Escuela aragonesa de los siglos XIII – XIV. Lote: 3501528
Escuela aragonesa de los siglos XIII – XIV.
“Santo”.
Madera tallada y policromada.
Medidas: 72 cm (altura de la talla); 7 x 27 x 18 cm (peana).
Procede de la colección del Dr. Rafael Anglés Guerri, profesor archivero de la Universidad de Barcelona.
Escultura de bulto redondo tallada en madera y policromada, fechada en el primer gótico, entre los siglos XIII y XIV. Representa a un santo de pie, de cuerpo entero, vestido con túnica dorada y manto rojo, y tocado con mitra de obispo. Alza la mano derecha en señal de bendición, y en la izquierda portaría originalmente algún objeto, quizás el báculo de obispo o un atributo iconográfico que permitiera su identificación.
Con la llegada del gótico se produce un sustancial cambio estético en toda Europa, tanto en la arquitectura como en la pintura y la escultura. El hieratismo simbólico y atemporal del románico deja paso a un afán de realidad y de sentido narrativo que hunde sus raíces en la escultura clásica y fuerza a los artistas a tomar como modelo a la naturaleza. Los escultores góticos pretenden, por tanto, representar el mundo visible tal y como es. De este modo se trata de humanizar los gestos y actitudes de los personajes, que adquieren individualidad.
Se dejan atrás las convenciones estéticas –como los grandes ojos destacados sobre el resto de la cara, que simbolizaban el alma del personaje- y se busca una representación naturalista de rostros, anatomías, indumentaria, etc. Siguiendo esta nueva línea estética las figuras abandonan sus posturas verticales, simétricas y hieráticas para adoptar otras cada vez más expresivas y gestuales, con un mayor realismo en el movimiento. A la vez, se busca representar las emociones de los personajes, mediante elocuentes gestos del rostro y las manos.
El gótico sufre una evolución, desde el clasicismo del siglo XIII, donde se busca la serena belleza del naturalismo idealizado, hasta un cierto manierismo de las formas que se advierte en la estilización y alargamiento de las figuras, ya en el siglo XIV. La escultura gótica alcanzará su mayor auge entre los siglos XIII y XIV, donde seguirá predominando la escultura monumental heredada del mundo románico, especialmente como complemento de la arquitectura.