Written by Andrea Domenech

Le Grand Tour: La fascinación del viajero

Le Grand Tour: La fascinación del viajero

Setdart licita una interesante colección de bronces procedentes de las colecciones de los viajeros que recorrieron las principales capitales europeas en el siglo XIX. Más de cincuenta lotes se dan cita para saciar nuestras ansias exploradoras.

Antichità Romane, vol. II
Antichità Romane, vol. II

Si uno hubiera sido aristócrata en los siglos XVIII o XIX habría podido completar su formación con un periodo de viajes (entre ocho meses y ocho años) por el continente europeo. Al cumplir los 21 años, acompañado de un tutor, y con Italia como destino clave, habríamos aprendido sobre política, cultura y, como no, de arte.

A nuestro paso por Francia hubiésemos ido directos a París, donde recibiríamos clases de francés, equitación o esgrima, codeándonos con la sofisticada sociedad parisina, lo que nos ayudaría sobremanera para refinar nuestros modales y hacer gala de nuestras nuevas habilidades de vuelta a casa.

Ni que decir tiene que en Roma habríamos sido víctimas de un síndrome de Stendhal y, una vez recuperados, caídos en el irrefrenable deseo de adquirir para nuestras colecciones modelos en bronce de cuantas maravillas en mármol nos hubieran dejado sin aliento a nuestro paso por la península italiana. Estas soberbias piezas son el fruto de una fascinación por el arte grecorromano y, con el deseo de poseer un trocito de la historia de Occidente, artistas del bronce pusieron toda su destreza en emular la escultura del pasado, cenit de la creación artística.

Lote 35254038. Busto italiano de mármol blanco del Joven Augusto, s. XIX.

De entre las piezas que se licitan en esta subasta destacan algunas que beben directamente de modelos arqueológicos de la antigüedad grecorromana, como pudiera ser el lote 35253998, el cual representa a la Venus Calipigia, cuyo original fue desenterrado en Herculano en el siglo XVIII y, en la actualidad, descansa en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.  Otro buen ejemplo de estas reproducciones lo encontramos en el lote 35254024, esta vez con Diana Cazadora, cuyo modelo original proviene de un bronce griego del siglo IV a. C. Las parejas de bustos, como el de Diana y Apolo, tuvieran también una muy buena acogida entre los coleccionistas, en ocasiones versionando piezas de mayor tamaño y de sobra conocidas, como el Apolo de Belvedere en un formato menor, lo que bien podemos ver en el lote 35254004.

Lote 35253998. Escultura de bronce patinado Grand Tour de Venus Callipigia.
Lote 35254024. Gran escultura de bronce Grand Tour de Diana cazadora, s. XIX
Lote 35254004. Pareja de bustos de bronce patinado Grand Tour de Apolo y Diana, Siglo XIX

Pero no sólo de escultura vivieron los broncistas del XIX, pues las artes decorativas fueron a su vez proveedoras de modelos altamente exitosos. Uno de los más fecundos fue el Vaso Warwick, representado en nuestra subasta por los lotes 35254014 y 35254011.  

Lote 35254014. Jarrón italiano Grand Tour Warwick en bronce patinado y dorado. Finales del s. XIX.
Lote 35254011. Pareja de jarrones de bronce patinado Grand Tour Warwick. Siglo XIX.

Gracias a este tipo de piezas los más distinguidos viajeros pudieron llevar consigo verdaderas obras de arte creadas por los mejores artistas del momento, recuerdo de su inolvidable estancia, una suerte de memorias que, más de un siglo después, cuentan con una entidad propia, pues nos hablan de experiencias que configuraron el pensamiento de las élites europeas de los siglos XVIII y XIX y que, hoy, pueden ser adquiridas por cualquiera de nosotros para seguir escribiendo su propia historia en las colecciones contemporáneas.

External references to Roman urns

Prado Museum

Wikipedia

Written by Andrea Domenech

Woman aflame, la última de su estirpe. Dalí y sus alegorías del inconsciente

Woman aflame, la última de su estirpe. Dalí y sus alegorías del inconsciente.

Setdart brinda una ocasión única para adquirir el monumental bronce realizado por Salvador Dalí “Woman aflame” expuesta actualmente  en el MOCO Museum de Barcelona. La pieza, que cuenta con  tan solo 8 ejemplares numerados, un evento excepcional dado las escasas ocasiones en las que un bronce daliniano de esta envergadura e importancia sale al mercado.

Lote 35216688

En Spleen II, uno de sus poemas recopilados en Las flores del mal, Baudelaire habla de un mueble lleno de cajones que ocultan gavetas que, a su vez, esconden cajones aún más pequeños. Para el poeta francés este viejo secreter es una metáfora de una mente llena de recuerdos y secretos anidados unos dentro de otros, pero también de los múltiples compartimentos en los que se fragmenta un solo temperamento: “un gran mueble de cajones atiborrado de facturas, versos dulces, esquelas, procesos, romances… Con abundantes cabellos enredados en recibos, oculta menos secretos que mi triste cerebro”.

