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Jaume MERCADÉ QUERALT (Valls, Tarragona, 1887/89 – Barcelona, 1967). “Calle de pueblo”.

35017605-(100)

Lote en subasta:

MERCADÉ QUERALT, Jaume (Valls, Tarragona, 1887/89 – Barcelona, 1967).
“Calle de pueblo”, 1920.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
69 x 79 cm; 71,5 x 81,5 cm (marco).

 

Pintor, orfebre y joyero, Jaume Mercadé se formó en la Escuela de Francesc Galí. Se estableció definitivamente en Barcelona en 1916, y ese mismo año celebra su primera exposición individual en las Galerías Layetanas. Durante los dos años siguientes emprende un viaje que le llevará a París y diversas ciudades alemanas. A su vuelta, en 1919, es nombrado profesor de joyería y orfebrería de la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona. Trabajador infatigable, participó en numerosos certámenes y fue galardonado en múltiples ocasiones, siendo también premiado como joyero. Su labor como orfebre, decisiva para la renovación de este arte, le valió diploma de honor y medalla de oro en la Exposición de Artes Decorativas de París de 1924, gran premio y medalla de oro en la Internacional de Barcelona (1929), medalla de oro en las VI y IX Trienales de Milán, y gran premio en la III Bienal Hispanoamericana.

Su pintura le sitúa, en un grado aún mayor, entre los mejores artistas catalanes del momento. Uno de sus cuadros más famosos, “El zeppelín”, obtuvo un importante premio en el concurso “Barcelona vista pels seus artistas”. Entre otras distinciones obtuvo el Gran Premio Juan Gris en 1957, la medalla de bronce de pintura en la Bienal de Alejandría de 1959 y segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1960. Formado inicialmente en el fauvismo, recibió después la influencia noucentista, que templó la sensualidad de su paleta. Mercadé supo evolucionar hasta sus últimos años, centrando su pintura en lo que puede denominarse una mesurada modernidad.

Su mundo propio es el de las ásperas tierras de la región de Tarragona, que estructura en sus cuadros con serenidad y equilibrio. Aunque éste fue siempre su tema principal, también abordó el retrato, el desnudo y el bodegón. Su pintura es muy personal tanto en el aspecto plástico como técnico, y de hecho utilizó arena y polvo de mármol para conseguir la aspereza de la tierra y la rugosidad de los troncos de los algarrobos, tan abundantes en los campos de Tarragona. Su hijo, Jordi Mercadé Farrés, fue también pintor, formándose inicialmente con su padre. Jaume Mercadé está representado en el MACBA, el de Arte Contemporáneo de Madrid, el de Arte de Vilanova i la Geltrú, los de Tossa, Mollet del Vallès y Hospitalet de Llobregat y, especialmente, en el museo de su ciudad natal, Valls, donde se le ha dedicado una sala.

 

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Ramón CASAS CARBÓ (Barcelona, 1866 – 1932). “Retrato del General Weyler”.

34004233-(100)

Lote en subasta:

CASAS CARBÓ, Ramón (Barcelona, 1866 – 1932).
“Retrato del General Weyler”, 1915.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo.
Adjunta certificado de autenticidad emitido por Marçal Barrachina.
Medidas: 65 x 45 cm; 92 x 71 cm.


Obra catalogada en el libro de Isabel Coll “Ramon Casas, una vida dedicada a l’art. Catàleg raonat de l’obra pictòrica” (Barcelona; El Centaure Groc, 1999).

 

En este retrato Casas representa a Valeriano Weyler y Nicolau (Palma de Mallorca, 1838 – Madrid, 1930), aristócrata, político y militar, marqués de Tenerife y duque de Rubí, grande de España, capitán general de Cuba durante la sublevación de José Martí y Máximo Gómez. Fue asimismo famoso por su denostada política de Reconcentración. Se graduó a los veinte años como teniente en la Academia de Infantería de Toledo. Diplomado en Estado Mayor, fue ascendido a comandante con sólo veinticuatro años, y destinado a Cuba primero y más tarde a Santo Domingo. Fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, y participó en las Guerras Carlistas y en la Guerra de la Independencia cubana. Además de capitán general de Cuba lo fue, años antes, de Canarias y de Filipinas. Retirado de Cuba en 1897, cuando Sagasta sustituyó al asesinado Cánovas, Weyler fue nombrado capitán general de Cataluña, y en 1909 reprimió con dureza las protestas y altercados durante la Semana Trágica de Barcelona. Ministro de Guerra en tres ocasiones, simultaneando una de ellas con el Ministerio de Marina, fue Senador vitalicio por designación real. Se opuso a la dictadura de Primo de Rivera, interviniendo en la Sanjuanada contra el dictador, quien lo detuvo pero no se atrevió a encarcelarlo, aunque lo condenó al ostracismo, conservando su nombre sólo la Plaza Weyler de Tenerife.

Destacado pintor y dibujante, Casas se inicia en la pintura como discípulo de Joan Vicens. En 1881 realiza su primer viaje a París, donde completó su formación en las academias Carolus Duran y Gervex. Al año siguiente participa por primera vez en una muestra en la Sala Parés de Barcelona, y en 1883 presenta, en el Salón de los Campos Elíseos de París, un autorretrato que le valió la invitación para convertirse en miembro del salón de la Societé d’Artistes Françaises. Los siguientes años los pasa viajando y pintando entre París, Barcelona, Madrid y Granada. En 1886, aquejado de tuberculosis, se asienta en Barcelona para recuperarse. Allí entra en contacto con Santiago Rusiñol, Eugène Carrière e Ignacio Zuloaga. Tras un viaje recorriendo Cataluña junto a Rusiñol, en 1889, Casas regresa con su amigo a París. Al año siguiente participa en una colectiva en la Sala Parés, junto con Rusiñol y Clarasó, y de hecho los tres continuarán realizando exposiciones conjuntas en dicha sala hasta la muerte de Rusiñol en 1931. Sus obras de este momento se encuentran a medio camino entre el academicismo y el impresionismo francés, en una suerte de germen de lo que sería más tarde el modernismo catalán.

Su fama continúa extendiéndose por toda Europa, y realiza exposiciones de éxito en Madrid y Berlín, además de participar en la Exposición Mundial de Chicago de 1893. Casas se establece definitivamente en Barcelona, inmerso en el ambiente modernista, aunque sigue viajando a París para los salones anuales. Financió el local que sería punto de referencia para los modernistas, el café Els Quatre Gats, inaugurado en 1897. Dos años después organiza su primera muestra individual en la Sala Parés. Mientras crecía su fama como pintor, Casas empezó a trabajar como diseñador gráfico, adoptando el estilo Art Nouveau que llegó a definir al Modernismo catalán. En los años siguientes se suceden sus éxitos: presenta dos obras en la Exposición Universal de París de 1900, gana un premio en Múnich en 1901, varias de sus obras quedan en la exposición permanente del Círculo del Liceo, realiza diversas muestras internacionales y, en 1904, obtiene el primer premio en la Exposición General de Madrid. Está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el Nacional Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el de Montserrat, el Cau Ferrat de Sitges, el Camón Aznar de Zaragoza y los de Arte Contemporáneo de Barcelona y Sevilla, entre muchos otros.

 

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Ramón PICHOT GIRONÉS (Barcelona, 1872 – París, 1925). “Tarde en el parque”.

34004244-(100)

Lote en subasta:

PICHOT GIRONÉS, Ramón (Barcelona, 1872 – París, 1925).
“Tarde en el parque”, c. 1898.
Pastel sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 62 x 51 cm; 90 x 79 cm (marco).

 

En esta obra Pichot plasma una colorida imagen costumbrista, llena de vida y de luz vibrante gracias a su personal uso del color, totalmente libre y profundamente expresivo, matizado por una atmósfera evocadora y simbólica. La composición es totalmente anticlásica, posiblemente influenciada por la fotografía. Así, vemos un encuadre recortado, que nos muestra un idílico rincón ajardinado detrás de un grupo de personas indeterminadas, sólo una de ellas mirando hacia nosotros. Se trata de una mujer cubierta con una mantilla blanca bordada, adornada con flores en el cabello recogido a la moda de finales del siglo XIX, que nos mira con gesto alegre y amable, integrándonos como participantes en la escena.

Formado entre Barcelona y París, Ramón Pichot perteneció a la Colla del Safrà y frecuentó el círculo de Rusiñol y Casas. Pronto participa en las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en los años 1894, 1986 y 1898. A la vez, concurre asiduamente a las exposiciones anuales de la Sala Parés, y en 1898 muestra su obra en el Salon National de París. En 1898 ilustra la primera edición de las “Hojas de la vida” de Rusiñol, y poco después viaja con él a Granada. Allí realiza una serie de obras que se agruparán en la exposición “La España vieja”, que tuvo lugar en 1899 en Barcelona y Madrid. Instalado en París, expuso con Picasso en la galería B. Weill en 1902, y concurrió a los salones de los Independientes, Nacional y de Otoño.

Hasta su muerte sigue exponiendo individualmente en París, Barcelona y Madrid, tanto pinturas como aguafuertes. Destacó su muestra de 1910, que fue en su momento elogiada por Apollinaire. Sobresalió su labor como temprano mentor de Salvador Dalí, al que conoció en Cadaqués cuando éste tenía sólo 10 años. Estilísticamente ambiguo, Ramón Pichot se integra en el modernismo plenamente simbolista, pero a principios de siglo su estilo deriva hacia el primitivismo, influenciado por Gauguin. Parte de su éxito en el extranjero se debe a sus temáticas costumbristas, gitana y marinera. Su obra está presente en el MACBA y en el Cau Ferrat de Sitges.

 

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Emilio GRAU SALA (Barcelona, 1911 – 1977). “Interior con figuras”.

