará progresivamente del panorama cultural, volcándose en la creación artística hasta el final de su vida.
A lo largo de su carrera, y ya desde sus inicios, recibió importantes galardones como el Premio d’Isonzo en Gorizia (Italia, 1951), el Förderungspreis del Kärtner Landesregierung (Austria, 1953), el Premio de la Sociedad de Amigos del Arte Contemporáneo de Viena (1960) y el Primer Premio Cultural de la ciudad de Villach (1985), entre otros. Actualmente está representado en la Neue Galerie de Graz, el Museo de Arte Moderno de Kärnten, la Kunsthaus de Klosterneuburg, el Ferdinandeum de Innsbruck, el Museo Liaunig de Neuhaus, el MUSEION de Bozen (Italia) y el Museo Nacional de Arte Moderno de Kyoto (Japón), así como en numerosas colecciones particulares.

Written by admin

MIRÓ I FERRÀ, Joan (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983). Lote

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

MIRÓ I FERRÀ, Joan (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983).
“Les essències de la terra”.
Barcelona; Polígrafa, 1969.
Libro ilustrado con 11 litografías sobre papel Guarro, ejemplar 1005/1100.
Firmado a mano en la hoja de justificación del tiraje.
8 litografías en blanco y negro y 3 a color.
Encuadernación en rústica editorial ilustrada. En su estuche original.
Medidas: 49 x 37 cm (litografías simples); 49 x 75 cm (litografías a doble página); 53 x 41 cm (estuche).Tirada compuesta por 1.120 ejemplares organizados del modo siguiente: 20 ejemplares marcados de la A a la T, acompañados de un estudio original de Joan Miró; 100 ejemplares numerados del 1 al 100, y 15 fuera de comercio numerados del I al XV, con una litografía original a siete colores de Miró, firmada por el autor, acompañada por ocho variantes de la misma litografía enriquecida con dibujos originales complementarios del mismo artista, también firmados; y 1.000 ejemplares numerados del 101 al 1.000 y firmados por Miró.

Joan Miró se forma en Barcelona, y debuta individualmente en 1918, en las Galerías Dalmau. En 1920 se traslada a París y se encuentra con Picasso, Raynal, Max Jacob, Tzara y los dadaístas. Allí, bajo la influencia de los poetas y pintores surrealistas, va madurando su estilo; trata de trasponer a lo visual la poesía surrealista, basándose en la memoria, la fantasía y lo irracional. Su tercera exposición en París, en 1928, supone su primer gran triunfo: el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquiere dos obras suyas. Regresa a España en 1941, y ese mismo año dicho museo le dedica una retrospectiva que supondrá su definitiva consagración internacional. A lo largo de su vida recibió numerosos galardones, como los Grandes Premios de la Bienal de Venecia de y de la Fundación Guggenheim en, el Carnegie de Pintura en, las Medallas de Oro de la Generalitat de Cataluña y de las Bellas Artes, y fue nombrado Doctor Honoris Causa por las universidades de Harvard y Barcelona. En la actualidad su producción puede contemplarse en la Fundación Joan Miró de Barcelona, así como en el Museo Thyssen-Bornemisza, el MoMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, la National Gallery de Washington, el MNAM de París o la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo.

 

Written by admin

Escuela hispano-flamenca del siglo XVII. Lote 34003443

LOTE EN SUBASTA

Escuela hispano-flamenca del siglo XVII.
“Santiago el Menor”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Precisa consolidación y restauración.
Medidas: 78 x 105 cm; 97 x 123 cm (marco).

En esta obra se representa al apóstol Santiago el Menor en primer plano, en actitud reflexiva, con un bastón y un libro abierto en las manos, las Sagradas Escrituras. En un segundo plano se desarrolla, con gran riqueza narrativa, la escena de su martirio. Vemos, ante un espacio abierto que clarifica la composición, al apóstol con el torso desnudo, sentado en el suelo, a punto de ser muerto a golpes de maza por un sacerdote, mientras un muchacho mantiene su cabeza erguida, agarrándole por los cabellos. El cuello de Santiago está ya manchado de sangre, al igual que el arma de su verdugo, un detalle que aporta patetismo a la escena. Junto a la muchedumbre que contempla la ejecución se alza el templo, en cuya parte superior aparece el sumo sacerdote Anás II. Éste había ordenado a Santiago renegar de Jesús, pero éste al hallarse en lo alto del templo aprovechó la concurrencia para predicar el Evangelio. Al escuchar esto, los fariseos y escribas se enfurecieron, y uno de ellos lo empujó desde lo alto. No obstante Santiago no muere por la caída, por lo que la multitud comienza a apedrearlo, mientras rogaba a Dios de rodillas por sus asesinos. Entonces uno de los sacerdotes, hijo de Rahab, se encaró con la multitud y pidió que cesara la lapidación, puesto que el apóstol correspondía a la crueldad orando por sus verdugos. Aquí aparece este hombre representado en el lado izquierdo, vestido con túnica amarilla, con una mano en el pecho y la otra alzada señalando al cielo. No obstante, uno de los fanáticos se acercó a Santiago con una maza y descargó sobre su cabeza un golpe terrible, que le rompió el cráneo. Aquí el hombre que finalmente acaba con la vida del apóstol es representado como un sumo sacerdote, con tocado en doble punta y manto brocado, un detalle que incide en el hecho de que fue el Sanedrín el responsable de la muerte de Santiago. Como vemos, en una misma pintura se representa la figura del santo dos veces, un recurso narrativo muy frecuente en los siglos XV y XVI dentro de la escuela flamenca, que tendrá un cierto desarrollo aún dentro del barroco. También de influencia flamenca es la profusión de elementos narrativos en la imagen, la minuciosa descripción del escenario y la proliferación de personajes, que llenan todo el espacio en los planos intermedios. La forma de tratar el paisaje de fondo, a base de bandas paralelas en tonos azulados y verdosos, corresponde también a la herencia de los primitivos flamencos.
Santiago el Menor, hijo de Alfeo, fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo, pariente de Judas Tadeo. La tradición cristiana siempre lo ha identificado como “el hermano del Señor”, es mencionado en la Carta a los Gálatas como una de las columnas de la Iglesia, y también se le identifica con aquel Santiago a quien se le aparece el Señor resucitado. Es autor de la carta del Nuevo Testamento que lleva su nombre. Santiago el Menor era un líder de su comunidad, y prueba de la autoridad de la que gozaba en Jerusalén es el hecho de que San Pedro le manda anunciar su liberación. Tomó la palabra en el Concilio de Jerusalén, y fue el primer obispo de esta ciudad, quedando a cargo de su Iglesia después de la dispersión de los apóstoles por el mundo. Dado que era considerado “hermano del Señor”, es decir, pariente cercano de Jesús, se le suele representar con rasgos parecidos a los de Cristo.

Written by admin

NAVARRO, Iban (Barcelona, 1982). Lote 34000820

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

NAVARRO, Iban (Barcelona, 1982).
“Embarcadero con bicicleta”.
Lápiz graso y acuarela sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 60 x 33 cm; 86 x 60 cm (marco).