Las cajoneras fueron también para Dalí metáforas de la complejidad de la psique. Su inspirador, sin embargo, no fue Baudelaire sino Freud, quien se erigió como el gran lucero de todos los surrealistas. En La interpretación de los sueños presenta la imagen del mueble con cajones como trasunto del inconsciente y de su tendencia a ocultarse.

El genio ampurdanés pintó su primer Escritorio antropomórfico en 1936, año en que llevó a cabo una de sus obras más celebradas, La Venus de Milo con cajones. Al año siguiente pintaría el emblemático óleo La jirafa en llamas, donde la iconografía del motivo freudiano se enriquece con ominosas connotaciones vinculadas a la difícil situación política que estaba atravesando el país.

Casi cincuenta años más tarde, Dalí realiza una escultura monumental en la que retoma el tema de la mujer con cajones con el fin de establecer nuevos diálogos con su propio pasado y, al mismo tiempo, experimentar con las posibilidades técnicas e ideosincráticas de un bronce a tan gran escala: Woman Aflame (1980) es una clave de bóveda del surrealismo daliniano de la última época.

Lote 35216688

En esta subyugante escultura, quedan sintetizadas algunas de las obsesiones dalinianas más íntimas, que al sobredimensionarse en un bronce monumental, adquieren nuevos significados. El imponente cuerpo femenino se curva a la altura del torso doblándose hacia atrás y cubriéndose los ojos con la mano derecha, extremando el gesto de desorientación y pérdida que ya estaba presente en la figura de La jirafa en llamas. Confluyen en la estatua los elementos del fuego y los cajones como símbolos premonitorios y psicológicos. La llama aquí no sale de una jirafa sino que repta como crestas de dragón por una pierna torneada, por cuya parte frontal se suceden los cajones del “guardarropa antropomórfico”, como lo denominó el propio Dalí. “Sólo el psicoanálisis puede abrir esos cajones secretos”, decía Dalí siguiendo a Freud.

"Jirafa ardiendo" de Salvador Dalí

En el cuadro del Museo de Basilea el fuego se vinculó a la guerra civil española y a la premonición de la Segunda Guerra Mundial. En esta pieza monumental de 1980, en cambio, cabe vincularlo con el erotismo y la pasión insatisfecha, en relación a los problemas confesados por el artista de su impotencia sexual.

Asimismo, las muletas que sostienen la espalda de la musa (otro puntal básico del imaginario del artista surrealista) sugieren sentidos ambivalentes, pues son anclajes frágiles con la realidad y al mismo tiempo formas de acceder al subconsciente.

En cuanto a la técnica, el bronce presenta un acabado de gran calidad, apreciable en el modelado y las texturas. El vestido se adhiere al cuerpo, emulando la técnica griega de los paños mojados, dotando de sensualidad las curvas y de poder enigmático a la alegoría daliniana.

La licitación de Woman aflame es, por tanto, un acontecimiento de total relevancia para todos aquellos coleccionistas apasionados por el universo único e incomparable que el genio de Figueras dio a luz.

External references to Roman urns

Prado Museum

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CLARASÓ I DAUDÍ, Enric (Sant Feliu del Racó, Barcelona, 1857 – Barcelona, 1941). Lote 33008268

En Subasta

Lote en Subasta

 

 

CLARASÓ I DAUDÍ, Enric (Sant Feliu del Racó, Barcelona, 1857 – Barcelona, 1941).
“Mujer”.
Bronce, con base de mármol y peana de madera, ejemplar 3/10.
Firmada y numerada. Con sello de la fundición R. Vila.
Medidas: 66 cm de altura; 30 x 30 x 3 cm (mármol); 37,5 x 37,5 x 35,5 cm (peana).

Clarasó se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde fue discípulo de Joan Roig. A principios de los años ochenta conoce a Santiago Rusiñol y a Ramón Casas, con los que expondrá reiteradamente en la sala Parés. A mediados de esta década su estudio devino punto de reunión de artistas, así como primitivo núcleo de El Cau Ferrat. En este momento Clarasó se dedicaba a hacer estatuillas de barro, retratos e imágenes funerarias. Trabajó en la decoración de la Exposición Universal de Barcelona de 1888 y, con las ganancias que le reportó este trabajo, se traslada con Rusiñol a París. Realiza un segundo viaje dos años después, y se integra en el grupo formado por Casas, Rusiñol, Utrillo y Ramón Canudes.
Su obra se inicia en el naturalismo anecdótico, con obras como su “Forjador”, para evolucionar después, tras sus estancias en París, hacia el modernismo. Participó en 1892 en la Exposición Nacional de Madrid, así como en las Exposiciones Universales de Barcelona (1888), Chicago (1893) y París (1900), obteniendo en esta última la medalla de oro por su obra funeraria “Memento Homo”. Dentro de su producción destaca el monumento al rey Jaime I el Conquistador, en Palma de Mallorca.
Se conservan obras de Clarasó en el MACBA, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el Museo Cau Ferrat de Sitges.