34004238-(100)

Lote en subasta:

GRAU SALA, Emilio (Barcelona, 1911 – 1977).
“Interior con figuras”, París, 1971.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo. Firmado, localizado y fechado al dorso. Con etiqueta de la Sala Parés de Barcelona.
80 x 100 cm; 100 x 117 cm (marco).

 

En esta obra el personalísimo colorido de Grau Sala se expresa en toda su esencia, mostrando su herencia fauvista y su carácter decorativo, que juega con los patrones abstractos, las texturas, la superposición de formas ligeramente indefinidas y el contraste entre tonos fríos y cálidos, siempre luminosos y anticlásicos.

Hijo del dibujante Juan Grau Miró, Grau Sala combina su asistencia a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con una formación esencialmente autodidacta. En 1930 realiza su primera exposición, en la galería Badriñas de la ciudad condal. Al inicio de la Guerra Civil, en 1936, se traslada a París, donde se instala en la colonia de artistas españoles de Montparnasse. Ese mismo año obtiene el primer premio Carnegie.

En los veinticinco años que permaneció allí conoció de cerca las vanguardias, aunque se decantó siempre por una figuración colorista, derivada del impresionismo y el fauvismo. Era una vía ya asumida por el circuito comercial, superada en cuando a novedad por el cubismo y el surrealismo, pero que se mantenía viva dentro de un alto nivel gracias a maestros como Bonnard, Chagall y Dufy.

De hecho, pronto se dio a conocer en París como sucesor del espíritu y los valores impresionistas, directamente relacionados con Bonnard y Vuillard. Esta opción estilística de Grau Sala condicionó la de su esposa, Ángeles Santos, quien abandonó su singular surrealismo por un paisaje más convencional, una decisión que los críticos no dudaron en lamentar. El éxito de su estilo llevó a Grau Sala a dedicarse también a la obra gráfica (grabados, litografías, ilustración de novelas, carteles…), así como a los decorados teatrales. La gracia y finura de sus personajes, la vivacidad de los colores y la atmósfera elegante de los ambientes que plasmaba le hicieron cosechar grandes éxitos y reconocimientos por todo el mundo.

Celebró diversas muestras individuales, sobre todo en Barcelona y París, pero también en ciudades como Nueva York, Toulouse, Londres o Los Ángeles. En 1963 regresó a Barcelona, cuando la anquilosada figuración de la España franquista empieza a ser contestada por Oteiza, Chillida, Tàpies y el colectivo “El Paso”. Sin embargo, él permanece fiel a su estilo, y hasta su muerte en 1975 trabajará dentro de su propia línea personal, centrada en sus temas favoritos, figuras femeninas, interiores y paisajes, en una ambientación temporal vagamente clásica, nostálgica del siglo XIX.

Tras su muerte, y durante más de una década, Grau Sala quedó ensombrecido por las múltiples novedades que afluían en la España democrática, pero a partir de los años 90, el nuevo auge del coleccionismo de nivel medio relanzó a Grau Sala, al entenderle como intérprete en clave española del impresionismo. Se conservan obras de Emilio Grau Sala en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y el Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea.

 

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Manuel RAMÍREZ IBÁÑEZ (Arjona, Jaén, 1856 – Madrid, 1925). “Pastorcillas recogiendo leña”.

Lote en subasta:

35017202-(100)

RAMÍREZ IBÁÑEZ, Manuel (Arjona, Jaén, 1856 – Madrid, 1925).
“Pastorcillas recogiendo leña”, 1888.
Óleo sobre lienzo.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 73 x 118 cm; 92 x 137 cm (marco).

En esta obra Manuel Ramírez conjuga el género del paisaje con el de la pintura de costumbres, dos temáticas en alza a finales del siglo XIX tanto por su carácter decorativo como por la revalorización de los géneros anteriormente considerados menores que se vivió en esta centuria. Vemos un bosque de gran naturalismo, trabajado con una acertada pincelada cambiante capaz de reflejar la textura blanca y fresca del musgo, la miríada de colores formada por la alfombra de hojas del suelo, la precisa calidad del tronco de los árboles. Perfectamente inmersas en el paisaje vemos a dos pastorcillas cargando hatillos de leña, acompañadas por un pequeño rebaño de ovejas trabajadas con una especial maestría.

Destacado pintor jienense, Manuel Ramírez se formó en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, y en 1879 fue pensionado en la Academia Española de Roma, formando parte de la segunda generación de pintores de historia que se formaron en ella. Discípulo de Federico de Madrazo, su producción comprende las diversas temáticas propias de la época: la pintura de historia, el género costumbrista, el retrato y el paisaje, sin olvidar la pintura religiosa. Participó con asiduidad en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, siendo galardonado con medalla de tercera clase en 1878, antes incluso de marchar a Roma, por la pintura “Muerte de Francisco Pizarro”.

Desde la capital italiana Ramírez continuó enviando sus obras a las Exposiciones Nacionales: “Baño pompeyano” en 1881 y una copia de Tiziano en 1882. Ya de regreso compaginará la práctica artística con la docencia, y ejercerá como catedrático en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. A la muerte de José Casado del Alisal, fue encargado de concluir la pintura “Confirmación de la Orden de Santiago” en la basílica madrileña de San Francisco el Grande. A día se doy se conserva obra suya en el Museo del Prado, el de Bellas Artes de Badajoz, el del Ejército en Madrid, el Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y el de San Telmo en San Sebastián, entre otras colecciones tanto públicas como privadas.

 

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Bartolomé Esteban MURILLO (Sevilla, 1617 – Cádiz, 1682). “Virgen con Niño”.

Lote en subasta:

35017143-(100)

MURILLO, Bartolomé Esteban (Sevilla, 1617 – Cádiz, 1682).
“Virgen con Niño”.
Óleo sobre lienzo.
Con marco de época.
166 x 106 cm; 188 x 127 cm (marco).
Mano y obrador del artista.

Obra publicada en el catálogo de la exposición “Al amparo de las musas”, organizada por la Obra Social Caja Sur en Córdoba en 2002, pág. 80.
La etiqueta que figura al dorso de la obra indica que fue expuesta en Italia en el Centenario del Pintor Domenico Maria Muratori, celebrada en 1872, y que procede de la colección de Carlo Malneufi.

En esta obra Murillo presenta a la Virgen con el Niño sentado en su regazo, ambos mirando al frente en direcciones distintas, sobre un banco de mármol alzado sobre unos escalones que ayudan a construir el espacio en profundidad. Detrás de ellos se alza un fondo neutro y oscuro. María aparece vestida con elegantes y abundantes ropajes, de ampulosos pliegues, que caen a su alrededor reforzando la impresión monumental de su figura. La cabeza está cubierta con un delicado velo, y el rostro muestra una expresión melancólica que aumenta su belleza.

El Niño aparece desnudo, envuelto en un paño blanco y dirige una atenta mirada hacia un lado, hacia algo que no vemos, con una expresión cargada de dulzura. Sólo una ligerísima aureola que envuelve su cabeza alude a su carácter divino, ya que el resto de la imagen es absolutamente naturalista. Un potente foco de luz envuelve a ambos personajes, siendo el resultado un expresivo claroscuro que realza el carácter físico, el volumen de los personajes, así como acentúa el brillo de las tonalidades empleadas por el maestro. Respecto a la tonalidad, dominan principalmente los colores fríos, aunque Murillo logra entonar de forma equilibrada el rojo y el azul, símbolos de martirio y eternidad respectivamente. Si bien María no fue martirizada, sí sufrió el martirio de su Hijo, por lo que es considerada mártir psicológica.

Esta composición se asemeja a otros lienzos del mismo tema del maestro sevillano: en las Vírgenes del Rosario del Museo del Prado (1650-55) y del Musée d’Art Hispanique de Castres (h. 1650), así como en las Vírgenes con Niño del Palacio Pitti (1650-65) y del Prado (h. 1660) vemos un trono similar y el mismo fondo negro. Por otra parte, cabe señalar que Murillo fue un auténtico especialista en el tema de la Virgen con el Niño, dado que fue un tema muy demandado en la España de la Contrarreforma, y dejó atrás los modelos sevillanos anteriores del tema alejándose del simbolismo medieval de Zurbarán y de la dependencia de Durero que manifiesta Alonso Cano en sus composiciones. De hecho, Murillo supo fundir el sentimiento religioso con el naturalismo imperante en la época, obteniendo resultados de elevada calidad, como la obra que aquí presentamos.

De la infancia y juventud de Murillo poco se sabe, salvo que quedó huérfano de padre en 1627 y de madre en 1628, motivo por el que pasó a ser tutelado por su cuñado. Hacia 1635 debió iniciar su aprendizaje como pintor, muy posiblemente con Juan del Castillo, quien estaba casado con una prima suya. Esta relación laboral y artística se prolongaría unos seis años, como era habitual en aquella época. A partir de su matrimonio, en 1645, se inicia la que será una brillante carrera que progresivamente le fue convirtiendo en el pintor más famoso y cotizado de Sevilla. El único viaje del que se tiene constancia que realizó se documenta en 1658, año en que Murillo estuvo en Madrid durante varios meses. Puede pensarse que en la corte mantuvo contacto con los pintores que allí residían, como Velázquez, Zurbarán y Cano, y que tuviese acceso a la colección de pinturas del Palacio Real, magnífico tema de estudio para todos aquellos artistas que pasaban por la corte.

Pese a las pocas referencias documentales respecto a sus años de madurez, sabemos que gozó de una vida desahogada, que le permitió mantener un alto nivel de vida y varios aprendices. El haberse convertido en el primer pintor de la ciudad, superando en fama incluso a Zurbarán, movió su voluntad de elevar el nivel artístico de la pintura local. Por ello en 1660 decidió, junto con Francisco Herrera el Mozo, fundar una academia de pintura de la que fue el principal impulsor. Su fama se extendió hasta tal punto, por todo el territorio nacional, que Palomino indica que hacia 1670 el rey Carlos II le ofreció la posibilidad de trasladarse a Madrid para trabajar allí como pintor de corte. No sabemos si tal referencia es cierta, pero el hecho es que Murillo permaneció en Sevilla hasta el final de su vida. Actualmente se conservan obras suyas en las pinacotecas más importantes del mundo, como el Museo del Prado, el Hermitage de San Petersburgo, el Kunsthistorisches de Viena, el Louvre en París, el Metropolitan de Nueva York o la National Gallery de Londres, entre muchos otros.

