Carles NADAL FARRERAS
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Carles NADAL FARRERAS (París, 1917 – Sitges, Barcelona, 1998). “Interior con figuras”.

Carles NADAL FARRERAS

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NADAL FARRERAS, Carles (París, 1917 – Sitges, Barcelona, 1998).
“Interior con figuras”, 1969.
Óleo sobre cartón, encolado a lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
50,5 x 65 cm; 71,5 x 86,5 cm (marco).

 

Carlos Nadal construye aquí un escenario complejo, basado en los tres muros claramente definidos por gruesas líneas, que cierran el espacio, cuya tridimensionalidad queda reforzada por el trazado geométrico del suelo. Sin embargo, el pintor desplaza ligeramente las líneas rompiendo la perspectiva del espacio, suscitando en el espectador un cierto desasosiego, una sutil ruptura con la realidad. En este interior, claramente descrito con una gran economía de medios, que describe mediante formas esenciales, trazos gruesos y expresivos y amplias manchas de color irregular, vemos diversos muebles, cuadros y objetos, que rodean a tres personajes cotidianos, un hombre en primer plano, captado de perfil, y dos mujeres al fondo, charlando sentadas en sendas butacas, cuyos rostros desaparecen bajo la mancha de color.

Hijo de Santiago Nadal, pintor decorador afincado en París, Carles Nadal vive desde la infancia en Barcelona, donde se traslada la familia debido a una enfermedad del padre. A los trece años empieza a trabajar de aprendiz en un taller de pintura decorativa, y en 1936 recibe una beca del Ayuntamiento de Barcelona para cursar estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi. Al estallar la Guerra Civil es reclutado en el ejército republicano, con el que luchará en los frentes de Aragón y Tremp. A principios de 1939 cruza la frontera francesa y es internado en el campo de refugiados de Saint Cyprien, donde permanecerá varios meses. Consigue escapar y volver a cruzar la frontera, pero es detenido y encarcelado en Figueras. Bajo libertad condicional vuelve a Barcelona, donde continúa con su carrera artística simultaneando los trabajos de decoración con los estudios de Bellas Artes.

En 1941 debuta en una exposición colectiva de la galería Dalmau, obteniendo buenas críticas. Finaliza sus estudios con buenas notas, obteniendo el reconocimiento de profesores y catedráticos, algunos de los cuales se convertirán en amigos y colaboradores del joven Nadal. De hecho fue uno de ellos, Luis Muntané, quien le facilita exponer individualmente por primera vez en 1944, en la sala La Pinacoteca de Barcelona. Dos años después se traslada a París, becado de nuevo por el Ayuntamiento de Barcelona. Allí trabaja y expone con el grupo Présence de l’Homme, además de participar en los Salones de Otoño. Más tarde asistirá, gracias a una beca del Estado francés, a la Escuela parisina de Bellas Artes. En 1948 contrae matrimonio con Flore Joris, estableciendo su residencia en Bruselas, donde permanecerá hasta mediados de los años setenta. En Bélgica descubrirá, como manifestó él mismo repetidas veces, la luz y el color. Durante estos años seguirá mostrando su obra tanto en España y Bélgica como en Francia, Alemania, Holanda, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. La pintura de Nadal es de carácter postimpresionista, intensamente colorista, y se basa en la búsqueda de la fuerza cromática como medio más directo de comunicación. Entre sus premios destacan el Gran Premio de Spa, Bélgica, y su nombramiento como miembro de la Royal Academy of London. Sus obras se encuentran en el MACBA, el Museo Spa en Bélgica y el Museo Real de Bruselas.

 

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Emilio GRAU SALA (Barcelona, 1911 – 1977). “Interior con figuras”.

34004238-(100)

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GRAU SALA, Emilio (Barcelona, 1911 – 1977).
“Interior con figuras”, París, 1971.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo. Firmado, localizado y fechado al dorso. Con etiqueta de la Sala Parés de Barcelona.
80 x 100 cm; 100 x 117 cm (marco).

 

En esta obra el personalísimo colorido de Grau Sala se expresa en toda su esencia, mostrando su herencia fauvista y su carácter decorativo, que juega con los patrones abstractos, las texturas, la superposición de formas ligeramente indefinidas y el contraste entre tonos fríos y cálidos, siempre luminosos y anticlásicos.

Hijo del dibujante Juan Grau Miró, Grau Sala combina su asistencia a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con una formación esencialmente autodidacta. En 1930 realiza su primera exposición, en la galería Badriñas de la ciudad condal. Al inicio de la Guerra Civil, en 1936, se traslada a París, donde se instala en la colonia de artistas españoles de Montparnasse. Ese mismo año obtiene el primer premio Carnegie.

En los veinticinco años que permaneció allí conoció de cerca las vanguardias, aunque se decantó siempre por una figuración colorista, derivada del impresionismo y el fauvismo. Era una vía ya asumida por el circuito comercial, superada en cuando a novedad por el cubismo y el surrealismo, pero que se mantenía viva dentro de un alto nivel gracias a maestros como Bonnard, Chagall y Dufy.

De hecho, pronto se dio a conocer en París como sucesor del espíritu y los valores impresionistas, directamente relacionados con Bonnard y Vuillard. Esta opción estilística de Grau Sala condicionó la de su esposa, Ángeles Santos, quien abandonó su singular surrealismo por un paisaje más convencional, una decisión que los críticos no dudaron en lamentar. El éxito de su estilo llevó a Grau Sala a dedicarse también a la obra gráfica (grabados, litografías, ilustración de novelas, carteles…), así como a los decorados teatrales. La gracia y finura de sus personajes, la vivacidad de los colores y la atmósfera elegante de los ambientes que plasmaba le hicieron cosechar grandes éxitos y reconocimientos por todo el mundo.

Celebró diversas muestras individuales, sobre todo en Barcelona y París, pero también en ciudades como Nueva York, Toulouse, Londres o Los Ángeles. En 1963 regresó a Barcelona, cuando la anquilosada figuración de la España franquista empieza a ser contestada por Oteiza, Chillida, Tàpies y el colectivo “El Paso”. Sin embargo, él permanece fiel a su estilo, y hasta su muerte en 1975 trabajará dentro de su propia línea personal, centrada en sus temas favoritos, figuras femeninas, interiores y paisajes, en una ambientación temporal vagamente clásica, nostálgica del siglo XIX.

Tras su muerte, y durante más de una década, Grau Sala quedó ensombrecido por las múltiples novedades que afluían en la España democrática, pero a partir de los años 90, el nuevo auge del coleccionismo de nivel medio relanzó a Grau Sala, al entenderle como intérprete en clave española del impresionismo. Se conservan obras de Emilio Grau Sala en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y el Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea.

 

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