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Joan Miró Ferrà (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983). Sin título, h. 1963.

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JOAN MIRÓ

MIRÓ I FERRÀ, Joan (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983).
Sin título, h. 1963.
Rotulador sobre papel.
Firmado y dedicado a Carmen Gaspar en la parte inferior.
Adjunta certificado de autenticidad.
26 x 22 cm; 59 x 65 cm (marco).
Dibujo original a tinta de colores, dedicado a Carme Gaspar, copropietaria de la Sala Gaspar. Miró regaló este dibujo a la señora Gaspar con motivo de la exposición del Àlbum 19, celebrada en dicha sala en 1963.

 

Joan Miró fue una de las grandes figuras del arte del siglo XX a nivel internacional, y desarrolló un personal lenguaje cercano al surrealismo que influyó poderosamente tanto en sus contemporáneos como en las generaciones siguientes. Se formó en Barcelona, primero en la Escuela de la Lonja y posteriormente en la Academia Galí, de espíritu más renovador. En esa escuela y en el Cercle Artístic de Sant Lluc, también en Barcelona, el joven Miró conocerá a algunos de sus grandes amigos, como el crítico Sebastià Gasch, el poeta J.V. Foix, el pintor Josep Llorens Artigas o el promotor artístico Joan Prats. Así, desde sus años de formación se relacionó directamente con los círculos más vanguardistas de Barcelona, y ya en la temprana fecha de 1918 realiza su primera exposición, en las Galerías Dalmau de Barcelona.

En 1920 se traslada a París y se encuentra con Picasso, Raynal, Max Jacob, Tzara y los dadaístas. Estos serían los años cruciales de su carrera artística, en los que Miró descubrirá su lenguaje personal. En París entabló amistad con André Masson, en torno a quien se agrupaba el denominado grupo de la Rue Blomet, futuro núcleo del surrealismo. Así, bajo la influencia de los poetas y pintores surrealistas, con quienes compartía muchos de sus planteamientos teóricos, va madurando su estilo; trata de trasponer a lo visual la poesía surrealista, basándose en la memoria, la fantasía y lo irracional. Desde este momento su estilo inicia una evolución que le lleva a obras más etéreas, en las que las formas y las figuras orgánicas se reducen a puntos, líneas y manchas de color abstractos. En 1924 firma el primer manifiesto surrealista, aunque la evolución de su obra, demasiado compleja, no permite adscribirle a ninguna ortodoxia determinada. Su tercera exposición en París, en 1928, supone su primer gran triunfo: el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquiere dos obras suyas.

A partir de los años treinta Miró se consagra como una de las figuras más destacadas del panorama artístico internacional, así como uno de los creadores clave del siglo XX. Precisamente en ese momento el artista, inconformista por naturaleza, entra en una fase que denominó de “asesinato de la pintura”, en la que renuncia voluntariamente a ser pintor y experimenta con otros medios, como el collage, el dibujo sobre papeles de diferentes texturas o la construcción de “objetos” con elementos encontrados, su primer acercamiento a la escultura. Así, aunque pronto retomó la práctica de la pintura, Miró ya nunca abandonará su deseo de experimentación con todo tipo de materiales y técnicas, entre ellas la cerámica, el bronce, la piedra, las técnicas gráficas e incluso, desde 1970, el tapiz.

Regresa a España en 1941, y ese mismo año el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedica una retrospectiva que supondrá su definitiva consagración internacional. Durante la década de los cincuenta experimentó con otros medios artísticos, como el grabado, la litografía y la cerámica. Desde 1956 y hasta su muerte, en 1983, reside en Palma de Mallorca en una suerte de exilio interior, mientras crece su fama internacional. A lo largo de su vida recibió numerosos premios, como los Grandes Premios de la Bienal de Venecia de 1954 y de la Fundación Guggenheim en 1959, el Carnegie de Pintura en 1966, las Medallas de Oro de la Generalitat de Cataluña (1978) y de las Bellas Artes (1980), y fue nombrado Doctor Honoris Causa por las universidades de Harvard y Barcelona.

En la actualidad su producción puede contemplarse en la Fundación Joan Miró de Barcelona, inaugurada en 1975, así como en los principales museos de arte contemporáneo de todo el mundo, como el Thyssen-Bornemisza, el MoMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, la National Gallery de Washington, el MNAM de París o la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo.
 

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DUARTE JIMÉNEZ, Ángel (Aldeanueva del Camino, Cáceres, 1930 – Sion, Suiza 2007). Lote 35013666

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DUARTE JIMÉNEZ, Ángel (Aldeanueva del Camino, Cáceres, 1930 – Sion, Suiza 2007).
Sin título.
Escultura en metal plateado.
Medidas: 60,5 x 60,5 x 42 cm.