 

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Cómoda gustaviana. Suecia, finales del siglo XVIII.

35017201-_100_

Lote en subasta:

Cómoda gustaviana; Suecia, finales del siglo XVIII.
Nogal, palo rosa y maderas frutales, con tiradores y aplicaciones de bronce.
Medidas: 80 x 99 x 50 cm.

 

Extraordinaria cómoda sueca de estilo y época gustavianos, con estructura de madera de nogal y palo rosa, decorada con marquetería en maderas frutales y aplicaciones de bronce dorado, mismo material de los tiradores. Elocuente ejemplo del mejor mobiliario gustaviano, presenta la estructura arquitectónica propia del neoclasicismo, con formas geométricas pesadas en contraste con el anterior rococó.

Con esta estética se buscaba un mueble más monumental y noble, más cercano al ideal clásico y contrario al intimismo del periodo anterior, si bien no tan rígido y pesado como el Gôut Grec desarrollado en la corte francesa en la década de 1750, una suerte de primer lenguaje de transición hacia el neoclasicismo. Sin embargo, estamos ya ante un mueble plenamente neoclásico, en el que se han solucionado prácticamente todas las dudas de transición, alcanzando un diseño elegante, armónico y equilibrado.

Así, la estructura arquitectónica se hace especialmente evidente en las esquinas en chaflán y en el tablero a modo de cornisa, con el frente destacado en planta aunque plano, rompiendo la unidad ornamental del periodo anterior. Sin embargo, aún permanecen rasgos que nos llevan a pensar en el estilo rococó. No queda ningún elemento ornamental de dicho estilo, pero sí vemos dos rasgos que se eliminarán en el pleno neoclásico: la pata cabriolé y la unidad decorativa entre los dos cajones inferiores. Respecto a la pata, aún no se ha eliminado pero ya se ha reducido tanto su tamaño como su importancia.

Este tipo de cómodas con formas rectas súbitamente interrumpidas por una pata cabriolé baja serán totalmente prototípicas del lenguaje de transición entre el rococó y el neoclasicismo. Sin embargo, aquí la pata parece ya estar convirtiéndose en el estípite neoclásico: aparece cajeada en los laterales, y presenta bronces aplicados que denotan la rigidez del modelado propia del bronce neoclásico. No obstante, la hoja de acanto que adorna el pie se riza aún hacia el exterior, como el rococó. Con el avance del estilo, en el caso de los pies de voluta que no sean sustituidos por otros motivos más nuevos ésta se rizará hacia el interior, tomando como modelo los muebles del periodo barroco.

Respecto al segundo rasgo, la unión visual de los dos cajones, entre los cuales se ha eliminado el entrepaño, fue una característica básica de la cómoda rococó, donde primada una decoración unitaria que sobrepasara a la estructura, llegando incluso a ocultarla. Aquí, sin embargo, la estructura queda realzada con claridad mediante cajeados, al menos a nivel vertical, y también el cuerpo superior de cajones, más estrecho, queda perfectamente delimitado, arriba por la cornisa del tablero y abajo por un estrecho friso de bronce.

Por otro lado, los motivos de la marquetería son totalmente neoclásicos: cestos de flores, racimos de uvas, vasos inspirados en la arqueología clásica y guirnaldas de laurel rígidas y apretadas, rematadas por rosetas típicamente romanas. Además, el faldón central del mueble está decorado con una placa calada y cincelada de bronce, aplicada, mostrando un motivo que será constante en el neoclásico, novedad de la época: una cinta arrugada formando un lazo, complementada con secciones de molduras mixtilíneas y guirnaldas de laurel similares a las de la marquetería. De hecho, podemos ver este mismo motivo de la cinta arrugada, aunque extendida, dando forma al friso de bronce superior, la línea que separa los dos cajones inferiores del superior.

Finalmente cabe destacar la calidad de los tiradores, de nuevo típicamente neoclásicos como el noventa por ciento de los bronces de esta cómoda. Se trata del modelo más utilizado en el mueble de la época, un disco circular con un tirador en forma de guirnalda, formando un círculo cerrado. Los dos escudos de cerradura principales son también típicamente neoclásicos, con estructura circular, remates de lazo de cinta arrugada y guirnaldas de laurel.

 

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Segundo MATILLA MARINA (Madrid, 1862 – Teià, Barcelona, 1937). “Barca en la playa”.

35017204-(100)

Lote en subasta:

MATILLA MARINA, Segundo (Madrid, 1862 – Teià, Barcelona, 1937).
“Barca en la playa”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
60,5 x 98 cm; 85,5 x 123 cm (marco).

 
En esta obra Segundo Matilla nos ofrece un melancólico y evocador paisaje, muestra del lirismo de lo cotidiano, de la poesía oculta tras el paisaje conocido y cercano. Desarrolla una composición de gran sencillez, basada en el plano horizontal de la tierra, que delimita las dos mitades del cuadro, diferentes en amplitud. De hecho, tras la estrecha y brillante franja del mar se alza un amplio celaje trabajado con una sensibilidad exquisita a base de ligerísimas variaciones tonales y puntos de luz, reflejando con naturalismo y poesía la imponente belleza del cielo del amanecer, su doble cualidad fría en la atmósfera y cálida en la luz, perfectamente armónica. En los primeros planos este cielo omnipresente se multiplica a través de los reflejos en el agua, lisa como un espejo y trabajada con una levedad que busca el contraste con la solidez de la tierra, de tonalidades más oscuras y opacas.

Pese a ser madrileño de nacimiento, Matilla se formó y desarrolló su carrera en Barcelona. Cursó estudios de Bellas Artes en la Lonja de Barcelona, bajo la dirección de Antonio Caba. Participó en numerosas muestras, como la Exposición Internacional de Barcelona en 1891, 1894, 1896 y 1898 (mención de honor en 1891), las Exposiciones de Arte de la misma ciudad en 1918 y 1919, y en el Salón de París de 1897. Ese mismo año obtuvo una mención de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Destacan entre sus exposiciones individuales las celebradas en el Salón Vilches de Madrid (1915) y, en Barcelona, en la sala Parés (1914) y las Galerías Pallarés (1942), esta última un homenaje póstumo. Varias de sus obras allí expuestas fueron compradas por el Museo de Arte Moderno de Madrid, y otras muchas se exportaron a América. Alcanzó gran éxito de público y crítica gracias a sus paisajes del Ampurdán, Camprodón, Port de la Selva y Cadaqués.

Pintor dotado de asombrosa habilidad, de acusada personalidad llena de sensibilidad, con dominio del dibujo y de la técnica pictórica y con desbordante capacidad de trabajo, Segundo Matilla fue un excelente pintor que cultivó absolutamente todos los géneros, siendo un gran paisajista y marinista, pintando retratos de gran calidad, especialmente de personajes del mundo de la farándula, y siendo además muy apreciados sus floreros y bodegones. Sus cuadros de temas taurinos, pintado con gran espontaneidad y llenos de movimiento, demuestran su gran afición por el arte de Cúchares. Realizó siempre una pintura totalmente inteligible y sin complicaciones reflexivas de ninguna clase, ignorando absolutamente todas la corrientes artísticas de su época. Su obra se encuentra en distintos museos, como el mencionado de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo del Prado, el Pablo Gargallo de Zaragoza y el Nacional de Arte de Cataluña, así como en importantes colecciones privadas internacionales.

 

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Escuela italiana o flamenca del siglo XVI. “San Sebastián”.

35017621-(100)

Lote en subasta:

Escuela italiana o flamenca del siglo XVI.
“San Sebastián”.
Marfil tallado.
Con peana posterior.
11 cm de altura de la talla; 3 x 3,7 x 3,7 cm (peana).

 
Imagen devocional enteramente realizada en marfil tallado, representando a san Sebastián en su martirio, atado a un árbol que sería probablemente de madera, hoy perdido, y con varias saetas clavadas en su cuerpo, de las que permanecen los agujeros en el pecho y el muslo izquierdo del santo. Éste, acusadamente clásico en su anatomía, presenta un tratamiento monumental propio del manierismo, de herencia migelangelesca, y su posición asimétrica y curvada, ascendente, rompe el equilibrio clásico y avanza el movimiento giratorio ascendente que será básico en la escultura barroca.

Nacido en las Galias y criado en Milán, Sebastián fue centurión de la primera cohorte en los tiempos del emperador Diocleciano (finales del siglo III – principios del IV). Denunciado porque exhortó a sus amigos Marcos y Marcelino a permanecer firmes en su fe, por orden del emperador fue atado a un poste en el centro del campo de Marte, y sirvió de diana viva a los arqueros que lo asaetearon. Pero no murió por ello. La viuda Irene, que quería levantar su cuerpo para darle sepultura, advirtió que aún respiraba, vendó sus heridas y le salvó la vida. Después de su curación reapareció ante Diocleciano para reprocharle su crueldad ante los cristianos. Entonces fue flagelado, se le dio muerte a palos en el circo y su cadáver fue arrojado a la cloaca Máxima. Poco tiempo después, san Sebastián se aparece a santa Lucila mientras duerme para revelarle el sitio donde se encuentran sus restos, y le pide que le dé sepultura en las catacumbas. Las flechas, que habían sido instrumento de su suplicio y se convirtieron en su atributo, le valieron el patronazgo de numerosas corporaciones: arqueros y ballesteros, tapiceros por la similitud con las agujas de tapicería, y vendedores de hierro, porque era el material de las puntas de las fechas.

