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Réplica única de Claude Lebeth

 

Setdart Subastas presenta estos días una réplica única del cuarteto de cuerda (originalmente un quinteto) fabricado por Antonio Stradivari para la corte de Felipe V, realizada por el célebre luthier Claude Lebet en su taller de la localidad suiza de La Chaux-de-Fonds, en 1996. Se trata de una réplica excepcional por su rareza y su carácter único; Lebet gozó de la autorización del Patrimonio Nacional para acceder a los instrumentos originales construidos por Stradivari, que pudo estudiar de primera mano, siendo por tanto no sólo reproducciones exactas de los originales, sino también piezas de alta luthería, realizadas siguiendo los máximos estándares de calidad por uno de los artesanos más importantes del mundo.

 

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Lebet construyó estas réplicas utilizando maderas de arce y abeto, realizando un minucioso trabajo de extraordinaria y rara calidad que le llevó en torno a un año, ya que se reproduce hasta el más mínimo detalle sin descuidar la calidad de los instrumentos. Las incrustaciones de los laterales de los instrumentos aparecen embutidas en huecos excavados en la madera de arce, y se componen de una mezcla de polvo de ébano y cola caliente. Por otro lado, los perfiles de frente y trasera cuentan con filetes compuestos por aplicaciones de marfil procedente de antiguas teclas de piano: más de mil cuatrocientas piezas romboidales y rosetas, todas recortadas individualmente.

 

Claude Lebet (La Chaux-de-Fonds, 1956), es un maestro luthier suizo de fama internacional, hijo de un pastor protestante y de una instrumentista. Se inició en el arte de la luthería con tan sólo doce años, cuando comenzó a frecuentar la tienda de un modesto fabricante de instrumentos de su localidad natal. Tras estudiar durante ocho años en el Conservatorio musical, donde se formó como violonchelista, a los dieciocho años Lebet se trasladará a Cremona para ingresar en la Escuela Internacional de Luthería. Tras licenciarse en 1980, ampliará sus conocimientos visitando importantes talleres internacionales en Ginebra, París y Nueva York. En 1984 regresa a su La Chaux-de-Fonds natal y abre su propio taller. En esta localidad existe un auditorio utilizado por la discográfica Philips para la grabación de sus discos, lo que permitió a Lebet conocer y trabajar para numerosos músicos de importancia, como el violonchelista Paul Tortelier, los violinistas Arthur Grumiaux y Henryk Szeryng o el Beaux Arts Trio de Nueva York, entre otros. De especial relevancia fue su encuentro, también por estos años, con los componentes de la orquesta italiana I Musici, quienes le animaron para abrir la que será la primera sucursal de su taller, en la ciudad de Roma (1993). Finalmente, Lebet se trasladará a su taller romano en 2001.

 

En el transcurso de su actividad como luthier, Lebet ha construido personalmente un reducido número de instrumentos, entre los que se encuentra el cuarteto de cuerda al que aquí nos referimos. Sin embargo, en su taller se ha fabricado una gran cantidad de violines, violas y violonchelos con su etiqueta. De hecho, la gran capacidad de su taller le permitió la hazaña única de realizar, entre 2007 y 2009, todos los instrumentos de cuerda de una orquesta entera, la de Tiflis, un total de cincuenta y dos instrumentos. En paralelo, este luthier se ha ido ganando un gran reconocimiento a nivel internacional como experto en instrumentos antiguos, y de hecho se ha dedicado también a su restauración y al comisariado de exposiciones de preciados instrumentos antiguos.

 

Este cuarteto obra de Lebet reproduce el cuarteto (originalmente quinteto) formado por los conocidos como Stradivarius Palatinos, instrumentos construidos entre 1696 y 1709, ricamente adornados con incrustaciones de marfil y ébano, de gran delicadeza, evidenciando el gusto de la época por la marquetería y el contraste de materiales, especialmente de maderas oscuras como el ébano con otros materiales de color más claro, ya fuera el marfil (hueso en los ejemplos de menor calidad), el carey o el latón. Este quinteto de cuerda ejerció ciertamente una gran influencia en los círculos musicales de la época, como atestiguan las más de doscientas obras que compuso para él Luigi Boccherini, italiano al servicio de la corte española.

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La viola tenor de este quinteto destinado a la corte española desapareció en el siglo XIX. Hill, en su libro sobre Stradivari, nos da los últimos testimonios de su existencia. La viola alto también fue separada del conjunto, cuando José Bonaparte la sacó de España en su propio equipaje. El violonchelista Juan Ruiz Casaux (San Fernando, 1889 – Madrid, 1972) efectuó una larga investigación y finalmente la localizó en la casa W. E. Hill & Sons de Londres, donde se conservaba en perfecto estado gracias a los cuidados de esta familia de luthiers y coleccionistas de instrumentos. Casaux viajó entonces a la capital británica acompañado por el rey Alfonso XIII, en 1925, si bien sus propietarios rechazaron vender la viola. Tras numerosas tentativas infructuosas, en 1951 se llegó a un acuerdo entre el Patrimonio Nacional y la familia Hill, y la viola finalmente regresó a España. Desde entonces, la viola es conocida como “alto Casaux” en honor a aquel que logró encontrarla. Actualmente, el cuarteto está formado por dos violines, una viola y un violonchelo.

 

Antonio Stradivari (Cremona, 1644-1737) es actualmente el más célebre luthier de la historia de la música occidental. Sus instrumentos están reconocidos como los mejores jamás creados, y siguen siendo tocados a día de hoy, a fin de conservar su calidad. Pese a los cambios de gustos y modas, la supremacía de Stradivari, compartida sólo con Giuseppe Guarneri del Gesù (Cremona, 1698-1744), es aceptada unánimemente a día de hoy. Dentro de su producción destacan los quintetos de cuerda que creó para algunas cortes europeas, como la de los Médici en Florencia o la de Felipe V en España. En concreto, el conjunto realizado para el rey español, originalmente un quinteto y hoy un cuarteto, es el grupo de instrumentos conocidos como los Stradivarius Palatinos. Custodiados en el Palacio Real de Madrid y pertenecientes a la colección de la Capilla Real, propiedad del Patrimonio Nacional, estos instrumentos se siguen utilizando para ofrecer conciertos de música de cámara, interpretados por los mejores músicos del mundo. Se trata del conjunto más valioso de instrumentos antiguos conservados en Madrid, y se exhibe en la Sala de Música de la Real Biblioteca del Palacio.