La representación del “Ecce Homo” en la historia del arte
La contundencia de las palabras “He aquí el hombre” que Pilatos pronunció al presentar a Cristo ante la multitud, mofándose y dando a entender que su poder era insignificante frente a los que allí le juzgaban, llamó la atención de múltiples pintores, que vieron en este tema una potente manera de representar el sufrimiento de Cristo.
La escena, sucedida tras la flagelación de Cristo atado a la columna y la coronación de espinas, conmovía a todo fiel que escuchara o viera una imagen del tema, en cuanto mostraba la cara más indefensa de Cristo, solo y malherido frente a una muchedumbre hostil a la que sometía su destino final.
En la gran mayoría de obras destinadas a la devoción privada, lo usual era resumir la escena en una única figura, la de Cristo, que normalmente se representaba de medio cuerpo, sobre un fondo oscuro que realzaba su corporeidad y sin más elementos narrativos que los que exigía la iconografía. De este modo, se concentraba la expresividad y el dramatismo de la imagen, conmoviendo el alma del fiel que oraba ante ella y evitando que su atención se dispersara en los detalles.
La importancia que el “Ecce Homo” tuvo para la historia del arte queda demostrada en nuestra subasta del día 20, en la que se recopilaron hasta cinco obras de esta temática, pertenecientes a diferentes escuelas y periodos. Tanto la escuela flamenca fechada en torno al año 1500 (35233470), como las escuelas españolas del siglo XVII (35121388, 35272006), responden a la iconografía de Cristo sobre un fondo negro, sin más elementos narrativos que la corona de espinas; el seguidor de Luis de Morales (35148635), sin embargo, introduce a la figura de Pilatos, si bien también sitúa a ambos personajes sobre un fondo negro que realza su corporeidad. La última de las obras, una talla en madera del siglo XVII atribuida a los Hermanos García (35244644), pone de manifiesto el patetismo y el dramatismo que encerraba este recurrente tema.