Pero su inmensa popularidad en la Edad Media y posteriormente en el Renacimiento se deriva, esencialmente, del poder contra la peste que se le atribuía, en una época en que las epidemias diezmaban a la humanidad. Se dan dos explicaciones para justificar este patronazgo contra la peste. La primera es que, según una antigua creencia, el pueblo se representaba la peste como una lluvia de flechas lanzadas por un dios irritado. Otra explicación atribuye el patronazgo al éxito de su intervención, mencionada por Pablo diácono, durante la peste que devastó Roma en el año 680. Su iconografía es extremadamente rica por varias razones. Durante la Edad Media, el miedo a la peste y la devoción de las cofradías de arqueros multiplicaron sus imágenes. En cambio, el Renacimiento lo adoptó porque su martirio era un cómodo pretexto para glorificar la belleza del cuerpo humano desnudo. Así, si durante el periodo medieval se representaba al santo como un anciano barbudo o como un efebo imberbe, indistintamente, a partir del siglo XV se impondrá el tipo juvenil.

 

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Isidre NONELL I MONTURIOL (Barcelona, 1873 – 1911). “La viuda”.

34004243-(100)

Lote en subasta:

NONELL I MONTURIOL, Isidre (Barcelona, 1873 – 1911).
“La viuda”.
Carbón y acuarela sobre papel.
Firmado en la zona inferior central.
Adjunta certificado de autenticidad.
44 x 29 cm; 74 x 60 cm (marco).

 

Pintor y dibujante, Nonell nació en el seno de una familia de pequeños comerciantes. Inició su formación como discípulo de Josep Mirabent y en la academia Martínez Altés, donde conoció a Xavier Nogués. Más adelante estudió junto a Luis Graner. En 1892 ya presentó en la Sala Parés algunas obras que fueron calificadas de impresionistas por la crítica, y al año siguiente, dentro del grupo Academia Libre, tomó parte en una exposición colectiva encabezada por Rusiñol, que también fue muy combatida por la factura abocetada de las obras presentadas. En 1894 participó en la Segunda Exposición de Bellas Artes de Barcelona, y publicó dibujos en “La Vanguardia”. Alumno durante estos años de la Escuela de La Lonja de Barcelona, entre 1895 y 1896 coincidió con Joaquín Mir, Gosé, Sunyer y Torres-García. Participó en dos muestras colectivas más, una de miembros del Círculo Artístico en la sala Parés (1895) y otra en el El Niu Guerrer.

En 1895 concurrió por primera vez a la Exposición Nacional de Madrid, muestra en la que participó varias veces hasta 1910, sin ser premiado. En 1896 expuso con la Colla del Safrà en la Tercera Exposición de Bellas Artes barcelonesa, donde le fue otorgada una mención honorífica. El verano de ese mismo año se trasladó a Boí (Lleida) junto a Ricard Canals y Julio Vallmitjana, donde realizó numerosos dibujos sobre el cretinismo, entonces endémico en la zona debido a las prácticas endogámicas. En otoño, Nonell expuso estas obras en el salón de “La Vanguardia”, y a principios del año siguiente publicó sus dibujos en “Barcelona Cómica”. Poco después mostró un óleo también de Boí en la XIV Exposición de la sala Parés. Ese mismo año marcha a París, de nuevo junto a Canals. En abril de 1897 concurrió en el Salón del Campo de Marte de la capital francesa, y hacia finales de año participó en la XV Exposición de Pintores Impresionistas y Simbolistas, también en París. A principios de 1898 organizó una exposición conjunta con Canals en la sala Le Barc de Boutteville.

Regresa meses después y muestra sus apuntes de París en Els Quatre Gats, pero vuelve pronto a la capital gala. Allí, “La Vie Moderne” había publicado varias de sus obras, y él expone individualmente en la destacada galería de Ambroise Vollard (1899). Tras rechazar la propuesta del marchante Durand Ruel para pintar “españoladas”, regresa precipitadamente a Barcelona, parece que por motivos personales. Durante los años 1902 y 1903 expuso con regularidad en la Sala Parés y el Ateneo barcelonés, mientras enviaba obras a los salones parisinos. Publica asimismo dibujos en “Papitu”, “L’Esquella de la Torratxa”, “La Campana de Gràcia”, “Quatre Gats”, etc. Respetado por los jóvenes inquietos, Nonell se convirtió en bandera de toda una nueva generación de pintores que buscaban el realismo y la sinceridad. Nonell está actualmente representado en el Museo Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona, la Fundación MAPFRE y el Museo del Ampurdán, entre otros.

 

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Bargueño asturiano del siglo XVII

35017610-(100)

Lote en subasta:

Bargueño asturiano del siglo XVII.
Con mesa original de época.
50 x 92 x 36 cm (bargueño); 96 x 110 x 48 cm (mesa).

Conjunto de bargueño y mesa barrocos realizados en Asturias en el siglo XVII, con los herrajes de hierro típicos del mueble español de la época, patas torneadas y decoración de marquetería. El bargueño, de muestra descubierta, presenta la característica estructura de cajón prismático de aristas vivas, sin molduras que recorran su perímetro, alzado sobre cuatro pies de bola achatada, torneados y con asas en arco, articuladas, en los laterales. Está compuesto por tableros enterizos en todos sus lados salvo la muestra, ensamblados mediante colas de milano.

La muestra está organizada en tres calles, las laterales con tres gavetas cada una y la central con una capilla que ocupa toda su superficie, cerrada con una puerta con cerradura independiente. Como corresponde al mueble barroco, las distintas partes de la estructura quedan claramente diferenciadas a través de la decoración, que se supedita a ella y la recalca, haciendo hincapié en la compartimentación siguiendo un criterio netamente clásico basado en la visualización de la relación de las distintas partes entre sí y respecto al conjunto. Así, en el frente vemos todos los entrepaños recorridos por cenefas de marquetería que alternan rombos y círculos, un diseño sencillo pero efectivo en su dinamismo típicamente barroco.

También es propio del mueble barroco, tanto en España como en el resto de Europa y en las colonias, el gusto por el contraste de colores y texturas derivado de la combinación de materiales distintos, en este caso madera clara sobre madera oscura. El mismo principio se sigue en los diseños de marquetería más elaborados de los frentes de las gavetas y la puerta, que combinan marquetería de silueta, más sencilla, con filetes embutidos y marquetería de procedimiento clásico. En la muestra todas las composiciones representan jarrones de flores, estrictamente simétricos, más sencillos en las gavetas y más rico en detalle el central. Como es también propio del mueble barroco, los frentes de las gavetas aparecen divididos en dos recuadros iguales, en torno a una forma rectangular central sobre la que se sitúa el tirador. Este gusto por la compartimentación se irá acusando más con el paso del tiempo, y llegaremos a ver frentes divididos en múltiples recuadros o rombos ya en el pleno barroco.

Los laterales del bargueño muestran una decoración aún deudora del manierismo del siglo XVI, a base de cajeados geométricos formando una composición que, por su complejidad y por la combinación de líneas rectas y curvas simples, nos indica que estamos ya en fecha avanzada, ya dentro del barroco. Esto se advierte también en las tres gavetas que oculta la puerta de la capilla, que muestran frentes de nuevo divididos en dos, esta vez con cruces patadas inscritas en círculos. Se trata, como ocurre con los patrones que adornan los laterales, de esquemas netamente geométricos, pero que por su complejidad, dinamismo y sentido decorativo nos revelan ya el gusto barroco.

Respecto a la mesa, sigue modelos típicamente hispánicos de la época, con cuatro patas torneadas, cajón en cintura, tablero volado y chambrana en “H” de travesaños rectos, decorados con ligeras molduras. La mesa presenta también marquetería, algo más sencilla que la del bargueño. Se trata principalmente de cajeados rectangulares y cenefas de cintas entrelazadas de inspiración clásica, que vemos tanto en la cintura como en el perímetro del tablero. A nivel ornamental destacan también las patas, torneadas con un diseño acusadamente dinámico. Se trata de una pata típica del mueble popular español del barroco, dado que con una técnica barata como la del torneado reflejan el movimiento rítmico y el sentido ornamental propios de este estilo. Será característica de los torneados barrocos la combinación de cuerpos de distinta forma, acusando el dinamismo: bolas, lentejas, cilindros, etc.

 

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Josep Maria BRULL PAGÈS (Ascó, Tarragona, 1907 – Ripollet, Barcelona, 1995). “Maternidad”.

34001559-(100)

Lote en subasta:

BRULL PAGÈS, Josep Maria (Ascó, Tarragona, 1907 – Ripollet, Barcelona, 1995).
“Maternidad”.
Escultura en piedra.
Medidas: 120 x 88 x 55 cm.

 

 

Escultor y maestro, Josep Maria Brull nació en la localidad tarraconense de Ascó aunque pasó su infancia en Tivissa, también en Tarragona, donde su padre ejercía de maestro. Cursó estudios de magisterio y, en paralelo, inició su carrera como artista, formándose en la Escola de La Llotja de Barcelona y en la Industrial d’Arts i Oficis de Sabadell con Antoni Vila Arrufat, ciudad esta última en la que se integró en el ambiente artístico de la época.

Finalizados sus estudios se instaló en Ripollet en 1927, si bien la pasión por ampliar su camino artístico le llevó pronto a Olot, punto de encuentro de muchos artistas del momento, donde experimentó con nuevas técnicas y materiales.

No obstante, la Guerra Civil y la victoria de los nacionales marcarán entonces el cambio más significativo de su vida; Brull es acusado de catalanista y separatista y por ello desposeído del título de maestro a raíz de la publicación de unos escritos suyos en la revista “Germanor”. Brull regresa entonces de forma definitiva a Ripollet y allí abre una escuela privada donde Encarnació Braut, su esposa y reconocida pintora, impartirá clases. La escuela permaneció abierta hasta los años setenta.