Hijo del pintor Jesús Navarro, Iban Navarro inició su formación en el taller paterno, especializándose ya muy joven en la acuarela, técnica en la que experimentará, combinándola con otros materiales como el pastel graso el acrílico, logrando así un mayor realismo. Uno de sus temas predilectos son las barcas, en el agua o en el puerto, así como figuras descansando frente al mar. También es un destacado dibujante, formado en esta disciplina en la academia Joso.
Inicia su carrera expositiva en el 2002, y desde entonces ha participado en varias muestras colectivas, celebradas en la galería Top Art de Barcelona (2003, 2004, 2005), Lance de Tokio (2004) y Howard de Manchester (2004), además de celebrar individuales en El Corte Inglés de Barcelona (2002, 2003), Madrid (2003, 2004, 2005), Valencia (2003, 2005) y Mallorca (2005). También ha expuesto individualmente en la galería Jorge Sorí de Miami (2008).
Actualmente está representado en diversas colecciones particulares.

 

Written by admin

Taller de ZURBARÁN, Francisco de (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664). Lote 30122567

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

Taller de ZURBARÁN, Francisco de (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664).
“La casa de Nazaret”.
Óleo sobre lienzo.
Se adjunta estudio y certificado de José Gudiol Ricard, director del Instituto Amatller de Arte Hispánico, que lo atribuye a Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664) y taller.
Medidas: 152 x 200 cm.
Obra catalogada en “Francisco de Zurbarán. Catálogo razonado II. Los conjuntos y el obrador”, de Odile Delenda (Madrid; Fundación de Arte Hispánico, 2009-2010).

Este cuadro es una versión de taller, ligeramente más pequeña, de la pintura del mismo título realizada por Zurbarán en 1630, y hoy conservada en el Museo de Arte de Cleveland. La composición es una velada alegoría religiosa bajo la apariencia de una escena cotidiana. Zurbarán pintó varias versiones de este tema, de composición similar algunas de ellas, y en otras cambiando algunos elementos. En este caso la copia es muy fiel al modelo del maestro, respetándose incluso las formas de los pliegues, los detalles narrativos y del escenario, etc. Tan sólo cambian los rostros, similares aunque fundamentalmente distintos a los de la obra de Cleveland, y algún detalle secundario como la forma del jarrito situado junto al Niño. Incluso las flores parecen copiadas directamente del original, lo que bien pudo haber sucedido al tratarse de una pintura realizada en el mismo taller de Zurbarán.
La escena ilustra la infancia de Jesús, y éste aparece acompañado de su madre en su hogar. Las figuras no presentan nimbos ni otros rasgos de divinidad, tan sólo un discreto rompimiento de gloria en el ángulo superior izquierdo nos indica que estamos ante una escena sagrada. María aparece ensimismada en sus pensamientos, interrumpida su labor de costura. Jesús, ocupado en tejer una pequeña corona de espinas, se ha pinchado con una de ellas en un dedo, un detalle narrativo que es una clara prefiguración de su futuro sacrificio. El asunto del cuadro es por tanto la Redención, que queda simbolizada por el dolor de Jesús, anticipo de la Pasión, y también por la propia corona de espinas. Hay también otras metáforas visuales diseminadas a modo de elementos secundarios en el cuadro: los paños blancos son símbolo de pureza, las palomas representan el alma resucitada, el cacharro de agua a los pies de Jesús alude al bautismo, y los libros situados sobre la mesa sugieren las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías. Junto a ellos, un racimo de peras simboliza el amor de Cristo por la humanidad y la salvación. Por último, el bello jarrón de flores, con lirios y rosas, es una clara referencia a la virginidad de María y a su maternidad divina. Como vemos, Zurbarán escoge objetos humildes y cotidianos, en la línea de la representación barroca naturalista, para representar verdades teológicas complejas.
Francisco de Zurbarán se formó en Sevilla, donde fue discípulo de Pedro Díaz de Villanueva entre 1614 y 1617. En este período tendría la ocasión de conocer a Pachecho y Herrera, y de establecer contactos con sus coetáneos Velázquez y Cano, aprendices como él en la Sevilla de la época. Tras varios años de aprendizaje diverso, Zurbarán regresó a Badajoz sin someterse al examen gremial sevillano. Se estableció en Llerena entre 1617 y 1628, ciudad donde recibió encargos tanto del municipio como de diversos conventos e iglesias de Extremadura. En 1629, Zurbarán se instala definitivamente en Sevilla, iniciándose el decenio más prestigioso de su carrera. Recibió encargos de todas las órdenes religiosas presentes en Andalucía y Extremadura, y finalmente fue invitado a la corte en 1934, para participar en la decoración del salón grande del Buen Retiro. De regreso a Sevilla, Zurbarán siguió trabajando para la corte y para diversas órdenes monásticas. En 1958, se trasladó a Madrid. Durante esta última época de su producción realizó lienzos de devoción privada de pequeño formato y ejecución refinada.
Zurbarán fue un pintor de realismo sencillo, excluyendo de su obra la grandilocuencia y la teatralidad, e incluso podemos hallar algo de torpeza en el momento de resolver los problemas técnicos de la perspectiva geométrica, como se observa en este lienzo en el trazado de la mesa, pese a la perfección de su dibujo en anatomías, rostros y objetos. Tampoco le interesan los escorzos ni la sugerencia de espacios ilusionistas a la italiana. Sus composiciones severas, rigurosamente ordenadas, alcanzan un nivel excepcional de emoción piadosa. Con respecto al tenebrismo, el pintor lo practicó sobre todo en su primera época sevillana, tanto en sus conocidas obras monásticas como en piezas para devoción privada. Nadie le supera en la manera de expresar la ternura y el candor de los niños, jóvenes vírgenes y santas adolescentes. Su técnica excepcional le permitió, además, representar los valores táctiles de las telas y de los objetos, lo que hace de él un bodegonista excepcional, como se aprecia en los detalles anecdóticos que llenan la escena que aquí presentamos. Su sobriedad, la fuerza expresiva y la plasticidad de sus figuras, añadidas a sus evidentes dotes de colorista, los sitúan en la cumbre de los maestros españoles del siglo de oro y quizás es, de entre todos ellos, el que más conmueve nuestra sensibilidad moderna.
Francisco de Zurbarán está representado en las pinacotecas más importantes de todo el mundo, como el Museo del Prado, el Metropolitan de Nueva York, el Louvre, el Hermitage de San Petersburgo o la National Gallery de Londres, entre muchos otros.

Written by admin

Reloj de sobremesa bracket; JOHN TAYLOR, Londres, tercer cuarto del siglo XVIII. Lote 35013828

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

Reloj de sobremesa bracket; JOHN TAYLOR, Londres, tercer cuarto del siglo XVIII.
Sonería de nueve campanas, en cuartos, medias y horas.
Caoba y bronce.
Medidas: 63 x 34 x 21 cm.

