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En subasta magnífico conjunto de dormitorio Italiano del S XIX

Setdart presenta actualmente a subasta un extraordinario conjunto de dormitorio de origen italiano, obra de la segunda mitad del siglo XIX, integrado por dos lechos, una pareja de mesitas de noche, un escritorio, un armario,una pareja de sillas y un mueble auxiliar. De inspiración neo-renacentista, las piezas que forman parte del dormitorio incluyen figuras talladas en bulto redondo, escenas figurativas de formas y temática clasicista realizadas en marquetería y una taracea geométrica a base de madera de limoncillo y de ébano, combinada con marfil. Se trata de la llamada “taracea granadina”, de inspiración andalusí. El resultado de esta combinación de motivos y técnicas artísticas son piezas abigarradas, de gran riqueza decorativa e iconográfica, de exquisita factura.

El conjunto se divide en diferentes lotes en los que se puede acceder directamente a través de estos links

CONJUNTO PARTE I

CONJUNTO PARTE II

CONJUNTO PARTE III

CONJUNTO PARTE IV

CONJUNTO PARTE V

 

Conunto de habitación Italiana del S XIX

 

El dormitorio es, en nuestra concepción actual de la casa, una estancia privada e íntima, dedicada al descanso y normalmente al margen de curiosidad de las visitas. A lo largo de la historia, sin embargo, fue, en muchas ocasiones, una sala más de “representación” y “ostentación” en la corte y entre las clases aristocráticas. La pintura y, sobre todo, la miniatura, la iluminación de manuscritos, nos muestran, desde la edad media, como el dormitorio podía convertirse en lugar de reunión para las damas de la corte, por ejemplo. Así se constata en la bella miniatura que presenta a la escritora del siglo XIV Christine de Pizan ofreciendo sus obras a la reina Isabel de Baviera en el manuscrito “The Book of theQueen”de la British Library (http://www.bl.uk/manuscripts/Viewer.aspx?ref=harley_ms_4431_f003r). El dormitorio podía convertirse además en el lujoso espacio en el que se desarrollaban ceremonias como el matrimonio, como parece suceder en la conocida pintura de Jan van Eyck “El matrimonio Arnolfini” (https://www.nationalgallery.org.uk/paintings/jan-van-eyck-the-arnolfini-portrait). El dormitorio fue también, en fin, el lugar privilegiado en el que se ambientan escenas sacras, como la mayoría de anunciaciones a María. No es de extrañar, por tanto, que grandes artistas y artesanos crearan sofisticadas piezas de mobiliario (lechos, escritorios, arcas, armarios), destinadas a esta estancia.

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Arca castellana, ca. 1600

Arca Castellana

Lote en subasta:

Arca castellana, hacia 1600.
Medidas: 80 x 152 x 57 cm.

 

Arca castellana con cerradura doble, lo que nos indica que podría haberse tratado de un arca destinada a guardar los ingresos de un ayuntamiento o centro religioso. Este tipo de arcas de caudales solían presentar dos o más cerraduras, de modo que fuera necesario que hubiera siempre más de una persona presente a la hora de acceder a su contenido. Se trata de un arca típicamente española de la época, con estructura prismática de base escalonada y tapa de perfil moldurado, también escalonado. Se alza, eso sí, sobre patas torneadas que elevan su altura, algo más propio del periodo barroco que de épocas anteriores.

Se trata de un mueble funcional, por lo que no tiene más decoración que las mencionadas molduras y los herrajes. Vemos ricos escudos de cerradura aplicados sobre tela roja, recortados y calados, a juego con las placas de fijación de las asas laterales, móviles y en forma de arco compuesto por dos tornapuntas con lenteja central. La tapa es articulada mediante bisagras largas visibles en el interior, y cuenta con un compartimento secundario en uno de los laterales, algo común en el arca española de la época. Cuenta además con sus llaves originales.

 

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Georges DE FEURE
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Georges DE FEURE (París, 1868 – 1943). Pareja de sillones Art Nouveau.

Lote en subasta:

Georges DE FEURE

DE FEURE, Georges (París, 1868 – 1943).
Pareja de sillones de madera tallada y dorada, con tapicería de terciopelo.
Medidas: 100 x 70,5 x 59 cm.