Centrado en su carrera artística, Brull comienza a impartir clases de modelado y cerámica en 1944 en la Escola Industrial d’Arts i Oficis de Sabadell, donde ejerció durante más de treinta años. En paralelo, participó en diversas exposiciones y fue galardonado con numerosos premios de renombre. También destacó como escultor pesebrista y autor de mosaicos de tradición romana.

Años después de su muerte, en abril de 2008, el pleno municipal de Ripollet aprobó el himno oficial “Cant a Ripollet”, con letra de Josep Maria Brull y música de Antoni Oliva, convirtiéndose así en el primer municipio catalán con himno oficial. Actualmente está representado en la Academia de Bellas Artes de Sabadell, así como en diversas colecciones particulares.

 

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Modest URGELL INGLADA (Barcelona, 1839 – 1919). “Paisaje nocturno”.

35017603-(100)

Lote en subasta:

URGELL INGLADA, Modest (Barcelona, 1839 – 1919).
“Paisaje nocturno”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
60 x 100 cm; 73 x 113 cm (marco).

 

Modest Urgell estudió en la Escuela de La Lonja de Barcelona, donde fue discípulo de Ramón Martí Alsina. Más tarde amplía sus estudios en París, entrando en contacto con Gustave Courbet y adscribiéndose al realismo. Regresa a España y, tras un periodo en el que sus obras no gozan de gran acogida, por encontrarse fuera de los cánones imperantes en el momento, en 1870 se traslada a Olot. Allí se relacionó con Joaquín Vayreda, creador de la escuela paisajística local, desde entonces decide dedicarse plenamente al paisaje. Su obra se centrará en naturalezas y marinas solitarias, frecuentemente protagonizadas por ermitas y cementerios, marcados por una ambientación crepuscular, desolada y misteriosa.

Desde 1896 fue profesor de paisaje en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, siendo nombrado académico en 1902. Fue asimismo fundador de la Sociedad Artística y Literaria de Cataluña, así como del Museo Artístico y Arqueológico de Girona. Concurrió a todas las ediciones de la Exposición Nacional de Bellas Artes, en Madrid, desde 1864 hasta un año antes de su muerte, y fue galardonado con segunda medalla en 1876 y 1892. También remitió sus pinturas a las exposiciones de Barcelona, así como a la Universal de París y a las Internacionales de Múnich, Bruselas, Berlín, Filadelfia y Chicago. En 1892 fue premiado en todos los certámenes en los que participó, entre ellos el de Bruselas, en el que fue el único español premiado.

Sus pinturas hablan de melancolía y soledad, y una y otra vez recrean una Cataluña desolada y triste a la que, años más tarde, también sería sensible el poeta Salvador Espriu. Su lenguaje rechaza cualquier tema de tipo fantasioso o pintoresco, recogiendo asuntos corrientes sin pretender ennoblecerlos ni idealizarlos, sino buscando provocar estados de ánimo en el espectador a través de luces crepusculares que se disuelven, por breves momentos, en armonía de rojos, o sus desolados cementerios y severas marinas, desnudas y despojadas. Urgell está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el Marítimo de Barcelona, la Kunsthalle de Hamburgo, el Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú, Los Fondos de Arte de la Caixa Sabadell y la Caixa d’Estalvis de Terrassa, el Museo Dalí en Figueras y los Provinciales de Girona, Palma de Mallorca y Lugo, entre muchos otros centros e instituciones.

 

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José Antonio SERNA RAMOS (Alicante, 1927 – Valencia, 2011).

35003869-(100)

Lote en subasta:

SERNA RAMOS, José Antonio (Alicante, 1927 – Valencia, 2011).
Sin título, 1989.
Técnica mixta sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior derecho y fechado en la parte superior.
Medidas: 31 x 41 cm; 51 x 65 cm (marco).

 

Uno de los últimos pintores de la denominada Escuela de París y destacado ilustrador, Serna Ramos estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde tuvo como maestros a Genaro Lahuerta, Octavio Vicent y Tusset, entre otros. En 1956 se traslada a París, donde inicia su andadura pictórica y amplía su formación en la Escuela de Bellas Artes de la capital francesa, en compañía del pintor Henri Goetz. En su taller desarrollaría definitivos conceptos plásticos, sobre los cuales ha venido basando su propio lenguaje artístico. Entre 1960 y 1975 Serna Ramos expuso con asiduidad en los Salones de Invierno y de los Anticuarios de París, y en la Escuela de Bellas Artes. En 1964 tomó parte asimismo en la Bienal de dicha ciudad. Está representado en las colecciones más importantes del mundo, como la Rothschild, la Waterman, la Offenstadt, la Hellman (todas en los Estados Unidos), y en otras de Alemania, Escocia, Bélgica, Holanda e Italia, y en el Museo D’Ovar de Portugal.

 

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Jaume CANET (Begur, 1971). “Bombolles I”.

35006136-(100)

Lote en subasta:

CANET, Jaume (Begur, 1971).
“Bombolles I”, 2004.
Técnica mixta sobre papel.
Se emitirá certificado de autenticidad a petición del comprador.
Medidas: 100 x 70 cm.

 
Jaume Canet es un pintor que navega libremente entre una figuración esquemática, reducida a la esencia icónica, y una abstracción lírica con texturas orgánicas trabajadas. Ha sido galardonado con: Premio C. Augusta, Primer Premio Isabel de Portugal, ambos en Zaragoza. Accésit y tercer premio en la XI, XII y XIV Muestra de Artes Plásticas de la Generalitat. Ha celebrado exposiciones individuales en: Galería Artnau, galería Newmarkt de Colonia, galería Micropunt de Begut, Galería Odeón de Zaragoza, galería Artenbrut de Barcelona, galería Ca la Pruna de Pals, Lluis Heras de Palafrugell, entre otras. Ha participado en colectivas: glaería Donatg, Troisdorf, Genovevaburg, Mayen (Alemania), Memé Detrás-Arts Vivants, Guingamp (Bretaña). Forum Internacional de Tarragona, galería América de Gasteiz. Centro Nacional de Exposicioens en Madrid, galería Susany de Vic, Sal Vinçon de Barcelon,a Gregorio Millas de Zaragoza. Fira Mercat de l’Art de Gi, Sala Rebull de Reus, Tomás de Lorenzan , Sala S’exposicions de La Caixa, Museu d’Art Contemporani Can Marc de Begur, Sala Parés de Barcelona.

 

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Vicente LÓPEZ PORTAÑA (Valencia, 1772 – Madrid, 1850). “Inmaculada”.

34001591-(100)

Lote en subasta:

LÓPEZ PORTAÑA, Vicente (Valencia, 1772 – Madrid, 1850).
“Inmaculada”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 85 x 55 cm; 84 x 54 cm (marco).
Obra catalogada en “Vicente López (1772-1850). Vida y obra, catálogo razonado” (Madrid; Fundación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico, 1999).

 

En este lienzo Vicente López plasma una imagen típicamente barroca de la Inmaculada, claramente vinculada a modelos de los siglos XVII y XVIII. María aparece de pie, vestida con túnica blanca y manto azul, colores que simbolizan respectivamente la pureza y los conceptos de verdad y eternidad. Un delicadísimo velo dorado cubre su cabeza, inclinada y de mirada baja, puesta en el fiel que ora a sus pies. Se alza sobre un pedestal esférico que representa la Tierra, con un cuarto creciente que simboliza en la iconografía inmaculista la castidad de Diana y la victoria cristiana contra los musulmanes.

María aplasta con su pie izquierdo a la serpiente, el demonio, que agarra la manzana con la boca; se trata de una imagen de gran claridad, alusión a la victoria de María sobre el Pecado Original. La figura destaca sobre un fondo dorado, un rompimiento de gloria cerrado con cúmulos de nubes trabajados con gran ilusionismo entre los que asoman numerosos ángeles niños, en su mayoría trabajados en tonos dorados, reflejo de la luz divina. Sobre la cabeza de María vemos la corona de estrellas símbolo de plenitud, y por encima de ella el Espíritu Santo en forma de paloma, con las alas completamente desplegadas y captado de frente, con un magistral escorzo hábilmente resuelto.

Vicente López inicia su formación como discípulo de Antonio de Villanueva en la Academia de San Carlos de Valencia, donde obtuvo en 1786 y 1789 el premio de primera clase, obteniendo una pensión para estudiar en Madrid. Ya en la corte, al año siguiente alcanza el primer puesto en el concurso de la Academia de San Fernando. Allí aprende el sentido barroco y colorista de las composiciones, y el gusto por el dibujo, preciso y analítico. La fastuosidad barroca de los frescos de Luca Giordano y Corrado Giaquinto también influirá de manera decisiva en su lenguaje. Ya consagrado, regresa en 1792 a su ciudad natal. Allí recibe importantes encargos públicos y privados, entre los que destacan los retratos de Fernando VII y el mariscal Soult. En sus retratos muestra López su herencia valenciana, el peso del naturalismo de Ribera y Ribalta, además de su maestría en la reproducción de detalles y calidades.

Su calidad en el campo del retrato hace que Fernando VII le llame de vuelta a la corte en 1814, nombrándole al año siguiente primer pintor de cámara. Será desde entonces el pintor más solicitado por la alta sociedad española, y alternará su trabajo en la corte con la actividad docente, los puestos oficiales y los encargos particulares. En 1823 asume la dirección artística del Real Museo de Pinturas, centro para el cual realizó un soberbio retrato de Francisco de Goya, hoy conservado en el Prado. Se conservan obras de Vicente López en el Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V, la Academia de San Fernando, el Museo Municipal de Játiva, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, la Sociedad Histórica de Nueva York, el Museo de Arte de Indianápolis, el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles, la Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma y la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid.

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Modest CUIXART I TÀPIES (Barcelona, 1925 – Palafrugell, Girona, 2007).

