El hierro forjado en la Cataluña modernista
El dragón es sin duda la bestia legendaria más ligada a Cataluña, tanto por historias como la lucha de Sant Jordi como por su reivindicación, a principios del siglo XX, por parte de grandes artistas como Antoni Gaudí. Además, siempre ha estado relacionado con las creencias populares, que lo convirtieron en un ser protector contra los elementos negativos.
Esta corriente fue recogida no sólo por arquitectos o decoradores sino también, y de forma especial, por los artistas de la forja, quienes a través de la figura del dragón se mostraron continuadores de una larga tradición que hunde sus raíces en la forja medieval.
La colección que ahora presenta Setdart, rigurosamente escogida a lo largo de veinte años, ofrece la posibilidad de conocer de primera mano estas piezas cuyo valor no es sólo artístico, dado que reflejan una larga tradición de forja y, además, nos hablan del concepto de obra de arte total que desarrollaron los
artistas del Modernismo.
Se trata de un conjunto de piezas en su mayor parte modernistas, todas en hierro forjado salvo una, fundida, aunque también hay algunos ejemplos de la forja alfonsina, siempre con el tema del dragón como elemento de unión.
Engloba incluso piezas de los más destacados forjadores artísticos de época modernista, como los hermanos Badia o Gerardo Alegre, verdaderos artistas que trabajaron junto a Gaudí y otros destacados arquitectos del Modernismo catalán.
También se incluye una pieza de Antonio Clavell quien, desde su exilio en Francia, luchó contra la opresión de la dictadura a través de un símbolo tan poderoso como el dragón, el genio protector que expulsa el mal de la casa.