Estas piezas pertenecen a la producción cumbre de Georges de Feure, que le valió en su tiempo los más importantes reconocimientos. A día de hoy,  el mobiliario en madera tallada y dorada es lo más apreciado y buscado por los coleccionistas dentro de la producción de Georges de Feure, y de hecho ha alcanzado altos precios en destacadas casas de subastas.

Lote:

Pareja de sillones Art Nouveau en madera tallada y dorada, con tapicería de terciopelo granate de color profundo y rico. Se alzan sobre cuatro patas con dos diseños diferentes: rectas y ligeramente más estrechas en el pie las frontales, y las traseras siguiendo el modelo de la pata de sable neoclásica, abiertas hacia el exterior, si bien su curvatura armoniza equilibradamente con la forma abierta del respaldo. Tanto las patas frontales como la cintura de los sillones aparecen decoradas con una delicada talla a base de flores y tallos, combinada con líneas que evocan lo vegetal sin llegar a concretarlo, formas sinuosas y totalmente orgánicas que también vemos en las molduras del resto de la estructura. Los brazos son cerrados, enteramente tapizados, y rematados en el frente por formas de nuevo totalmente orgánicas aunque abstractas. Los respaldos presentan una forma suavemente curvada, que abraza la espalda y forma dos ligeras orejas, decoradas con flores talladas en varios planos.

Considerado uno de los principales ebanistas del Art Nouveau parisino, junto a Louis Majorelle y Eugène Galliard, Georges de Feure fue un artista aclamado en su época tanto en Francia como en otros países europeos, de clave importancia no sólo para la difusión del Art Nouveau sino también para su consolidación entre el público, dado que fue uno de los más destacados artistas de Siegfried Bing. A día de hoy se considera que el definitivo afianzamiento del nuevo lenguaje artístico fue obra de este marchante, a través de su tienda “La Maison de l’Art Nouveau” y, especialmente, de su pabellón en la Exposición Universal de París de 1900. Este pabellón fue diseñado por el propio de Feure, y contó con dos importantes espacios completamente creados por él, una sala de estar y un boudoir femenino con delicados muebles, papel de pared y todo tipo de detalles creados por de Feure siguiendo la idea de obra de arte orgánica, total, propia del Art Nouveau. Aunque ambas estancias fueron muy alabadas por la crítica, la que le valió a su creador la medalla de oro de la Exposición fue la sala de estar, cuyo mobiliario guarda importantes similitudes con los sillones que aquí presentamos. De hecho, los muebles que realizó para esta estancia estaban todos realizados en madera tallada y dorada, con rica tapicería. Actualmente puede contemplarse el conjunto original en una fotografía de época perteneciente al “Album de références de l’Art Nouveau (Photo/Album Bing)”, de la biblioteca del Musée d’Arts Décoratifs de París, reproducida en “Art Nouveau Bing. Paris Style 1900”, de Gabriel P. Weisberg, fig. 178, p. 184 (New York: Abrams; Washington, D.C.: Smithsonian Institution Traveling Exhibition Service, 1986). Aparte de las leves diferencias respecto a los muebles de la Exposición, estos sillones están realizados en madera tallada y dorada, y decorados con estilizados y elegantes motivos vegetales de gran delicadeza, motivos que fueron considerados por la crítica contemporánea como el culmen de la elegancia moderna, la delicadeza femenina y la sofisticación. En resumen, en los sillones que aquí presentamos se aprecia con gran claridad esta combinación de un estilo lleno de poesía, exotismo y deslumbrante lujo que alcanzó su cúspide en la Exposición de París de 1900, donde el pabellón de Bing supuso la representación más perfecta de lo que fue el Art Nouveau: la unión de las artes y un diseño exquisito desde el punto de vista del lujo, el virtuosismo y el trabajo artesanal.