34001589-_100_

Lote en subasta:

CUIXART I TÀPIES, Modest (Barcelona, 1925 – Palafrugell, Girona, 2007).
Sin título, Lyon, 1957.
Pintura y materia sobre lienzo.
Firmado, fechado y localizado al dorso. Con etiquetas de las galerías René Métras de Barcelona y Lorenzeli de Bergamo.
Medidas: 55 x 33 cm; 78 x 55,5 cm (marco).

 
Cuixart estudió inicialmente medicina, pero pronto abandona sus estudios para dedicarse a la pintura, e ingresa en la Academia Libre de Pintura de Barcelona. En 1948 participa en la fundación del grupo Dau al Set, junto con Brossa, Ponç, Tàpies y Tharrats, entre otros. Preocupado por el valor plástico del signo, su obra tiene desde el principio un fuerte parentesco con el surrealismo, así como una gran sensibilidad hacia la fuerza expresiva del color. Hacia 1955 se sumerge en el informalismo matérico, que le llevará a utilizar el “grattage” en obras de cierto regusto orientalizante.

En 1959 gana el primer premio de la Bienal de São Paulo y expone en la Documenta de Kassel, y al año siguiente participa en una exposición de vanguardia española celebrada en la Tate Gallery de Londres y en el Museo Guggenheim de Nueva York. Cuixart introduce en su obra el collage en 1962, lo que le llevará poco a poco hacia el pop-art. Enriquecido por todas estas experiencias, vuelve de nuevo a la pintura plana, alcanzando un realismo crítico muy personal, que sintetiza el expresionismo con la figuración dramáticamente transformada, siempre valorando las cualidades cromáticas.

En los años setenta expone en numerosas capitales nacionales e internacionales, como París, Madrid, São Paulo, Ámsterdam, Tokio, Basilea, Barcelona y Milán, entre otras. En la década siguiente, Cuixart va liberando a su pintura de los aspectos agresivos para darle un tono más lírico. Además, participa en una exposición colectiva en el Palacio de la UNESCO de París, recibe la Cruz de San Jorge de la Generalitat de Cataluña, y la Cruz de Isabel la Católica. En 1988 realiza una exposición antológica en Japón, en las ciudades de Kobe y Tokio. Continúa trabajando con colores y formas exuberantes, y reincorpora a su obra una figuración más matérica.

En 1998 se crea la fundación que lleva su nombre en Palafrugell, y al año siguiente se le concede la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura. Está representado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Tate Gallery de Londres, el Nacional de Arte de Cataluña, los de Arte Contemporáneo de Madrid, Barcelona y Saint-Etienne (Francia), el Patio Herreriano de Valladolid, el de Grabado Español Contemporáneo de Marbella, el de Arte de la Universidad de São Paulo, el de Arte Abstracto de Cuenca y el del Ampurdán, entre muchos otros.

 

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Joan HERNÁNDEZ PIJUAN (Barcelona, 1931 – 2005). “Toreando ensoñaciones”.

Lote en subasta:

34003637-(100)

HERNÁNDEZ PIJUAN, Joan (Barcelona, 1931 – 2005).
“Toreando ensoñaciones”, 1952.
Gouache sobre cartulina.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 20 x 30 cm; 30 x 41 cm (marco).

 
Joan Hernández Pijuan inicia su formación en Barcelona, asistiendo a las Escuelas de La Lonja y de Bellas Artes de Sant Jordi, para a continuación completar su formación en la de Bellas Artes de París. Nombrado catedrático de la facultad de Bellas Artes de Barcelona en 1981, formó parte del Grupo Sílex y expuso individualmente en diversas ciudades españolas además de en Zurich, Milán, Johannesburgo, Colonia, Ginebra, Nueva York, París y Osaka. Fue decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, y en el año 2000 fue nombrado académico de la Real Academia de San Fernando de Madrid. En 1981 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, en 1985 la Cruz de Sant Jordi y, en 2004, el premio Ciudad de Barcelona.

Está representado en el MACBA de Barcelona, el de Arte Abstracto Español de Cuenca, el Reina Sofía de Madrid, el Museo Patio Herreriano de Valladolid y el Museo Vasco de Arte Contemporáneo, así como en centros extranjeros como el Museo Guggenheim de Nueva York, el Liaunig (Austria), los de Arte Contemporáneo de Helsinki y Luxemburgo, el Kulturstiftung de Bad Homburg (Austria), la Yamaguchi Gallery de Osaka (Japón), el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, la National Gallery de Montreal, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Museo Sztuki de Lodz (Polonia).

 

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Tríptico neogótico, finales s. XIX.

35017168-(100)

Lote en subasta:

Tríptico neogótico, finales del siglo XIX.
Madera tallada y pintada. Dos piezas.
Medidas: 70 x 56 cm.

 

Tríptico de época modernista y estilo neogótico, compuesto por un panel central calado, que alojaría originalmente una imagen pintada o escultórica, y dos hojas laterales decoradas con pinturas: San José y el Niño en el lado izquierdo y San Pedro en el derecho.

La inspiración en el estilo gótico se mantiene no sólo en el marco sino también en las pinturas, que podrían relacionarse con el nazarenismo o el prerrafaelismo por su lenguaje, inspirado en el arte italiano del siglo XV. Así, vemos figuras totalmente clásicas, de dibujo riguroso y preciso, monumentales y escultóricas aunque aún dotadas de una cierta estilización tardomedieval. El marco está realizado en madera tallada, calda y dorada, a base de tracerías y cresterías inspiradas en la arquitectura gótica, en perfecta armonía con los arcos apuntados y lobulados del diseño.

 

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Xavier MORENO PRATS (Barcelona, 1968). “Torre Collserola des del Putxet, Barcelona”.

35005977-(100)

Lote en subasta:

MORENO PRATS, Xavier (Barcelona, 1968).
“Torre Collserola des del Putxet, Barcelona”.
Óleo sobre lienzo.
Se adjuntará certificado de autenticidad a petición del comprador.
Medidas: 70 x 24 cm.

Moreno Prats estudió en la Escuela Llotja, especializándose en procedimientos pictóricos y técnicas murales. Ha expuesto en galería Súbex de Barcelona en muestras individuales celebradas desde 2001 hasta 2012, así como en la Galería Intel·lecte i Nova 3 de Sabadell (2013). Ha participado en colectivas habidas en Gerona (galería EL Claustre), Figueres (El Claustre), Sitges (Miramar, galeria A-037), La Mútua de Granollers, Museo de Historia de Catalunya, Convento de Sant Bartomeu de Bellpuig (Lleida, 2012), Instituto de Estudios Ilerdencs (2012), Museu de la Pell (Igualada, 2011).

Ha sido galardonado en numerosas ocasiones: Primer Accesit del XXVI Concurso de Pintura Sanvisens, obra adquirida por la familia Sanvisens (2012); Finalista del premio de Bellas Artes Sant Jordi dels Països Catalans (2012); Finalista en el premio de pintura Gaspar Camps (2011); Primer Premio del XXIV Sanvisens, obra adquirida para el Ayuntamiento de Sitges (2010), entre muchos otros. Obra suya ha sido adquirida también por el Ateneu Igualadí, Ayuntamiento de Igualada; así como por la Fundación Damm; la Generalitat de Catalunya, entre otros.

Moreno Prats poetiza, con atenta mirada, el entorno que le rodea a diario. El suyo es un lirismo que anida en la propia realidad, no es producto de mistificación alguna. Su visión analítica atiende a cada detalle e incursiona tras el entramado de geometrías urbanas, se detiene en la corteza milenaria de un roble o en la quietud de una bocacalle para sentir el rastro imperceptible del tiempo a través de los sutiles cambios lumínicos y atmosféricos.

 

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Francesca LLOPIS (Barcelona, 1960). “2006-4”.

35006050-(100)

Lote en subasta:

LLOPIS, Francesca (Barcelona, 1960).
“2006-4”.
Acrílico y collage sobre tela.
Se adjuntará certificado de autenticidad a petición del comprador.
Medidas: 30 x 30 cm.

 

Francesca Llopis inició su trayectoria artística en los años ochenta, época en que la pintura tenía un papel destacado en el contexto artístico. También para ella las investigaciones pictóricas fueron el eje de su trabajo y la ciudad su motivo central. Tras viajar por todo el mundo su universo se ha ido ampliando, buscando nuevas fórmulas e incorporando lenguajes de diferentes disciplinas.

Se ha mantenido en plena vehemencia creativa y expositiva durante décadas. Ha mantenido en el transcurso de las décadas una importante actividad creativa y expositiva, desde su primera individual en la galería Eude (1982) hasta las más recientes en la Fundación Saura de Cuenca (2012) y en la galería N2 de Bacelona. Los premios y los reconocimientos jalonan toda su carrera, desde la beca del Ministerio para un stage en Varsovia (1981) hasta la del CONCA para Osaka (2010). Está representada en prestigiosas colecciones: Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat, MACBA, Fundació La Caixa, Rafael Tous…, en las galerías Maeght, Antonio de Barnola, Ignacio Lassaleta…

Francesca despliega en cada uno de sus lienzos sutiles cartografías en las que se amalgaman palimpsestos de sueños, recuerdos y vivencias. Las geografías psíquicas se enriquecen de estratos semánticos. Lo corporal se manifiesta a través de sugerencias orgánicas, de formas y texturas que remiten al amor, al deseo y al transcurso del tiempo: meandros, cavidades y grietas rememoran paisajes reales al tiempo que remedan topografías epidérmicas. La huella como memoria, evocación de ausencias; cuatro manos entrecruzan sus dedos emergiendo de esa unión alguna fuerza invisible, vibraciones de energía.

 

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Pablo PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973). Suite 347.

35017497-_100_

Lote en subasta:

PICASSO, Pablo (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
“Autoportrait transposé et dédoublé”, Suite 347, 1968.
Grabado, ejemplar 35/50.
Firmado y numerado a mano. Fechado en plancha: 26.3.68.
Medidas: 41,8 x 34,5 cm (pisada); 61,5 x 50,4 cm (papel).