Se conservan piezas del mismo relojero en la colección de relojes del siglo XVIII del Patrimonio Nacional.
Reloj inglés de sobremesa tipo bracket, con caja de caoba y aplicaciones ornamentales de bronce en relieve y bulto redondo. Presenta un frente de composición arquitectónica simple, con una fachada rematada en arco de medio punto alzada sobre un basamento simple, moldurado en su parte alta, elevado sobre cuatro patas de bronce en forma de voluta rizada hacia el interior. El conjunto presenta un remate en talud de ángulos curvos, terminado en una forma abovedada sobre la que se alza una composición ornamental clásica, con un jarrón en su cúspide, similar a los cuatro que adornan las esquinas de la cornisa. La pieza cuenta con asas laterales en arco, y está profusamente decorada con placas de bronce dorado cinceladas y caladas, trabajadas con minuciosidad y atención al detalle. El frente del reloj muestra guirnaldas y composiciones vegetales clásicas, y en los laterales vemos una placa calada con un solo central con rostro de niño, acompañado de cresterías de rocalla y veneras típicamente rococó. La esfera, plateada, cuenta con numeración romana grabada, en negro, y tres agujas. En la parte superior se sitúa una segunda esfera más pequeña, que indica si la sonería está o no activada.
En el siglo XVIII muchos grandes coleccionistas, entre ellos Felipe V de España, prefirieron los relojes ingleses por encima de los demás por su perfección técnica, y de hecho la inglesa fue la principal escuela relojera del momento. El relojero John Taylor fue un afamado representante de la relojería inglesa del siglo XVIII, fabricante prolífico de piezas valoradas tanto por su calidad y su valor ornamental como por la belleza y delicadeza de las melodías de sus sonerías. Desde su taller en Gloucester Road, Taylor fabricó relojes siempre de altísima calidad, de estilo clasicista inglés, hoy muy buscados y cotizados. Realizó diferentes tipologías (de pie, de sobremesa, etc.), siempre piezas firmadas en la esfera. En concreto, los bracket de John Taylor fueron los más apreciados en el mercado español por la perfección de su maquinaria, y piezas de su mano formaron parte de destacadas colecciones, como la real o la del marqués de Cerralbo, ya en el siglo XIX.
Los relojes bracket de origen inglés destacan principalmente por su mecanismo, aunque también por su decoración. Esta tipología tiene su origen en la década de los 60 del siglo XVII, cuando se aplica el péndulo al reloj sustituyendo el anterior regulador de “foliot” o volante. Este cambio hizo necesario dotar al mecanismo de una caja que lo protegiera de golpes que pudieran alterar su marcha. Nacen así los relojes denominados en Inglaterra bracket, es decir, los relojes transportables. Se trata de piezas de caja corta, que aloja en su interior un mecanismo sujeto entre dos gruesas platinas y conteniendo, como fuerza motriz para cada tren, un combinado de cubo y caracol. Estos relojes fueron pensados inicialmente para ser colocados sobre una ménsula, y de ahí su denominación inglesa. Esta ménsula era una pieza independiente que solía fabricarse a la vez, con decoración a juego con el reloj. Posteriormente, sin embargo, empezaron a elaborarse base y reloj por separado.
Los ingleses desarrollaron una mecánica relojera diferenciada de la del resto de Europa, basada en una industria de talleres especializados que producían productos de gran perfección técnica. Las cajas eran realizadas por ebanistas que enriquecían los relojes, convirtiéndolos en auténticas joyas. Por ello, a lo largo del siglo XVIII los relojes ingleses evidenciarán la evolución estilística que se desarrolló en la ebanistería inglesa, partiendo de los modelos William and Mary y Reina Ana, pasando por el estilo Chippendale y el Hepplewithe para finalmente volver al clasicismo con el Adam, el Sheraton y finalmente el Regencia. Respecto a la tipología concreta del reloj bracket, mantuvo durante todo el siglo XVIII su aspecto elegante y señorial, y a finales de la centuria las cajas serán de mayor tamaño, más monumentales. El material utilizado para su fabricación solía ser, aún en el siglo XVII, el ébano o el carey, combinados con aplicaciones de bronce. Desde 1670 serán frecuentes también el olivo y el nogal, y posteriormente empezará a utilizarse el latón. A partir de la década de 1720 estas maderas serán sustituidas por la caoba, más adecuada al nuevo gusto. Por otro lado, las esferas solían presentar cifras grabadas en la plancha frontal, o incorporando un sector horario plateado. Posteriormente se añadirán otros elementos como el segundero, situado a un lado del arco central, o la fecha, incluida en la esfera. Incluso se incluirán esferas para las fases de la luna.

Written by admin

Pareja de cómodas fernandinas. España, ca 1835. Lote 33003265

LOTE EN SUBASTA

Pareja de cómodas fernandinas. España, ca 1835.
Caoba y ébano.
Medidas: 118 x 137 x 60 cm.

Pareja de cómodas fernandinas de estilo historicista, chapeadas en caoba y ébano y decoradas con marquetería de procedimiento clásico, a base de placas de metal recortadas y embutidas. Realizadas a juego, ambas presentan el mismo diseño, con un desarrollado basamento de frente retranqueado y volúmenes rotundos, de herencia Imperio, con aristas vivas, sin molduras, alzado sobre dos patas frontales en forma de disco tallado con estrías concéntricas, y dos patas traseras en forma de jarrón, torneadas.
Sobre esta base se alza un segundo escalón, de dimensiones menores, que sustenta el cuerpo del mueble. Éste está formado por tres registros de cajones corridos, sin entrepaños ni molduras que interrumpan el bellísimo veteado de palma de caoba que cubre sus frentes. Los laterales presentan un recorte sinuoso que se corresponde con el abombamiento del frente, de inspiración rococó (al igual que el efecto visual de continuidad ornamental en los frentes de los cajones). Estos laterales contrastan por estar chapeados en ébano, y además están decorados con tallos y hojas de vid en metal dorado, que destacan por su tono claro sobre el fondo oscuro del ébano.
Esta combinación de materiales, por el contrario, surge por inspiración barroca, si bien reinterpretada en sus formas. De hecho el ebanista de Luis XIV, Boulle, fue famoso por sus muebles adornados con marquetería de latón sobre ébano. Este tipo de decoración se repite también en la base del cuerpo de cajones, concebida como un friso clásico y ornamentada con roleos de hojas en una composición simétrica, alojada en un sencillo cajeado, y en el remate del mismo cuerpo, de lados curvos y alzado cóncavo, ornamentado con una composición similar aunque de motivos más estilizados. Finalmente, sobre esta desarrollada cornisa se sitúa el tablero, de mármol negro veteado de blanco. Cabe señalar que esta cornisa mencionada es en realidad un cajón oculto que, a diferencia de los del cuerpo de cajones, no presenta cerradura, y cuenta con el interior pintado en color verde agua.

Written by admin

GUAYASAMÍN, Oswaldo (Quito, Ecuador, 1919 – Baltimore, E.E.U.U., 1999). Lote 35013815

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

GUAYASAMÍN, Oswaldo (Quito, Ecuador, 1919 – Baltimore, E.E.U.U., 1999).
“Retrato de Atahualpa”, 1945.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Adjunta certificado de autenticidad emitido por Pablo Guayasamín, presidente ejecutivo de la Fundación Guayasamín.
Medidas: 80 x 65 cm.

