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Criterios en la catalogación de las joyas
Las joyas anteriores a 1960 se describirán como pertenecientes a un determinado periodo o estilo, de acuerdo con su diseño, hechura, características, metal, gemas, engastes, etc.
Cronológicamente, los principales estilos abarcan aproximadamente los siguientes periodos:
Neoclásico 1780-1820
Isabelino o Victoriano 1840-1900
Belle Epoque 1900-1920
Art Nouveau-Modernista 1890-1910
Art Decó 1910-1940
Retro 1940-1955
El término “antiguo” se utiliza para joyas anteriores a 1900 que no puedan incluirse en un estilo concreto. En este caso se utilizarán términos cronológicos como “principio”, “mediados”, “finales”, etc… para joyas de una determinada época con una datación poco concreta.
Si la catalogación utiliza el término “estilo” acompañado del nombre de éste, el comprador debe considerar que la joya se ha fabricado recientemente, siguiendo o copiando diseños de aquella época. Así por ejemplo, una sortija catalogada “estilo Art Nouveau”, será una sortija moderna, más o menos reciente, con igual o parecido diseño al original propio del periodo 1890-1910. Por el contrario, si una joya se cataloga como “Art Nouveau” debe entenderse como pieza original realizadda en ese mismo periodo.
Setdart sigue la Norma Internacional según la cual el peso debe ir expresado en quilates, con dos decimales y la abreviatura cts. (carats). Un quilate equivale a 200 miligramos, según esta misma norma.
Si la montura lo permite, el cálculo de los pesos se realiza mediante fórmula matemática y, si no lo permite, se calcula por comparación con plantillas o patrones. El peso de las piedras montadas debe considerarse siempre como aproximado (circa: ca.), tanto si se trata de una solo, de varias o de todas las que están engarzadas en la misma joya (peso total).
Debe tenerse en cuenta que determinadas características en la talla modifican el peso teórico que proporciona la aplicación de una fórmula matemática o la forma de una plantilla, por lo que deben considerarse normales, desviaciones, tanto por exceso como por defecto, de un 10 ó un 15 %. Igualmente en monturas con culatas cerradas o tapadas, filetines ocultos, dobles biseles, engastados cincelados, etc… o en ciertos tipos de talla (antiguas, irregulares, corpóreas, …) las desviaciones del cálculo pueden ser aún mayores.
Color y Pureza de los diamantes La determinación de estas características requiere unas condiciones especiales de observación, iluminación y limpieza, y sólo pueden hacerse con seguridad estando las piedras desmontadas. Por lo tanto, si en el catálogo aparece alguna estimación referente al color y la pureza, ésta debe considerarse solamente como una opinión aproximada del personal de este departamento, realizada de acuerdo con sus conocimientos profesionales y experiencia. Por lo general, al tratarse mayoritariamente de joyas montadas, nuestra opinión en estos aspectos no es una certificación de autenticidad.  Además, las diferencias entre unos grados y otros son tan pequeñas, que le color del metal, la montura o el tipo de engastado, pueden desvirtuar el verdadero color, y/o camuflar u ocultar algunas inclusiones que afectan a la pureza. Por todo ello, generalmente no se indican estos aspectos en el catálogo, aunque nuestro personal puede facilitar personalmente su opinión al respecto, si el cliente lo requiere.
No obstante, cuando estos datos se consideren información adicional relevante, se especificarán graduaciones aproximadas, indicándose, a veces, hasta tres grados de color y pureza, como mera orientación de calidad.
Ver cuadro escalas de color y pureza más utilizadas
El término “brillante” se utiliza exclusivamente para referirse a diamantes tallados en redondo, con 57 o 58 facetas (filetín no incluido). El resto se describe con sus correspondientes nombres de talla o forma (ver cuadro a continuación).
 La talla sencilla u ocho-ocho (8/8) y la talla suiza o dieciséis, son tallas redondas de pequeño tamaño, con menos facetas que la talla brillante, muy utilizadas en las joyas anteriores a 1970. El término “talla antigua” o “talla roca” se usa para designar diamantes de talla no moderna, con características defectuosas de lapidación, talladas con anterioridad al siglo XX. Se describen como “talla semiantigua” a aquellos diamantes de talla antigua, que en nuestra opinión han sido retallados pero conservan evidencias de su anterior lapidación.
Ver cuadro tallas más frecuentes catalogadas
Setdart especifica la naturaleza de las gemas engarzadas en una joya (esmeralda, granate, zafiro, topacio, aguamarina, etc…) siempre que la montura, el tamaño y la talla permitan obtener lecturas objetivas de las propiedades ópticas necesarias para realizar una identificación correcta. Si no es posible o se trata de cabujones de compleja identificación, se facilita una opinión profesional que, en estos casos, va acompañada por los adverbios “posiblemente” o “seguramente”.
Es uso de piedras artificiales –de imitación o sintéticas- ha proliferado en las últimas décadas, aunque su uso comercial, en algunos casos, se remonta a principios del siglo XX, siendo frecuentes incluso, en joyas de determinados estilos (Retro, por ejemplo). Setdart procura identificar el origen, natural o artificial, de las gemas que catalogamos, especificando claramente y sin ambigüedades, si son finas (naturales) o falsas (artificiales). El nombre de una gema sin más (por ejemplo, esmeralda, rubí, etc…) significa que es natural.
Tratamientos de las gemas Los tratamientos para mejorar el aspecto de las gemas (color y transparencia) son habituales en la actualidad. La detección de algunos tratamientos es compleja, especialmente si las piedras están montadas y requiere controles y análisis que nuestro departamento no puede realizar. Sin embargo, facilitamos todo tipo de información al respecto, así como nuestra opinión en casos concretos. No obstante, Setdart rechaza de manera sistemática las gemas en las que detectamos tratamientos fraudulentos y si, excepcionalmente las admitimos, lo especificamos claramente en la catalogación.
Respecto a los tratamientos admitidos en el comercio, no hacemos mención de los mismos, por lo que debe entenderse, al ser práctica común, que es muy probable que las esmeraldas estén aceitadas y los zafiros y rubíes, calentados. Sin embargo, en piedras de tamaño o precio significativo, si no apreciamos “señales evidentes” de tratamiento térmico incluimos nuestra opinión al respecto.
Cuando una gema va acompañada de un certificado gemológico, lo indicamos en la catalogación de la pieza. Estamos a disposición de los clientes para aclarar cualquier duda sobre este tema.
Catalogación de las perlas De acuerdo con las Normas Internacionales, utilizamos el término “perla fina o natural” para referirnos solamente a perlas naturales no cultivadas. Caso de especificarse el peso, lo expresamos en gramos (1/4 de quilate). La ausencia de la palabra “fina” o “natural” supone que en nuestra opinión es cultivada. En collares antiguos de perlas finas es frecuente encontrar alguna perla cultivada, añadida posteriormente.
Setdart suele referirse a las características que definen la calidad de las perlas, finas o cultivadas: tamaño (peso en las finas y diámetro en las cultivadas), forma, color, oriente (brillo) y textura (aspecto externo).
Usamos por extensión los términos “Australiana” o “Tahití” para referirnos a perlas que presentan las características típicas de las llamadas “perlas de los mares del sur”, o a las que presentan coloraciones oscuras naturales, aunque en ambos casos puedan proceder de otros lugares.
Denominamos “perlas de agua dulce” a aquellas, naturales o cultivadas, con o sin núcleo, que no hayan sido obtenidas en el mar.
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