 

Georges de Feure:

Georges Joseph van Sluÿters, más conocido por su nombre artístico, Georges de Feure, fue el hijo de un influyente arquitecto neerlandés afincado en París. Inició su formación en el comercio de libros en La Haya, donde entró en contacto con el simbolismo. En 1886, de Feure fue uno de los once estudiantes admitidos en la Rijkscademie voor Beeldende Kunsten de Ámsterdam, aunque dejará las clases al poco tiempo tras decidir que la formación académica tradicional no tenía nada que ofrecerle. Ya de regreso en París, a finales de la década de 1880 se instaló en Montmartre, donde frecuentó la bohemia parisina. En 1890 se convierte en discípulo de Jules Cheret, y comenzará a diseñar carteles para el Salon Des Cent, Loie Fuller y Thermes Liegois. Durante los primeros años de su carrera adquirió renombre como pintor simbolista, y Puvis de Chavannes le consideró uno de los pintores más importantes de dicho movimiento. Ya en la década siguiente será igualmente reconocido como cartelista de gran talento, e ilustrará libros como “La Porte des Réves”, de Marcel Schwob (1899). De Feure expuso sus pinturas en la Societé Nationale en 1894, en el Salón de la Rose Croix en 1893 y 1894, y en la Secesión de Munich en 1896. También se interesará por el diseño, por todo aquello que compone la decoración de una casa; creará diseños para telas estampadas, porcelana, vidrieras… Así, en la década de los noventa será nombrado profesor de artes decorativas en la École des Beaux-Arts.

Sus primeros encargos fueron ilustraciones y diseños de escenografía, hasta que finalmente fue descubierto por uno de los más grandes marchantes del París del momento, Siegfried Bing. Bing comenzó a interesarse en él después de ver muchas de sus pinturas en los Salones de París, así como sus ilustraciones en periódicos de la ciudad y sus carteles. Así, de Feure comenzará en los años noventa a dejar la pintura y la estampa en favor del diseño y las artes decorativas, y ya en el Salón Nacional de Bellas Artes de 1894 expuso diseños de mobiliario y cerámica. De hecho, por esta época empieza a ser conocido como creador de refinados y exquisitos muebles para las clases más acomodadas. De Feure pronto se convirtió en uno de los más importantes diseñadores de Bing, y éste le animó a ampliar su talento a todas las áreas del arte y el diseño. Aunque nunca firmaron un contrato exclusivo, de Feure trabajará principalmente para el marchante, en paralelo a sus encargos privados. De hecho, su trabajo fue expuesto ininterrumpidamente en la tienda de Bing, “La Maison de l’Art Nouveau” (origen del estilo e incluso del término), desde 1895 hasta su cierre, en 1904.

De Feure diseñó todo tipo de piezas para la tienda de Bing, y su mayor éxito será el conjunto de mobiliario de salón que realizó para el pabellón de éste en la Exposición Universal de París de 1900, que le valió la medalla de oro. De hecho, de Feure diseñó la fachada y dos interiores (sala de estar y boudoir femenino) para el pabellón de Bing, creaciones que serán todo un éxito de crítica, y sus diseños de mobiliario fueron descritos en la prensa de la época como la quintaesencia del refinamiento a la francesa. De Feure escogió como motivos principales las mujeres y las flores, con frecuencia combinándolas en un mismo diseño. Así, en obras como su serie “Feminiflores” la mujer llega a transformarse en la flor a la que simboliza. Un crítico contemporáneo escribió que la obra de Feure era un “himno a la belleza de la mujer”. De Feure también contribuyó a otra galería de artes decorativas contemporáneas abierta en París por aquellos años (1898), “La Maison Moderne” de Julius Meier-Grafe. Tras la muerte de Bing, y antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, el artista se trasladó a Gran Bretaña, donde continuó su carrera como diseñador. En 1928 regresa a París y es nombrado profesor de la École Nationale Supérieure des Beaux Arts. Desde entonces compaginará su trabajo artístico con la docencia, ya dentro de un estilo plenamente Art Déco, hasta su muerte en noviembre de 1943, durante la ocupación de París. Actualmente se conservan obras de Georges de Feure en algunos de los museos más importantes del mundo, entre ellos el Museo de Orsay de París, el Metropolitan y el MoMA de Nueva York y el Albertina de Viena.

 

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Pareja de mesas Imperio. España, hacia 1820.