 

Obra catalogada en B. Baer, “Picasso. Peintre-graveur”, nº 1503 (Berna; Kornfeld); G. Bloch, “Pablo Picasso. Tome II. Catalogue de l’oeuvre gravé et lithographié 1966-1969”, nº 1488 (Berna; Kornfeld et Klipstein, 1971).

La Suite 347 está formada por ese mismo número de grabados al aguafuerte, elaborados por Pablo Picasso entre el 16 de marzo y el 5 de octubre de 1968. Se mostró por primera vez como conjunto en la galería Louise Leiris de París en diciembre de ese mismo año. No se puede dar una interpretación simple de su temática, a diferencia de la Suite Vollard donde predominan claramente los temas del minotauro y del escultor con su modelo. Como en la Suite 156, en la 347 tiene cabida toda la imaginería del Picasso anciano. Así, se representan temas referidos a su público, a los grandes maestros, al mundo de la tauromaquia y el flamenco, la mitología grecolatina y el paisaje mediterráneo, e incluso un tema tan español como “La Celestina”, obra a la que el pintor dedica 66 grabados. Asimismo, se encuentran amplias referencias a la vida cotidiana, a la propia infancia del artista o a lo que Picasso podía ver en la televisión, como películas de romanos, las mil y una noches, etc. Asimismo, esta suite está llena de referencias a otros artistas, como Rembrandt, Rafael, Ingres, Manet, Monet, El Greco, etc.

Picasso inicia sus estudios artísticos en Barcelona, en la Escuela Provincial de Bellas Artes (1895). Tan sólo dos años después, en 1897, Picasso realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. París se va a convertir en la gran meta de Pablo y en 1900 se traslada a la capital francesa por un breve periodo de tiempo. Al regresar a Barcelona, empieza a trabajar en una serie de obras en la que se observan las influencias de todos los artistas que ha conocido o cuya obra ha visto. Es una esponja que lo absorbe todo pero no retiene nada; está buscando un estilo personal. Entre 1901 y 1907 se desarrollan la Etapa Azul y la Etapa Rosa, caracterizadas por el uso de esos colores y por su temática con figuras sórdidas, aisladas, con gestos de pena y sufrimiento. La pintura de estos años iniciales del siglo XX está viviendo continuos cambios y Picasso no puede quedarse al margen. Se interesa entonces por Cézanne, y partiendo de su ejemplo va a desarrollar una nueva fórmula pictórica junto a su amigo Braque: el cubismo. Pero Picasso no se queda ahí y en 1912 practica el collage en la pintura; a partir de este momento todo vale, la imaginación se hace dueña del arte.

Picasso es el gran revolucionario y cuando todos los pintores se interesan por el cubismo, él se preocupa por el clasicismo de Ingres. El movimiento surrealista de 1925 no le coge desprevenido y, aunque no participa abiertamente, le servirá como elemento de ruptura con lo anterior, introduciendo en su obra figuras distorsionadas con mucha fuerza y no exentas de rabia y furia. Igual que ocurre con Goya, a Picasso también le influye en gran medida la situación personal y social a la hora de trabajar. Sus relaciones con las mujeres, frecuentemente tumultuosas, van a afectar seriamente a su obra. Sin embargo, lo que mayor impacto tuvo en Picasso fue el estallido de la Guerra Civil española y el bombardeo de Guernica, que provocó la realización de la obra más famosa del arte contemporáneo. París fue su refugio durante mucho tiempo, pero los últimos años de su vida los pasó en el sur de Francia, trabajando en un estilo muy personal, con vivos colores y formas extrañas. Picasso está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.

 

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Jorge CASTILLO CASALDERREY (Pontevedra, 1933). “Silueta”.

34001611-(100)

Lote en subasta:

CASTILLO CASALDERREY, Jorge (Pontevedra, 1933).
“Silueta”.
Escultura en plancha de hierro lacado, ejemplar 1/6.
Con firma y numeración estampadas.
Puede emitirse certificado de autenticidad, a petición y cargo del comprador.
Medidas: 110 x 32 x 43 cm.

 

Desde niño, Jorge Castillo se apasiona por el dibujo, y con sólo diez años realiza, con lápices de colores, su primera copia de Rubens. Según Castillo, la pintura de Rubens le enseñó a entender el cubismo de Braque y Picasso. Su familia emigró a Buenos Aires al año de nacer el pintor, pero él regresará a Europa. Trata de ir a París, pero por falta de recursos económicos se establece en España.

Tras pasar por Vigo se instala en Madrid en 1957, donde pronto entra en contacto con el crítico de arte José María Moreno Galván, quien admira su trabajo y le introduce en los círculos artísticos madrileños. En 1958 empieza a vender sus dibujos en la galería Biosca, y el propio pintor Antonio Saura compra varios de ellos. Al año siguiente expone sus trabajos sobre papel y acuarelas en la galería Altamira de Madrid. Poco a poco se irá decantando por la técnica del grabado, que será finalmente su principal medio de expresión, aunque lo alternará con la pintura.

En 1960 es seleccionado para la Bienal de São Paulo en Brasil. A partir de entonces expondrá su obra internacionalmente, en galerías y museos de Nueva York, San Francisco, Tokio, París, Lisboa, Turín, Hannover, Dusseldorf y Ginebra. Participa en la Bienal de Venecia en 1964 y 1976, y en 1970 realiza una exposición individual en la Nationalgalerie de Berlín, la primera gran exposición dedicada, en un museo, a un periodo concreto de su carrera. Obtuvo premios como los Internacionales de Dibujo (1964) y de Pintura (1975) de Darmstadt, el Ciudad de Pontevedra (1994), y el Cultura Viva de las Artes Plásticas (2006).

Actualmente reside y trabaja Ibiza. Se puede contemplar obra de Jorge Castillo en el Museo de Bellas Artes de Lausana, la Fundación Juan March, las Galerías Nacionales de Edimburgo y Berlín, los Museos de Arte Moderno de San Francisco y Vitoria, la Kunsthalle de Bremen, el Albertina de Viena, la Biblioteca Nacional de España y el Guggenheim de Nueva York, entre otros.

 

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Layla D’ANGELO (Nueva York, 1953). “JQE-LD mix”.

33005970-(100)

Lote en subasta:

D’ANGELO, Layla (Nueva York, 1953).
“JQE-LD mix”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado al dorso.
Se expedirá certificado de autenticidad a petición del comprador.
Medidas: 146 x 117 cm.

 

La neoyorquina Layla D’Angelo fijó su residencia en Madrid en 1988. De espíritu cosmopolita, vivió también en Londres y Roma, par asentarse después en Barcelona. Adquirió celebridad con su proyecto “Érase una vida en polaroid”, serie que mostró en galerías de todo el mundo. Entre sus exposiciones destacamos las celebradas en la Galería Alegría (Madrid, 2012); “All my friends and lovers” (Hamburgo, 2011); Galerie Pierre Passebon (París 2010); Galería No Place (Barcelona, 2009); Sala Diaz San Antonio (Texas, 2004); Proud Gallery Hoxton (London, 2001); Sylvia Ortiz Galeria Denia (2000); Galería H2o (Barcelona, 1999); ARCO con galería Cavecanem (2000); Círculo de Bellas artes Madrid (1998); Galeria Pierre Passebon (París, 1996). Coleccionistas de élite han adquirido obra suya: Madonna, Mario Testino, Cristian LaCroix, Rafael Amargo y Rossy DePalma.

D’Angelo, quien durante más de tres lustros llevó un registro visual de su vida con cámara Polaroid, ha sabido captar esa paradójica mezcla de irrealidad e instantaneidad que propicia esta técnica, singularidad estética que queda aún más manifiesta cuando trasladaba al lienzo esas instantáneas. Un dietario actualizado con periodicidad matemática, imponiéndose el ritual de fotografiarse el mismo día de la semana en que cayera su cumpleaños. Fue inventariando sus frecuentes cambios de residencia y su agitada vida social. En los óleos resultantes, Layla intensifica el aspecto brumoso de la emulsión, los desenfoques o distorsiones formales, los colores vidriosos… Pone énfasis en la latencia de lo que está por revelarse en estas fotos amateur, adquiriendo un tono espectral, de emergencia fantasmática, frustrándose la voluntad de conservar intacta la memoria, de preservar las vivencias de la erosión del tiempo. Y en esa misma imposibilidad de aprehender el pasado reside la sublimación de ese instante banal captado por la cámara, y sobredimensionado por el pincel.

 

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Joan MIRÓ I FERRÀ (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983). “La Mélodie Acide”.

35017489-(100)

Lote en subasta:

MIRÓ I FERRÀ, Joan (Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983).
“La Mélodie Acide”, 1980.
Litografía sobre papel Japón, ejemplar II/VII.
Polígrafa editor e impresor, Barcelona.
Firmada y numerada a mano.
Medidas: 34 x 25,8 cm.

 

Perteneciente a la serie “La Mélodie Acide”, compuesta por catorce litografías. Este ejemplar corresponde a una tirada de 1.500 ejemplares, cada uno firmado en plancha y numerado a lápiz. Serie catalogada en “Miró litógrafo vol. VI: 1976-1981”, de Patrick Cramer, nº 248 (Barcelona; Polígrafa, 1987).

Consagrado internacionalmente a raíz de la retrospectiva que el MOMA de Nueva York le dedicó en 1941, Joan Miró cuenta con galardones como los Grandes Premios de la Bienal de Venecia y de la Fundación Guggenheim, el Carnegie de Pintura, las Medallas de Oro de la Generalitat de Cataluña y de las Bellas Artes, etc. En la actualidad su producción puede contemplarse en la Fundación Joan Miró de Barcelona, así como en los principales museos de arte contemporáneo de todo el mundo, como el Thyssen-Bornemisza, el MoMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid, la National Gallery de Washington, el MNAM de París o la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo.