Uno de los más grandes nombres de la pintura ecuatoriana, Oswaldo Guayasamín demostró dotes artísticas ya en la infancia, e incluso vende algunos cuadros en la Plaza de la Independencia de su Quito natal en sus primeros años. A pesar de la oposición de su padre, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de la capital ecuatoriana para estudiar pintura y escultura, en plena época de la llamada Guerra de los Cuatro Días, un levantamiento cívico militar en contra del gobierno en el curso del cual muere su gran amigo Manjares. Este hecho, que más tarde inspirará su obra “Los niños muertos”, marcará para siempre su visión del ser humano y de la sociedad.
En 1941 obtiene el título y el Primer Premio en el Salón Mariano Aguilera de Quito, y al año siguiente celebra su primera exposición individual, con veintitrés años. Esta muestra será controvertida, y considerada por la crítica como un enfrentamiento con la exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes. No obstante el magnate estadounidense Nelson Rockefeller, impresionado por su obra, compra varios de sus cuadros, iniciando una relación que se prolongará en el futuro.
Entre finales de 1942 y principios de 1943 Guayasamín se encuentra en Estados Unidos, y posteriormente viaja a México, donde empieza a trabajar como asistente de Orozco. Realizará después una serie de viajes por América Latina, encontrando siempre la misma situación de opresión de la sociedad indígena, a la que él mismo pertenecía. Será desde entonces esta una temática constante en su obra. Por esta época se centrará especialmente en los temas sociales, y comenzará a simplificar las formas, llegando finalmente a su personal estilo rotundo y expresivo. Su obra, centrada en el ser humano y calificada por la crítica como expresionista, refleja el dolor y la miseria que azotan a la sociedad, y denuncia a la vez la violencia que dominó el monstruoso siglo XX, marcado por las guerras, los genocidios, las dictaduras y las torturas.
En estos años de juventud Guayasamín obtendrá todos los Premios Nacionales en su país, y a los treinta y seis años alcanza el Gran Premio de la III Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en 1955 en Barcelona. Posteriormente obtendrá también el mismo galardón en la Bienal de São Paulo (1957). A lo largo de su carrera, este maestro expuso individualmente su obra no sólo en los diversos países latinoamericanos, sino también en muchos de Europa, la Unión Soviética, China y Estados Unidos. Asimismo, aparte de la pintura de caballete realizó murales, esculturas y monumentos, hoy en día presentes en Quito (monumento “A la Resistencia”, murales en los Palacios de Gobierno y Legislativo, la Universidad Central y el Consejo Provincial), Madrid (Aeropuerto de Barajas), París (Sede de la UNESCO), São Paulo (Parlamento Latinoamericano), Caracas (Centro Simón Bolívar), Guayaquil (“A la Patria Joven”).
En 1971 Guayasamín es nombrado presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y cinco años más tarde se crea la Fundación Guayasamín en Quito, a la que dona su obra y sus colecciones de arte, ya que concibe toda expresión artística como un patrimonio del pueblo. En 1978 será nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y un año más tarde miembro de honor de la Academia de Artes de Italia. En 1992 recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro henríquez Ureña, y en estos últimos años de su vida inaugura personalmente importantes exposiciones de su obra celebradas en el Palacio de Luxemburgo de París y en Palais de Glace de Buenos Aires. En 1995 Guayasamín inicia en Quito su obra más importante, un espacio denominado “La Capilla del Hombre”, en la que centrará sus últimos esfuerzos. Sin embargo, fallecerá en 1999 sin ver finalizado el proyecto. Ese mismo año será distinguido, de forma póstuma, con el Premio José Martí (París).
Actualmente su obra está ampliamente representada en la Fundación que él mismo creó en Quito, y también en destacadas pinacotecas y colecciones privadas internacionales.

 

Written by admin

Pulsera en oro amarillo de 18 kts y plata. Francia, siglo XIX. Lote 34002700

LOTE EN SUBASTA

Pulsera en oro amarillo de 18 kts y plata. Francia, siglo XIX.

Modelo esclava rígida articulada en forma de serpiente con la cabeza y la cola unidas en frontis. Toda ella decorada en esmalte azul con detalles en plata y diamantes, talla brillante antigua, en la cabeza.
Medidas: 55 x 44 mm (interior); 27 mm (ancho frontis).

 

Written by admin

VOS, Paul de (Amberes, 1591/95 – 1678). Lote 34002612

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

VOS, Paul de (Amberes, 1591/95 – 1678).
“Perros peleando por la carne”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 124 x 185 cm; 148 x 207 cm (marco).

Pintor flamenco, hermano de Cornelis y Jan, Paul de Vos fue uno de los principales representantes del bodegón dinámico flamenco, junto a Frans Snyders.
Se formó junto a sus hermanos con David Remeeus, y alcanzó la maestría en torno a 1620. Durante su aprendizaje trabajó con el propio Snyders, por lo que sus primeras obras se muestran muy cercanas a éste, tanto en temática como en motivos. No obstante, a lo largo de su trayectoria Paul de Vos irá incorporando rasgos innovadores a su obra, con diversas variaciones en las escenas de caza, género en el que se especializó.
Al igual que Snyders, Vos también contó con la colaboración de su hermanos Cornelis, quien realizó con frecuencia las figuras de sus cuadros. Sin embargo, Vos se muestra más aterciopelado en las texturas que Snyders, y se caracterizó por un mayor desarrollo del paisaje, principalmente en sus escenas de caza. Además utilizó un personal cromatismo basado en las gamas cálidas, que abarcan desde los ocres hasta los terrosos, pero más claros y pálidos que los de Snyders. Asimismo, su técnica es más suelta, desdibujando los contornos y las ricas texturas de Snyders en favor de una apariencia general más atmosférica y difusa. También son mayores en la obra de Vos el dramatismo y la tensión, pues prefirió siempre escenas de gran violencia, en las que a menudo se representa la lucha de animales de forma sangrienta y feroz.
Las suyas son por tanto imágenes de gran patetismo, algo especialmente patente en sus escenas de caza, dotadas de un dramatismo que se reflejó también en las ilustraciones de fábulas que realizó, protagonizadas por animales. Por otro lado, abordó de forma distinta la anatomía de los animales, plasmándola de forma menos naturalista, con cuerpos más alargados.
Paul de Vos colaboró asiduamente con otros artistas, entre los que destaca Rubens. Así, realizó los animales de obras clave de este maestro como la “Diana cazadora” del Museo del Prado. La admiración de Rubens por Vos le llevó incluso a adquirir ocho obras de su mano, que se encontraban entre sus posesiones cuando murió en 1649. También estuvo vinculado a Thomas Willeboirts y Adriaen van Utrecht, con los que colaboró en algunos encargos para Enrique de Orange Nassau (1648). Asimismo, trabajó ocasionalmente con Erasmus Quelinus II, en obras como el “Descanso en la huida a Egipto” (Museo del Hermitage, San Petersburgo).
Los cuadros que realizó en solitario fueron muy valorados entre los coleccionistas de la época, quienes gustaron especialmente del decorativismo de sus escenas y de su temática, muy apreciada entre la nobleza flamenca y española. Así, a principios de la década de 1630 realizó más de treinta pinturas para el duque de Aarschot, cuando éste se encontraba en Madrid, y estas obras fueron vendidas a su muerte en el mercado madrileño. También contó entre sus admiradores al marqués de Leganés, y otros importantes coleccionistas españoles de la época poseyeron numerosas pinturas suyas, entre ellos el marqués de Carpio o el duque de Salvatierra. El propio rey Felipe IV valoraba su pintura, a tenor de los muchos cuadros de Vos que decoraron las estancias de los principales palacios madrileños, incluida la Torre de la Parada. También está documentada la compra de varias obras suyas al mercader Gisbert van Colen por parte del emperador Maximiliano (1689).
Actualmente Paul de Vos está representado en las principales pinacotecas de todo el mundo, entre ellas el Museo del Prado, el Hermitage de San Petersburgo, el J. Paul Getty de Los Ángeles y el Kunsthistorisches de Viena.