35015792-(100)

Lote en subasta:

Pareja de mesas Imperio; España, hacia 1820.
Caoba y madera dorada, con tablero de mármol.
Medidas: 66 x 47 x 38 cm.

 

Pareja de mesitas Imperio en caoba, con un bello veteado que queda realzado por los volúmenes rotundos, típicos de este lenguaje, de aristas vivas y líneas regulares. Cuentan además con elementos tallados y dorados: pies en forma de garra felina y cariátides en forma de hermes alados, con alas de mariposa, torso masculino, rostro femenino y parte superior del cuerpo vegetalizada. Sobre sus cabezas se sitúan cuatro capiteles de inspiración egipcia, una de las grandes fuentes ornamentales del estilo Imperio, que determinan una superficie mixtilínea del tablero, compuesto por una placa de mármol blanco de expresivo veteado. Las patas, inspiradas en el antiguo mobiliario grecolatino, parten en recto para curvarse hacia la chambrana ovalada inferior, de la que parten, en una curva opuesta hacia el exterior, los cuatro pies rematados en garra. En su frente y en uno de los laterales, bajo el tablero, se sitúan dos cajones de frente liso, sin molduras ni tallas que interrumpan la unidad ornamental establecida por la chapa de caoba, con cerradura independiente.

El lenguaje Imperio se gesta en Francia a finales del siglo XVIII, incluso antes de la Revolución Francesa. Así, veremos ya en esos años, en los Directorio y Consulado, muebles más severos en sus formas, con hincapié en el aspecto arqueológico a nivel decorativo. No obstante, el Directorio y el Consulado no son sino la creación del estilo Imperio, lenguajes de transición sin una clara identificación estilística: el Directorio puede confundirse a veces con el Luis XVI, y el Consulado con el Imperio, y a veces incluso puede ser difícil distinguir entre Directorio y Consulado. Ya a partir de 1800 sí existirá un estilo Imperio completamente formado; su límite no está claramente definido, pero en general se considera que no perdura más allá de 1815 en la corte francesa (sí en centros periféricos y en otros países). En la época de Luis Felipe se podrá hablar de un estilo subclásico, una pervivencia del estilo Imperio en muebles ya de menor calidad.

El estilo Imperio alcanzará su esplendor en el entorno de Napoleón; como Luis XIV, construirá en torno a sí mismo toda una escenografía para realzar su persona. Tal y como hizo Le Brun para Luis XIV, para Napoleón trabajarán Percier y Fontaine, arquitectos oficiales del emperador y auténticos creadores del pleno estilo Imperio, que en sus manos será un lenguaje de aparato, grandioso y escenográfico. Sin embargo, el Imperio no es un lenguaje unitario ni siquiera en la obra de Percier y Fontaine; existió también un segundo estilo Imperio relacionado con el entorno privado del emperador, y que también se extenderá fuera de la corte. Será este un estilo mucho más sencillo, más cercano al Antiguo Régimen y al estilo Luis XVI, con un mobiliario más intimista y ligero aunque igualmente creado por Percier y Fontaine. Por lo tanto, el Imperio es un mueble de arquitecto, y se caracterizará por las estructuras arquitectónicas hasta en piezas poco dadas a ello como los sillones.

Respecto a los materiales, en el mueble Imperio predominará la caoba, con distintos cortes y veteados, y sobre ella suele destacar el bronce (más tarde, también la madera tallada y dorada), el de más calidad de la historia de la ebanistería francesa, con un fino cincelado de aspecto frío, perdiendo el aspecto graso de los bronces del siglo XVIII. Respecto a las tapas, se utilizará principalmente el mármol, así como otras piedras duras, y ahora se preferirán las de textura vista o de veteado suave, como aquí vemos. Por otro lado, desaparecen casi totalmente las molduras, todos los volúmenes serán de aristas vivas, y se chapeará de acuerdo a ello. Este es el aspecto más moderno del estilo Imperio, la búsqueda de volúmenes simples, y ejercerá una importante influencia en el siglo XX, en estilos como el Art Déco o los funcionalismos. Finalmente, es un mueble en el que hay muy poca marquetería en general, es algo pasado de moda, y también se reduce la talla, a no ser que juegue el mismo papel que los bronces.

 

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