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Círculo de Matías de Arteaga y Alfaro (Villanueva de los Infantes, 1633 – Sevilla, 1703)

ARTEAGA Y ALFAROLote en subasta:

Círculo de ARTEAGA Y ALFARO, Matías de (Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1633 – Sevilla, 1703).
“Adoración de los Magos”.
Óleo sobre lienzo.
108 x 158 cm; 126,5 x 176,5 cm (marco).

 

Para la realización de la obra, el autor partió de composiciones grabadas, siguiendo el método de trabajo más común en la escuela andaluza del barroco. En concreto, podemos advertir la huella de una composición de Pedro Pablo Rubens: la pintada entre 1617 y 1618 y conservada en el Museo de Bellas Artes de Lyon. Esta composición llegaría a Andalucía a través de versiones grabadas, como las realizadas por Luc Vosterman o Christoffel Jegher. No obstante, el autor de este lienzo aclara la composición reduciendo el número de personajes, y cambia el estilo arquitectónico del escenario, así como a todas las figuras, en mayor o menor grado.

No obstante, aparte de la composición general podemos advertir gran similitud en los gestos de María, José y el Niño, quien se inclina para bendecir la cabeza del Mago arrodillado ante él, también muy parecido al que pinta Rubens. El resto de personajes aparecen libremente modificados o eliminados, si bien el pintor introduce niños, como hace Rubens, y mantiene el esquema cromático dominante en el primer plano, las grandes zonas de rojo y dorado de los mantos de dos de los Magos. No obstante, las similitudes con Rubens se reducen precisamente a la composición. Por el estilo y factura de la obra podemos relacionarla con los discípulos de Matías de Arteaga y Alfaro, pintor y grabador del barroco español, adscrito a la escuela sevillana, que supo recoger e interpretar con personalidad propia la doble influencia de Murillo y Valdés Leal.

Hijo del grabador Bartolomé Arteaga, siendo aún un niño su familia se trasladó a Sevilla, donde se formaría en el taller paterno y en contacto con Murillo, cuya influencia revela su obra temprana junto con la de Valdés leal, quien se estableció en Sevilla el mismo año que Arteaga aprobaba el examen de maestro pintor, en 1656. En 1660 figuró entre los miembros fundadores de la célebre academia de dibujo promovida por Murillo, entre otros, de la que ejerció como secretario entre esa fecha y el año de 1673. En 1664 ingresó en la Hermandad de la Santa Caridad y dos años después en la Sacramental del Sagrario de la catedral sevillana, para la que realizó algunos trabajos. Hacia 1680 hay también constancia de su trabajo como tasador de pinturas.

Fallecido en 1703, el inventario de los bienes dejados a su muerte revela un modo de vivir acomodado, disponiendo de una esclava y una casa grande y bien amueblada, que contaba con una mediana biblioteca con importantes libros en latín y castellano y un estudio de grabado, además de más de ciento cincuenta pinturas, casi la mitad de asunto religioso. Entre ellas se hallaban cuatro series de la Vida de la Virgen, de algunas de las cuales se decía expresamente que contenían vistas arquitectónicas, como las que vemos en esta obra y en las conservadas en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Lo más característico de su peculiar estilo son precisamente estas series de asuntos siempre religiosos, situadas en amplios paisajes y perspectivas arquitectónicas tomadas de estampas. Hábil en la creación de estas profundas perspectivas, diestramente iluminadas, sin embargo en el tratamiento de las figuras y sus expresiones corporales suele desenvolverse con cierta torpeza. Arteaga está representado en el citado museo hispalense, diversos templos sevillanos incluyendo la catedral y el Museo Lázaro Galdiano, entre otros.
 

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