Written by admin

IL MALTESE”; FIERAVINO, Francesco (Malta, c. 1610 – Italia, 1670). Lote 34002610

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

 

IL MALTESE”; FIERAVINO, Francesco (Malta, c. 1610 – Italia, 1670).
“Bodegón de las artes y las ciencias”.
Óleo sobre lienzo.
Con marco moderno.
Medidas: 90 x 125 cm; 108 x 142 cm (marco).

El pintor barroco Francesco Fieravino fue conocido como “Il Maltese” por su país de origen. Se especializó en bodegones e interiores protagonizados por lujosos tapices, alfombras e instrumentos musicales, por lo que fue también llamado “Maestro dei tappeti”. Desarrolló un estilo minucioso y descriptivo, de factura vigorosa, caracterizada por un cromatismo brillante e intenso. Poco sabemos de la vida de Fieravino, y también su obra es escasa. Actualmente está representado en el Hermitage de San Petersburgo y en otras pinacotecas de Múnich, Londres y Malta.
En este lienzo Fieravino nos ofrece un suntuoso bodegón compuesto por varios objetos, destacando especialmente la tela brocada, el almohadón y sobre todo la rica alfombra oriental, típica de la obra de “Il Maltese”, trabajada con colores suntuosos y luminosos, y cuya calidad, su tela pesada y densa, aparece reflejada con gran naturalismo, gracias a una pincelada precisa y controlada, que llega a plasmar incluso los hilos uno a uno. Los distintos objetos se sitúan sobre un arca de madera moldurada, que queda prácticamente oculta por las telas, sobre un fondo neutro y oscuro. Como es característico de Fieravino, algunos de los objetos, y parte de otros, llegan a confundirse con las obras que envuelven el fondo.
El lado derecho de la composición queda cerrada limpiamente con la presencia de un suntuoso cortinaje, de nuevo típico del autor, en tono oscuro y dorado. Todos los objetos que vemos están trabajados con colores de influencia naturalista, una paleta corta pero muy matizada que gira en torno a los ocres, terrosos y carmines, iluminados por toques blancos. Los colores reflejan vivamente la luz del primer plano, reforzando la construcción tridimensional del espacio. Se trata de una cálida luz natural, de la que no vemos el foco de origen por quedar en un lado del cuadro. Sin embargo, esta luz entra por el lado izquierdo, tal y como ocurre con el foco tenebrista típico de los caravaggistas, cuya influencia se puede apreciar en este lienzo.
Aunque los juegos de luces y sombras no son absolutamente protagonistas, Fieravino demuestra aquí su conocimiento de la escuela naturalista derivada de la obra de Caravaggio, a través de un tratamiento lumínico muy pensado, contrastado, que juega con la yuxtaposición de zonas fuertemente iluminadas con otras de media sombra, delicadamente matizadas, y la densa oscuridad del fondo, que centra nuestra mirada en el primer plano.

 

Written by admin

NADAL FARRERAS, Carles (París, 1917 – Sitges, Barcelona, 1998). Lote 34002870

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

NADAL FARRERAS, Carles (París, 1917 – Sitges, Barcelona, 1998).
“Interior”, 1969.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en la zona inferior derecha.
Adjunta certificado de autenticidad.
Medidas: 50 x 65 cm; 71,5 x 87 cm (marco).

Hijo de Santiago Nadal, pintor decorador afincado en París, Carles Nadal vive desde la infancia en Barcelona, donde se traslada la familia debido a una enfermedad del padre. A los trece años empieza a trabajar de aprendiz en un taller de pintura decorativa, y en 1936 recibe una beca del Ayuntamiento de Barcelona para cursar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi.
Al estallar la Guerra Civil es reclutado en el ejército republicano, con el que luchará en los frentes de Aragón y Tremp. A principios de 1939 cruza la frontera francesa y es internado en el campo de refugiados de Saint Cyprien, donde permanecerá varios meses. Consigue escapar y volver a cruzar la frontera, pero es detenido y encarcelado en Figueras.
Bajo libertad condicional vuelve a Barcelona, donde continúa con su carrera artística, simultaneando los trabajos de decoración con los estudios de Bellas Artes. En 1941 debuta en una exposición colectiva de la galería Dalmau, obteniendo buenas críticas. Finaliza sus estudios con buenas notas, obteniendo el reconocimiento de profesores y catedráticos, algunos de los cuales se convertirán en amigos y colaboradores del joven Nadal. De hecho fue uno de ellos, Luis Muntané, quien le facilita exponer individualmente por primera vez en 1944, en la sala La Pinacoteca de Barcelona.
Dos años después se traslada a París, becado de nuevo por el Ayuntamiento de Barcelona. Allí trabaja y expone con el grupo Présence de l’Homme, además de participar en los Salones de Otoño. Más tarde asistirá, gracias a una beca del Estado francés, a la Escuela parisina de Bellas Artes. En 1948 contrae matrimonio con Flore Joris, estableciendo su residencia en Bruselas, donde permanecerá hasta mediados de los años setenta. En Bélgica descubrirá, como manifestó él mismo repetidas veces, la luz y el color. Durante estos años seguirá mostrando su obra tanto en España y Bélgica como en Francia, Alemania, Holanda, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
La pintura de Nadal es de carácter postimpresionista, intensamente colorista, y se basa en la búsqueda de la fuerza cromática como medio más directo de comunicación.
Entre sus premios destacan el Gran Premio de Spa, Bélgica, y su nombramiento como miembro de la Royal Academy of London.
Sus obras se encuentran en el MACBA, el Museo Spa en Bélgica y el Museo Real de Bruselas.

 

 

Written by admin

BUSQUETS I JANÉ, Joan (Barcelona, 1874 – 1949). Conjunto de comedor. Lote 34002784

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

BUSQUETS I JANÉ, Joan (Barcelona, 1874 – 1949).
Conjunto de comedor. Las sillas se entregan tapizadas en blanco, porque sólo hay dos tapizadas.
Medidas: 96,5 x 43 x 52 cm (sillas); 280 x 207 x 61 cm (aparador grande); 77 x 132 x 55 cm (aparador pequeño); 79 x 170 x 115 cm (mesa).

