Córdoba – 2.000 años de arte
La subasta que presenta Setdart en homenaje a la ciudad de Córdoba sigue la estela de la soleá. El objetivo concreto de esta propuesta es, no sólo dar a conocer el arte de una ciudad milenaria, ya sea en el periodo califa o en el barroco, si no realmente explicar como la tradición y la comunión entre las culturas son una parte viva de la ciudad con uno de los patrimonios artísticos más importantes del mundo. Analizaremos desde un punto de vista cercano, desde la fe a la vida cotidiana, usando las obras de arte como el hilo conductor y argumento de la identidad de la ciudad.
Setdart presenta: “Coronación de la Virgen”. Retablo en madera tallada, policromada y dorada.
Setdart se complace en presentarles en subasta este espectacular retablo del siglo XVII que por su valor histórico, trabajo artesanal, materiales de primera y la escena religiosa que representa es una pieza magnífica y una oportunidad única. Claro reflejo del barroco conforma una de las corrientes más representativas españolas.
Esta fantástica pieza se puede encontrar en subasta hasta el 05 de Julio.
Lote: 35177441 (ACCESO DIRECTO AL LOTE)
Escuela castellana de la segunda mitad del siglo XVII.
“Coronación de la Virgen”.
Retablo en madera tallada, policromada y dorada.
Medidas: 500 x 234 x 56 cm aprox.
Retablo en madera tallada en altorrelieve, policromada y dorada, enmarcado dentro de la escuela castellana de la segunda mitad del siglo XVII. Cuenta con un marco arquitectónico profusamente decorado. La escena central representa la coronación de la Virgen, con Dios Padre y Cristo rodeados de ángeles. En el ático aparecen Santiago, san Pedro y san Juan, y en la predela san Joaquín, santa Ana y Jesucristo.
El retablo queda enmarcado por dos columnas salomónicas cubiertas por hojas de parra y racimos naturalistas, situadas sobre ménsulas soportadas por atlantes niños. Las columnas dan apoyo al entablamento sobre el que se alza el ático, con perfil retranqueado y dinámico, típicamente barroco, desarrollado en torno a un motivo central de hojas de acanto de gran relieve.
En el panel principal la Virgen, arrodillada sobre un pedestal de querubines, con las manos unidas en gesto de oración y la cabeza humildemente inclinada, es coronada como Reina del Cielo por Cristo y Dios Padre. El primero aparece representado como resucitado, con una túnica dorada y bordada de motivos florales, que deja a la vista su torso desnudo, sosteniendo una estilizada cruz dorada en su mano derecha, mientras alza la izquierda para sostener la corona sobre la cabeza de María. Dios Padre aparece vestido con túnica oscura, también bordada con flores, y sobre ella un manto similar al de Cristo. Apoya su mano izquierda sobre un orbe que simboliza la universalidad de la doctrina cristiana y del acto redentor de Jesús. Tanto Dios Padre como Cristo aparecen sobre gruesos roleos de nubes, apoyados sobre ángeles niños de gran naturalismo y delicadeza. Tras las figuras vemos un paisaje pintado, con una míríada de querubines sobre el cielo y un alto horizonte con árboles de copa redondeada. La escena queda enmarcada por una orla muy claroscurista, típica del pleno barroco, compuesta principalmente por roleos de acanto.
¡No dejen escapar esta oportunidad y hagan sus pujas!
Francesco FIERAVINO, IL MALTESE (Malta, c. 1610 – Italia, 1670), Lote 33008011
Francesco FIERAVINO, “IL MALTESE” (Malta, c. 1610 – Italia, 1670).
“Interior con animales y aves muertas”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 124 x 204 cm; 141,5 x 215,5 cm (marco).
El pintor barroco Francesco Fieravino fue conocido como “Il Maltese” por su país de origen. Se especializó en bodegones e interiores protagonizados por lujosos tapices y alfombras.
En este lienzo el artista nos ofrece un espacio amplio, para tratarse de un bodegón, un interior con suelo jaqueado de baldosas, en el que vemos dos arcones, uno a cada lado. El de la zona izquierda aparece cubierto por una rica alfombra oriental, típica de la obra de “Il Maltese”, trabajada con colores suntuosos y luminosos, y cuya calidad, su tela pesada y densa, rica, aparece reflejada con gran naturalismo, gracias a una pincelada precisa y controlada, que llega a plasmar incluso los hilos uno a uno. Sobre este arcón se sitúa un gran almohadón, también de tela rica, brocada, y encima de él vemos a un perro de pelaje oscuro, cuyo cuerpo se confunde con las sombras que envuelven el fondo. Esta zona del cuadro queda cerrada limpiamente con la presencia de un suntuoso cortinaje, de nuevo típico del autor, en tono oscuro y dorado.
La composición se abre en el centro, y vemos un plano de pared, sobre el que destaca la borla ornamental de este cortinaje, junto a la figura de un papagayo de bellos colores, envuelto en penumbra. En el lado derecho de la escena el arcón aparece desnudo, sin telas ricas que recarguen cromáticamente la composición, dado que en esta zona proliferan las figuras de animales. Vemos a dos pavos vivos, de plumaje trabajado en un tono negro intenso y brillante, y junto a ellos y en primer plano, en el suelo, varias aves salvajes muertas. El cromatismo tendente a los tonos oscuros de esta parte de la composición queda compensado con la presencia de dos cestos, cuyo cromatismo ocre refleja la luz, clarificando la construcción tridimensional del espacio.
Más allá vemos un segundo arcón situado sobre el más grande, también de madera, y encima de él una espada, cuya empuñadura destaca por los brillos que la luz arranca al metal. La composición queda así claramente organizada en dos planos de profundidad, el primero y principal, donde se sitúan los elementos más importantes del bodegón, iluminada por una cálida luz natural, de la que no vemos el foco de origen por quedar en un lado del cuadro. Sin embargo, esta luz entra por el lado izquierdo, tal y como ocurre con el foco tenebrista típico de los caravaggistas, cuya influencia se puede apreciar en este lienzo.
Aunque los juegos de luces y sombras no son absolutamente protagonistas, Fieravino demuestra aquí su conocimiento de la escuela naturalista derivada de la obra de Caravaggio, a través de un tratamiento lumínico muy pensado, contrastado, que juega con la yuxtaposición de zonas fuertemente iluminadas con otras de media sombra, delicadamente matizadas, y la densa oscuridad del fondo, que centra nuestra mirada en el primer plano.