Andy Warhol y su inseparable Polaroid
“Lo mejor de una foto es que nunca cambia, incluso cuando la gente que aparece en ella lo hace” Andy Warhol.
El rey de pop art por antonomasia, Andy Warhol, se anticipó varias décadas con sus célebres polaroids al estallido de las redes sociales, que, como Instagram, se han convertido en un verdadero símbolo de nuestra era. Del mismo modo, Warhol convirtió sus icónicos retratos en un valioso relato del entorno social que le acompañó a lo largo de su trayectoria, inmortalizando con su inseparable cámara Polaroid a las estrellas más rutilantes del momento. Este es el caso de la fotografía (35175118) que el próximo día 5 de julio presentamos en nuestra subasta, donde Warhol logra capturar la esencia de la madurez de una de las grandes leyendas de la pantalla del cine clásico de Hollywood como fue Lana Turner
La relevancia de la faceta como fotógrafo de Warhol dentro del desarrollo de su personalidad artística es del todo indudable tal y como demuestran las más de 100.000 instantáneas que realizó a lo largo de su trayectoria. Su idilio con la fotografía se inicia hacia 1962 cuando el artista adquiere su primera cámara Polaroid Big Shot. Fascinado por las ventajas que la fotografía al instante le ofrecía, Warhol empezó a registrar casi de forma obsesiva todo aquello que le rodeaba, ya fueran objetos cotidianos, disturbios raciales, o los rostros de los personajes más célebres del momento. Desde entonces, utilizó su cámara como si de un trabajo preparatorio se tratara, siendo, como el mismo afirmó, su particular lápiz y papel con el que dio luz a gran parte de su corpus artístico. De este modo, su Polaroid pasó a ser una herramienta fundamental en el proceso de realización de una obra posterior que a menudo convertía en serigrafia. De hecho, algunas de ellas, como la de Marilyn Monroe, han pasado a la historia del arte contemporáneo como verdaderos iconos que ya forman parte de nuestro imaginario cultural .