Creado por uno de los grandes del modernismo catalán, este juego de comedor se caracteriza por sus líneas fluidas y orgánicas y por las delicadas y preciosistas tallas florales. Consta de una mesa de comedor con seis sillas, más dos aparadores, uno más pequeño y otro mayor. La mesa presenta un diseño sobrio, que no recarga el conjunto, caracterizado por las líneas típicamente orgánicas del modernismo catalán, fluidas, que unifican visualmente su estructura. Consta de un tablero rectangular de ángulos curvos, cubierto por un chapeado de madera clara con los bordes biselados. Las patas son levemente curvadas, y terminan en pies lobulados que recuerdan a un tallo. La cintura de la mesa está decorada con tallas de poco relieve, representando líneas sinuosas inspiradas en las ondas del agua.
Las sillas siguen un lenguaje similar al de la mesa, a base de expresivas líneas sinuosas y molduras que recuerdan al mundo natural. Constan de cintura trapezoidal, patas traseras de sable y frontales inspiradas en la cabriolé, aunque de formas más depuradas. El respaldo cuenta con pala tapizada y laterales abiertos.
El aparador de menor tamaño consta de un cuerpo de volúmenes rotundos, con las esquinas frontales decoradas con volúmenes en relieve que remiten directamente a la pata cabriolé, reinterpretada en clave modernista, con tallas florales y formas que insinúan tallos sinuosos. La zona inferior queda abierta, con un tablero de mármol, y la superior se organiza en dos registros, con puertas abajo y cajones arriba.las puertas están decoradas con tallas florales de gran naturalismo, siempre dentro del gusto por lo orgánico propio del modernismo, en una composición que juega con la sutil asimetría. Los cajones superiores son más desornamentados, y muestran sólo un cajeado que perfila su perímetro siguiendo el acento en la sinuosidad propio de todo el conjunto. Sobre el tablero superior, también de mármol, se sitúa un fondo de espejo rematado por un copete tallado que aúna la inspiración rococó con el gusto modernista. Delante del espejo vemos dos estantes, uno menor volado, sobre ménsulas, y otro superior más grande con patas talladas, de nuevo aprovechando la sinuosidad de la cabriolé para trazar formas netamente orgánicas.
El aparador más grande consta de dos cuerpos, el inferior con tres calles, la central destacada en planta, y la superior a modo de vitrina, con un hueco inferior de expresivo perfil curvo. El cuerpo inferior consta de dos puertas laterales y una central, esta última con un cajón en la parte superior, y su diseño se basa en el mismo esquema que veíamos en el aparador pequeño, aunque con un mayor desarrollo ornamental.

Written by admin

Escritorio librería; Seu d’Urgell, siglo XVII. Lote 34000292

LOTE EN SUBASTA

Escritorio librería; Seu d’Urgell, siglo XVII.
Madera de pino pintada.
Medidas: 222 x 125 x 63 cm.

Mueble catalán del siglo XVII compuesto por dos cuerpos, el inferior a modo de escritorio y el superior de librería. Se trata de una pieza de estructura monolítica y cerrada, típicamente barroca, decorada enteramente mediante molduras que forman cajeados, realzados por el contraste entre maderas pintadas de distinta tonalidad. El cuerpo inferior consta de tres cajones tipo cómoda, del mismo tamaño, sobre los que se sitúa una tapa abatible a 45º que oculta la muestra del escritorio. Los cajones están decorados con un cajeado rectangular simple que se complementa con los resaltos moldurados que adornan los tiradores y los escudos de cerradura, formando perfiles de curvas ingletadas en composición simétrica, típicamente barrocos. Los dos cajones inferiores cuentan con tiradores de arco, metálicos, mientras que el superior cuenta con tiradores en forma de pomo. Bajo el cajón inferior se sitúa un faldón recortado del mismo estilo, y los laterales aparecen decorados con un cajeado de origen manierista, que será también frecuente en el barroco, que conjuga una forma rectangular, con un ángulo matado siguiendo el perfil del mueble, en el que se inscribe un óvalo enlazado, que aloja en su interior un asa de hierro en arco, formada por dos tornapuntas siguiendo el modelo del barroco español. Los laterales presentan también faldones recortados, a juego con el frente.
Sobre el cajón superior se sitúa un friso liso que aloja las abrazaderas que, una vez extendidas, dan apoyo a la tapa abatible superior. Ésta está decorada con un cajeado mixtilíneo de nuevo netamente barroco, muy ornamental y dinámico, y cuenta con su propia cerradura. Una vez abierta, la tapa deja a la vista una muestra de escritorio organizada en tres calles, las laterales con tres gavetas cada una y la central con dos, más largas y altas, distintas entre sí en su tamaño. Todas estas gavetas están también decoradas con cajeados moldurados, simples en este caso, que siguen su contorno y el de los tiradores. Los laterales de la muestra, cerrados al exterior por paneles decorados con más cajeados moldurados, alojan cada uno tres pequeñas gavetas auxiliares.
El cuerpo superior presenta una estructura de clara inspiración arquitectónica, con fachada y remate en forma de cornisa de curvas ingletadas, siguiendo los ejemplos de la arquitectura contemporánea. Presenta un frente unitario y simétrico, decorado con ornamentales cajeados de gran dinamismo en su trazado, siempre a base de contornos mixtilíneos y curvas ingletadas, potenciando el contraste de texturas y colores siguiendo un gusto netamente barroco. Los laterales de este cuerpo superior continúan la decoración a base de cajeados y formas geométricas, con un óvalo central y dos rectángulos de ángulos matados arriba y abajo. Una vez abiertas las puertas, dan acceso a un interior totalmente desornamentado, plenamente funcional, dividido por cuatro estantes.
Esta incidencia en los cajeados, que siguen la compartimentación del mueble, es un criterio netamente clásico que será una constante en el barroco, tanto en mobiliario como en otras artes decorativas. Obedece a la idea de realzar las distintas partes que componen la estructura, clarificándola visualmente y haciendo hincapié en la relación de las distintas partes entre sí y con el conjunto. Por otro lado, la reiteración de las formas geométricas que revela el profuso cajeado, si bien ya presenta formas netamente barrocas, nos habla de la pervivencia del gusto manierista por la compartimentación geométrica del mueble, un rasgo que permanecerá en el lenguaje barroco español hasta bien entrado el siglo XVII, e incluso más allá de mediados de siglo en centros alejados de la corte como la Seu d’Urgell.

Written by admin

Escuela francesa del XIX. Lote 34002603

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

Escuela francesa del XIX.
“Venus dormida con Cupido y Psique”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Firmado “E. Sala” en el ángulo inferior derecho.
Con marco de época.
Medidas: 85 x 124 cm; 106 x 146 cm (marco).

En este lienzo el autor plasma una imagen de gran delicadeza cromática y lumínica, protagonizada por la diosa Venus, dormida en las nubes acompañada de Cupido y de Psique niños, esta última despierta, con las alas desplegadas, contemplando su rostro.
Formalmente se inscribe dentro del academicismo, y sigue por tanto normas clásicas de las cuales la primera es la gran calidad técnica. Así, el dibujo es riguroso y firme, de gran perfección anatómica, y refleja un complejo escorzo que nos muestra a Venus tumbada de frente, una posición compleja que el autor ha sabido resolver con gran maestría.
El academicismo es herencia directa del clasicismo, y de ahí la predilección por temas como el que aquí presentamos, tomado de la mitología, si bien captado desde un punto de vista sensual y decorativo alejado de la solemnidad del arte clásico antiguo. De ahí también la forma de abordar el tema, con Cupido y Psique niños, recreando las figuras mitológicas de un modo totalmente nuevo. No obstante, se aprecia un ideal de belleza que no parte de la realidad, aunque es innegable el estudio del natural por parte del pintor, sino que resulta un idealismo con base en la realidad por su suma de experiencia, es decir, una sublimación estética que refleja una belleza que trasciende la realidad.