Artista multidisciplinar autor de pinturas, obra gráfica, esculturas y montajes luminosos, Ángel Duarte desarrolló una obra de vanguardia que supuso una inflexión en el acomodo y la abulia imperantes en el panorama artístico de la posguerra española. Por otro lado, la universalidad de su lenguaje le llevó a exponer en prestigiosas galerías de Francia, Austria, Suiza, Alemania, Italia, Bélgica, Japón, Estados Unidos y otros muchos países.
Nacido en el seno de una familia humilde, se trasladó a Madrid con su familia en 1934. No obstante, su padre fue movilizado al estallar la Guerra Civil, y su madre falleció en un bombardeo; tras la contienda se traslada con su padre a Ayora (Valencia), donde permanecerá cuatro años, para luego regresar a su Aldeanueva natal. Por estos años comienza a dibujar todo lo que encuentra a su alrededor. En 1944 la familia regresa a Madrid, y Duarte entra a trabajar en un taller de orfebrería, mientras asiste por la noche a la Escuela Provincial de Artes y Oficios y ocupa las madrugadas en las tertulias del Café Gijón. Asimismo, recibe clases de dibujo y modelado del extremeño Antonio Solís, y en sus ratos libres pinta en la Casa de Campo y realiza copias en el Museo del Prado. También asistió a los cursos del Círculo de Bellas Artes, donde conoció al artista Agustín Ibarrola.
Tras intentar en vano traspasar la frontera para viajar a París, el artista regresa a Aldeanuela a principios de los cincuenta. Ya por estos años pinta al óleo, principalmente paisajes y algún retrato, en un lenguaje figurativo expresionista. Tras cumplir el servicio militar, en 1954 logra por fin pasar a Francia y se encuentra en París con los exiliados españoles. En 1955 expuso en el XII Salón del Círculo de Bellas Artes, en el III Concurso de Primavera de Madrid y, con otros artistas, en la galería Alfil. En este tiempo Duarte se acercó a las nociones del Grupo Espacio, con el que colaboró en Córdoba, y recibió las influencias del informalismo, la abstracción geométrica y el expresionismo abstracto norteamericano.
En 1957 formará con otros artistas el Equipo 57, y redacta su comprometido manifiesto, si bien el grupo de disolverá en los sesenta. El Equipo 57 estaba compuesto por Ángel Duarte, Agustín Ibarrola, José Duarte y Juan Serrano, y se propuso como objetivo las “Bases constructivistas, tanto plásticas como sociales, con una base científica importante”, conjugando intuición y experimentación científica, apartándose del informalismo para trabajar la abstracción geométrica con un intenso cromatismo.
En 1961 Duarte se establece en Sion, ciudad suiza de montañosos paisajes de ensueño en la que desplegó todo el esplendor de su madurez creativa. En Sion creará el Grupo Y junto a Walter Fischer y Robert Tanner (1967), y por estos años Duarte se interesará en la investigación de las superficies y el ambiente lumínico que rodea las obras. Con los hallazgos en su experimentación contribuyó al movimiento denominado Nouvelle Tendance. En esta etapa desarrolla una obra basada en la proyección de estructuras espaciales basadas en la teoría de la interactividad del espacio, a través de materiales industriales. Por otro lado, en su escultura pública destaca la concepción estética de las rectas y las curvas, de la interacción con el vacío y la materialización de las piezas de gran tamaño, sobreponiendo ciencia y exactitud.
En su obra tiene esencial importancia el paraboloide hiperbólico, derivado posiblemente de los estudios de Oteiza, quien formó parte temporalmente del Grupo 57. La mayor parte de su obra pública se encuentra en Suiza: “E.16 A. I” (Fabrique de Tabacs Reúnes, 1970), “E. 4 A. I” (Ouverture au Mondel, Nouvelle Jetée d’Ouchy, Lausana, 1972-72) o “E. 8 A. I” (Hotel Europa, Sion). Aunque desarrolló su carrera siempre en el extranjero, a raíz del Premio Cáceres de Escultura en 1982 Duarte decide reencontrarse con la escena artística española. En 1992 se instaló en la Exposición Universal de Sevilla su escultura “E. 4 A. I”, y entre 1993 y 1997 se dedicó más a la pintura, destacando varias obras dedicadas a Zurbarán.
Actualmente está representado en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, el Museo de Cáceres y otros muchos de Europa y América, así como en destacadas colecciones particulares.