William WEST (Reino Unido, 1801 – 1861). “La cascada”.
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WEST, William (Reino Unido, 1801 – 1861).
“La cascada”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
91,5 x 122 cm; 126 x 156,5 cm (marco).
Uno de los aspectos más radicales de la pintura romántica fue el intento de sustituir los grandes lienzos de tema histórico o religioso por el paisaje. Pretendían que el paisaje puro, casi sin figuras o totalmente carente de ellas, alcanzara la significación heroica de la pintura de historia. Se basaban en la idea de que el sentimiento humano y la naturaleza debían ser complementarios, uno reflejado en el otro. Es decir, el paisaje debía despertar emoción y transmitir ideas. Así, paisajistas como William West trataron de expresar sus sentimientos a través del paisaje, en vez de imitarlo.
El paisaje romántico está constituido no obstante por manifestaciones de muy diverso tipo y no equiparables entre sí; no afecta por igual a todas las escuelas nacionales, manteniéndose más fiel a la tradición en escuelas como la francesa o la holandesa. Así, aquí vemos la grandiosa escenografía natural propia de la escuela romántica británica, protagonizada por una cascada que cae con violencia, confundiendo agua, espuma y roca en una composición de gran naturalismo atmosférico. Otro rasgo característico del paisaje romántico que West utiliza aquí, es la neta separación entre los primeros planos y el fondo, que realza el carácter escenográfico. Asimismo, utiliza la típica perspectiva romántica muy marcada, en abismo, que tiene como complemento una ligera confusión de puntos de vista.
Pintor y acuarelista inglés del siglo XIX, William West es uno de los más destacados representantes de la Escuela de Bristol, y fue el constructor del Observatorio de Clifton Down (Bristol). Llegó a esta cuidad en torno a 1823, y ese mismo año comenzó a mostrar sus obras al público. A partir del año siguiente participará además en los grupos de dibujo de la Escuela de Bristol. De hecho, sus dibujos en grisalla son considerados uno de los mejores ejemplos de la producción de dicha escuela, siendo especialmente apreciados por su originalidad y por la expresividad de sus efectos atmosféricos. De hecho, son toda una rareza entre los dibujos ingleses de la primera mitad del siglo XIX. Estas obras, conocidas como los “Monochrome Drawings”, representan principalmente escenas mitológicas y bíblicas, pero también algunos temas de tipo fantástico. West expuso sus obras en la Royal Academy y en la British Institution de Londres a lo largo de toda su carrera, salvo por un largo paréntesis que abarca desde 1826 hasta 1845.
Pintor especializado en la temática de paisajes, en su etapa madura, a partir de 1847, se concentró en temas noruegos. West desarrolló un claro interés por la óptica y la ingeniería, lo que le llevó en 1828 a aprovechar un antiguo molino en desuso en Clifton Down para instalar un gran telescopio en su torre, convirtiéndolo así en un observatorio. En 1829 sustituyó el telescopio por una cámara oscura, y a partir de 1835 amplió el molino para crear un nuevo observatorio, construyendo una gran cúpula para alojar un telescopio giratorio. West llenó el observatorio con una colección de mapas, globos e instrumentos ópticos, y en 1837 abrió un túnel de 61 m de longitud que lo unía con la Cueva de St. Vincent, obteniendo una vista privilegiada del desfiladero de Avon. En 1834 expuso “The Avon Gorge from the summit of the Observatory”, una pintura al oleo captada desde ese punto. Actualmente William West está representado en el Metropolitan Museum de Nueva York y el Bristol City Museum and Art Gallery, entre otras colecciones tanto públicas como privadas.
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