 

Written by admin

Escuela flamenca de la primera mitad del siglo XVI. Lote 34000260

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

Escuela flamenca de la primera mitad del siglo XVI.
“Sagrada Familia”, h. 1520.
Óleo sobre tabla.
Con marco posterior.
Medidas: 69 x 53 cm; 94 x 78 cm (marco).

En esta obra se nos ofrece una imagen atípica de la Sagrada Familia, con una composición basada en la representación de la Virgen con el Niño, que aparecen en primer plano. La escena se sitúa en un lujoso interior de arquitectura clásica, posiblemente inspirado en grabados contemporáneos traídos a Flandes desde Italia, lo que era una práctica habitual en la época. Este interior está además engalanado con un cortinaje de tono azul oscuro intenso, situado detrás de la Virgen, que destaca su presencia como ya habían hecho los grandes maestros flamencos del siglo XV. Sin embargo, el gusto ornamental de herencia gótica se ve sustituido aquí por un mayor acento en la composición; el paño tras la Virgen no es ya un lujoso brocado, sino una tela lisa, igualmente suntuosa, pero que cede el protagonismo al escenario. Así, el interior se abre a un fondo de paisaje cuidadosamente detallado, trabajado a la manera flamenca, en tonos fríos predominantemente azulados y verdosos, y en la ventana se sitúa la figura de medio cuerpo de San José, que aunque en primer plano compite en protagonismo con la Virgen el Niño, estando trabajada con un acusado naturalismo y un estudio cromático que lo diferencia simbólicamente de las dos figuras del primer plano y también del ángel niño que vuela sobre sus cabezas, colocando sobre la cabeza de la Virgen una corona de laurel, símbolo del triunfo de María sobre el pecado. Así, las carnaciones de las tres figuras del primer término están trabajadas en tonos luminosos y delicados, de ricas veladuras plasmadas con la pincelada apretada, invisible, propia de la escuela flamenca. Las de San José, sin embargo, evidencian una menor idealización, con tonos algo más oscuros y cálidos.
A nivel formal cabe destacar asimismo un rasgo clave en la escuela flamenca, tanto en el siglo XV como en el XVI: el alto nivel de detalle, el gusto por lo anecdótico y la captación minuciosa de los elementos secundarios, rasgos que derivan del afán de realidad propio de esta escuela. Así, vemos un frutero en el ángulo inferior derecho que, por sí sólo, podría casi constituir un cuadro independiente, tal es la calidad y la atención con la que está trabajado. También los detalles de la arquitectura aparecen minuciosamente estudiados, y las ropas de los personajes se han trabajado con una delicadeza y una atención a las calidades especialmente patente en los velos transparentes del Niño y el ángel, de extraordinaria delicadeza.
En el sentido más común de la expresión, la Sagrada Familia incluye a los parientes más próximos del Niño Jesús, es decir, madre y abuela o madre y padre nutricio. En los dos casos, ya sea santa Ana o san José quien aparezca, se trata de un grupo de tres figuras. Desde el punto de vista artístico, la disposición de esta Trinidad terrestre plantea los mismos problemas y sugiere las mismas soluciones que la Trinidad celestial. No obstante, las dificultades son menores. Ya no se trata de un único Dios en tres personas del cual deba expresarse la unidad esencial al mismo tiempo que la diversidad. Los tres personajes están unidos por un vínculo de sangre, ciertamente, pero no constituyen un bloque indivisible. Además, los tres están representados en forma humana, mientras que la paloma del Espíritu Santo introduce en la Trinidad divina un elemento zoomórfico difícil de amalgamar con dos figuras antropomórficas.
Durante el siglo XV, el estilo realista de los Países Bajos influyó mucho fuera, sobre todo en Italia, pero en el XVI el panorama se invierte. El Renacimiento italiano se difunde por Europa, y Amberes se convierte en el centro de la escuela flamenca, desbancando a Brujas y funcionando como centro de penetración de las influencias italianas. De este modo, llegan a los Países Bajos influencias manieristas que se superponen al estilo del siglo XV. Habrá muchos pintores continuadores del estilo de los primitivos flamencos, pero otros se mostrarán tan abiertos a las influencias renacentistas que incluso dejarán de pintar sobre tabla, soporte tradicional de la pintura flamenca, para empezar a hacerlo sobre lienzo como los italianos.
Los principales introductores del Renacimiento en los Países Bajos fueron Jan Gossaert (c.1478-1532) y Bernard Van Orley (c.1489-1541), pintores que quizá viajaran a Italia pero que, en todo caso, pudieron conocer el nuevo estilo por otros cauces de penetración, como los cartones que Rafael realizó para la serie de tapices de “Los hechos de los Apóstoles”, tejida en Bruselas, la obra de Durero, que realizó dos viajes a Italia y pasó por los Países Bajos, y la figura de Jacopo de Barbari (c.1445-1515), pintor italiano que viajó a Flandes. En esta tabla se conjugan la tradición flamenca con las novedades italianas de forma equilibrada y armónica. Así, se mantiene el sentido descriptivo y detallista de los primitivos flamencos, especialmente apreciable en el cuidado tratamiento del paisaje, los objetos y telas, y en el riguroso dibujo, así como su desarrollo del espacio en base al conocimiento empírico y no a los estudios de perspectiva. También el cromatismo recuerda a las obras de los maestros flamencos del siglo anterior. Sin embargo, los rostros de María, Jesús y el ángel denotan una cierta dulzura de rasgos nueva, heredada de los ejemplos de Rafael y Leonardo, y las anatomías aparecen tratadas con un sentido ciertamente escultórico, dibujístico a la manera flamenca pero más corpóreo y monumental.

 

Written by admin

BORES LÓPEZ, Francisco (Madrid, 1898 – París, 1972). Lote 35000122

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

BORES LÓPEZ, Francisco (Madrid, 1898 – París, 1972).
“Tête”, 1970.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo. Titulado al dorso.
Medidas: 55 x 46 cm; 70 x 60,5 cm (marco).
Está fotografiado en la pag. 559 del Catálogo razonado de Francisco Bores,
editado por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Historial:
– 1971: Expuesto por la Galería Theo, Madrid.
– 1990: Colección particular Edmund Peel y Asociados.

Francisco Bores se formó en la academia de pintura de Cecilio Pla, donde conoció a Pancho Cossío, Manuel Ángeles Ortiz y Joaquín Peinado, entre otros. Asimismo, frecuentó las tertulias literarias madrileñas afines al ultraísmo. En esta época realiza grabados para un gran número de revistas, como “Horizonte” o “Revista de Occidente”, y asiste a la Academia Libre de Julio Moisés, donde coincide con Dalí y Benjamín Palencia.
En 1922 participa por vez primera en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y tres años más tarde mostrará su obra en la primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, pero la falta de interés del público madrileño por el arte joven le impulsa a marcharse a París. En la capital francesa entra en contacto con Picasso y Juan Gris, y debuta individualmente en 1927. Durante los años siguientes sigue realizando exposiciones individuales en destacadas galerías de París y Londres, entre las que destacan la Georges Petit y la Zwemmer.
Tras la Segunda Guerra Mundial reanuda su actividad expositiva, y en 1947 el Estado francés adquiere, por primera vez, una obra de Bores. En 1949 será el Museo de Arte Moderno de Nueva York el que compre sus cuadros. En 1969 expone en la Galería Theo de Madrid, lo que supone su aproximación al público español que, prácticamente, desconocía su obra salvo en los círculos profesionales donde, en cambio, era muy apreciada. En 1971 vuelve a exponer en esta misma Galería Theo, falleciendo en París en 1972.
El crítico Joaquín de la Puente señala varias etapas en la producción de Bores: clasicismo renovado (1923-25), neo cubismo (1925-29), pintura-fruta (1929-33), escenas de interior (1934-1949) y estilo en blanco (1949-69).
Francisco Bores está representado en los museos más destacados de todo el mundo, entre los que cabe señalar el Centro Georges Pompidou en París, los de Bellas Artes de Bilbao, Buenos Aires, Jerusalén, Gotemborg y Baltimore, el MOMA de Nueva York, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, las Galerías Nacionales de Atenas, Brno y Edimburgo, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, y los de Arte Moderno de Estocolmo, Turín y Madrid.

 

 

Written by admin

Cómoda Luis XVI. Francia, h. 1770. Lote 34000259

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

Cómoda Luis XVI. Francia, h. 1770.
Madera de nogal, tiradores de bronce y tablero de mármol.
Medidas: 93 x 118 x 63 cm.

Cómoda de estilo y época Luis XVI, realizada hacia 1770, de lenguaje marcadamente neoclásico, en madera de nogal, con tablero de mármol e importantes tiradores de bronce. Esta pieza destaca además por su bella pátina original, fruto del paso del tiempo y de un adecuado cuidado de la madera.
Estamos ante un mueble de fecha temprana dentro del estilo Luis XVI, y de ahí que el carácter neoclásico se apoye en soluciones ya vistas en el barroco clasicista, dado que este fue el estilo de referencia a la hora de dejar atrás el rococó, un estilo totalmente anticlásico, y avanzar hacia el neoclasicismo. Así, vemos un ligero resalto en el frente, que se traduce también en planta e introduce un cierto movimiento en la composición más propio del barroco que del neoclasicismo. También las esquinas frontales en chaflán fueron una de las soluciones más utilizadas en el barroco, si bien en este caso será un recurso que se mantendrá a lo largo del nuevo lenguaje neoclásico.
La cómoda está decorada mediante tallas de un carácter sintético y rígido, inspiradas en la Antigüedad Clásica: acanaladuras en las esquinas y las patas, de influencia arquitectónica, cajeados geométricos que inciden en la compartimentación armónica, simétrica y equilibrada de la estructura y, en la parte baja, una cenefa de grecas curvas en relieve. Las patas troncocónicas que ya vemos aquí serán de nuevo frecuentes en todo el neoclásico, y también en el posterior Imperio, y aquí cobran un especial protagonismo por su tamaño y altura, además de aparecer acanaladas y decoradas con un tambor superior. El frente del mueble se divide en horizontalmente en dos, con cajones corridos de frente liso, simplemente cajeado, netamente separados por un entrepaño también liso. Estos cajones están adornados con bellos bronces aplicados, formando los tiradores y los escudos de cerradura, trabajados en un estilo totalmente neoclásico: cintas arrugadas formando lazos, drapeados, cabezas de buey de inspiración romana y guirnaldas de laurel para los tiradores.

 

Written by admin

ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR Y ZARAGOZA, Fernando (Ferrol, La Coruña, 1875 – Madrid, 1960). Lote 33007090

LOTE EN SUBASTA

LOTE EN SUBASTA

ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR Y ZARAGOZA, Fernando (Ferrol, La Coruña, 1875 – Madrid, 1960).
“Retrato de dama”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Con marco Imperio.
Medidas: 150 x 120 cm; 172 x 141 cm (marco).

Fernando Álvarez de Sotomayor estudió el bachillerato en el Real Colegio Agustino de El Escorial, tratando a continuación de seguir varias carreras para dedicarse, finalmente, a la pintura. Inició su formación artística como discípulo de Manuel Domínguez, con quien colaboró en la decoración de la escalera y un despacho del Ministerio de Agricultura de Madrid. En 1899 obtiene una pensión para ampliar sus estudios en la Academia Española de Roma, ciudad en la que conoció a fondo la pintura renacentista y barroca de las escuelas florentina, romana y veneciana. Posteriormente viajó a Holanda, donde descubrió la pintura de Frans Hals, cuyo fuerte colorido y empastada pincelada marcarían sus obras posteriores. Ya durante estos años de juventud comienzan sus triunfos, obteniendo en 1904 la segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y la primera dos años más tarde, en 1906.
En 1908 se trasladó a Santiago de Chile, para impartir clases en la Escuela de Bellas Artes Chilena. Fue director de dicha institución en 1911, y en torno a su figura surgió la llamada “Generación de 1913” o “Generación Sotomayor”, constituida por importantes pintores formados en sus enseñanzas. Por estos años sigue mandando obras a exposiciones oficiales europeas, siendo distinguido con medalla de bronce en Lieja y de oro en Múnich en 1909. Asimismo, es premiado en las Exposiciones Internacionales de Barcelona de 1907 y de Buenos Aires de 1910, y es condecorado en la Nacional de Madrid 1912.
Regresa a España en 1918, tras ser nombrado subdirector del Museo del Prado. Entre 1921/22 y hasta el advenimiento de la República ostentaría el cargo de director de dicha institución, recuperándolo tras la Guerra Civil. Durante los años veinte se suceden los reconocimientos: en 1922 es nombrado miembro de la Real Academia de San Fernando, y en 1929 se le destina una sala independiente en la Exposición Internacional de Barcelona. Fue, asimismo, pintor de cámara del rey Alfonso XIII durante los últimos años de su reinado. Ya tras la guerra Sotomayor obtendrá el Premio Juan March (1956).
Sotomayor fue considerado uno de los mejores retratistas de la época, recibiendo encargos de la Corona y de familias aristocráticas, financieras e intelectuales. También trabajó el paisaje, con estilo de pincelada empastada y vibrante colorido, dentro de una tendencia realista.
Ya tras su muerte se le dedicaron importantes homenajes, como la monumental exposición retrospectiva celebrada en el Palacio de Velázquez del Retiro con motivo del centenario de su nacimiento. Sotomayor está actualmente representado en el Museo del Prado, el Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y otros destacados museos españoles, europeos y americanos.

Written by admin

Sortija solitario en platino con diamantes. Lote 33007641

LOTE EN SUBASTA

Sortija solitario en platino con diamantes, talla brillante, color L, pureza VVS1, de ca. 4,50 cts.

Engarzado en garras y montado en una bella estructura calada nacida de los hombros, los cuales están decorados con pequeños diamantes.
Medidas: 17 mm (diámetro interior); 11,5 mm (ancho frontis).