 

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Nani SERRANO (Alcoi, actual). “Androginias y metamorfosis, Bacco”.

35006044-(100)

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SERRANO, Nani (Alcoi, actual).
“Androginias y metamorfosis, Bacco”, 2013.
Acrílico sobre lienzo.
Pintura Aerógrafo.
Se adjuntará certificado de autenticidad a petición del comprador.
Medidas: 100 x 81 cm.

 

  Nani Serrano prosigue con su personal investigación plástica sobre la historia de la seducción, leyendo entre líneas los derroteros de la belleza en el arte, introduciendo lecturas subliminales en sus versiones al aerógrafo de antiguas obras maestras. En esta ocasión, Serrano recupera el Bacco de Caravaggio subrayando su androginia. Apreciamos en el pecho turgente similitudes con representaciones femeninas de la pintura flamenca del Renacimiento temprano. Los labios carnosos y las cejas aparecen más perfilados, y los pómulos salientes estilizan el óvalo facial. Bacco es prácticamente una mujer, que nos acerca el cáliz de cristal sosteniéndolo con sus finos dedos de uñas lacadas.

Serrano nos invita a leer esa ambigüedad sexual desde un prisma contemporáneo, sugiriendo vías de relajación de las categorías que definen los géneros. Para la embriaguez espiritual, la concupiscencia, la ilusión y el sueño no existen fronteras. El propio proceder plástico de Nani, al lograr la plena armonía entre el naturalismo barroco y el refinamiento flamenco, aboga por la belleza de lo híbrido. En sus lienzos de la serie “Aerógrafo para otro siglo”, Serrano feminiza la mirada sobre la historia de la seducción tal como nos fue transmitida por los grandes pintores del Gótico, el Renacimiento y el Barroco.

Nani Serrano se inició como diseñadora gráfica y en dibujo publicitario, para después adentrarse en el arte de la aerografía, el collage y otro tipo de obras en las que prioriza el trabajo manual, y a través de las que trata de unir arte e ilustración. Ha sido incluida en el catálogo de “Ilustradores españoles” (Ed. Lunwerg), que recoge lo más destacado de la ilustración actual. Ha expuesto en la galería Agora 3 (Sitges, 2012); Art Window (2012); Espace Cultural Ample (2011, 2010, 2009); Desig (2008); Expo_7 (2005), La Guillotina (Valencia, 99), entre otras. Explora las posibilidades expresivas de la pintura con aerógrafo, técnica que domina con virtuosismo. Se sirve de ella para hacer dialogar disciplinas y lenguajes: fotografía, pintura histórica…, para reflexionar sobre las representaciones femeninas habidas en el arte y en la publicidad.

 

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Francisco PEINADO (Málaga, 1941). “Sala de segregación”.

34001549-(100)

Lote en subasta:

PEINADO, Francisco (Málaga, 1941).
“Sala de segregación”.
Óleo sobre tabla.
Medidas: 115 x 86 cm; 128 x 101 cm (marco).

 

Pintor y grabador, Francisco Peinado pasó su juventud en Brasil, donde emigró con su familia en 1952. Estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de São Paulo, y en 1963 regresa a España y se instala en su Málaga natal. En 1966 vive seis meses en Colonia, y realiza una exposición en Frankfurt. En 1972 traslada su residencia a Madrid, y siete años después vuelve a Málaga, donde reside en la actualidad. Debutó individualmente en 1964 en la galería Biosca de Madrid, donde reiteró su presencia dos años más tarde.

Desde entonces ha expuesto individualmente en España, Alemania, Francia y Finlandia, destacando sus muestras personales celebradas en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid (1970), la Diputación Provincial de Málaga (1975, 1987, 1994), la galería Rayuela de Madrid (1978, 1981, 1984, 2001), la Bellechose de París (1979), la Signius de Lübeck (Alemania, 1990) y la Juan Gris de Madrid (1990), entre muchas otras. También ha tomado parte en numerosas colectivas, en Europa y Estados Unidos, y en 1992 recibió el Premio Andalucía de Artes Plásticas.

Actualmente Francisco Peinado está representado en el MoMA de Nueva York, el de Arte Abstracto de Cuenca, el Nacional Reina Sofía, el Español de Arte Contemporáneo y la Biblioteca Nacional de Madrid, el Ateneum Taidemuseo de Helsinki, el de Arte Moderno de Rijeka (Yugoslavia), la Galería Nacional de Eslovaquia, los Museos de Arte Moderno de Bilbao y Sevilla, la Fundación Rodríguez Acosta de Granada, el Museo de Bellas Artes de Málaga, el Itinerante Salvador Allende y el Palacio de San Telmo en Sevilla.

 

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Joan PONÇ BONET (Barcelona, 1927 – Saint-Paul, Francia, 1984). “Metafísica geomètrica”.

34001590-(100)

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PONÇ BONET, Joan (Barcelona, 1927 – Saint-Paul, Francia, 1984).
“Metafísica geomètrica”, 1969.
Óleo sobre lienzo.
Con etiqueta al dorso de la galería Salvador Riera de Barcelona.
Medidas: 195 x 97 cm; 212 x 113 cm (marco).

 

Pintor y dibujante, se formó en Barcelona, en el taller de Ramón Rogent y en la Academia de Artes Plásticas con Ángel López-Obrero. Tras dedicarse a la pintura y el dibujo en el anonimato, realiza su primera exposición individual en 1946, en la Galería Arte de Bilbao, la cual supondrá su definitivo afianzamiento dentro del panorama artístico nacional. En 1948 funda, junto a Tharrats, Puig, Cuixart, Tàpies y Brossa entre otros, el grupo de vanguardia Dau al Set. Seleccionado por Eugenio D’Ors, participó en el Salón de los Once de Madrid en 1951 y 1952. En 1952 participa en la Bienal Hispanoamericana, y al año siguiente pasa una temporada en París, donde conoce a Joan Miró y logra exponer en el Museo de la Villa.

Con la recomendación de éste, Ponç logra acceder a los círculos artísticos brasileños, instalándose en São Paulo desde 1953 hasta 1962. En 1954, año de disolución de Dau al Set, realiza una exposición en el Museo de Arte Moderno de la ciudad, con tal éxito que la entidad adquirió la totalidad de las obras. En Brasil conoció las selvas ecuatoriales, donde quedó impresionado por su fauna, especialmente por los insectos, que incorporó a su imaginería. En 1955 fundó el grupo Taüll con Marc Aleu, Modest Cuixart, Jaume Guinovart, Jaume Muxart, Mercadé, Tàpies y Tharrats.

Tras regresar a Cataluña a causa de una enfermedad, como artista ya totalmente consagrado realiza muestras en Nueva York, Río de Janeiro, Bonn, París, Frankfurt, Ginebra, Antibes y en diversas ciudades españolas. En 1965 consigue el Gran Premio Internacional de Dibujo en la Bienal de São Paulo. La pintura de Ponç presenta imágenes fantasmagóricas a la vez que dolientes y torturadas, en las que el subconsciente es el protagonista. Para el pintor el arte no es sino una introducción al misterio y a los secretos que encierra el espíritu. Más dibujante que pintor, su obra es extremadamente detallista y minuciosa.

La producción de Ponç se puede dividir en seis periodos: época de Dau al Set (1947), época brasileña (1958), época metafísico-geométrica (1969), etapa de los personajes metafísicos (1970), etapa de la acupintura (1971) y un periodo final de síntesis (1972).

En su obra Ponç se manifiesta como artista brujo, que concibe el arte como magia, como poder extraordinario, un conjuro, algo sobrenatural. Pero el gran maestro catalán no fue sólo eso; su arte es también la exploración de lo negativo, la atracción por lo perverso y lo diabólico, reflejo de un universo plagado de seres monstruosos y malignos, de espíritus satánicos y pérfidos, reflejo de la fascinación que sentía su autor por el mal. Para el espectador, este mundo dramático de Joan Ponç es una metáfora. En cambio, para el artista era su mundo real. Sus monstruos no eran simple fantasía, sino que tenían una vida auténtica y dialogaban con el pintor, dentro de un complejo mundo de personajes y obsesiones. Así, su obra parece realizada bajo la clarividencia de una cierta crisis existencial permanente, reflejando un mundo inteligente, poético y complejo.

Por otro lado, su fidelidad a unos planteamientos plásticos que se alejaban de las corrientes dominantes de la época situó a Ponç al margen de los discursos artísticos oficiales. Será la perspectiva del tiempo la que reafirme la relevancia y la excepcionalidad de su trabajo, como también la intensidad de su voz y la necesidad de su redescubrimiento. Uno de los pintores más singulares y enigmáticos de la historia del arte moderno, Ponç pintaba para sobrevivir al mundo, y convertía cada una de sus creaciones en un acto mágico. Actualmente está representado en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de São Paulo, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, el MACBA de Barcelona, el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo en Vitoria, el Museo de L’Empordà y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

 

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James BROWN (Estados Unidos, 1951). “Precious blood VIII”.

34001548-(100)

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BROWN, James (Estados Unidos, 1951).
“Precious blood VIII”.
Óleo sobre lienzo.
Con etiqueta al dorso de la galería Soledad Lorenzo de Madrid.
Medidas: 140 x 104 cm.

 

El pintor estadounidense James Brown nació en Los Ángeles y se graduó en Bellas Artes en el Immaculate Herat Collage de Hollywood. Finalizados sus estudios se trasladó a París, donde permaneció varios años y amplió su formación en la École Nationale Supérieure des Beaux Arts. Desde sus inicios, Brown se rebeló contra la formación clásica y académica, que considera irrelevante, si bien permaneció en la Escuela para poder permanecer en París. Por estos años realizará viajes por Europa, admirando especialmente obras italianas del Renacimiento y la Edad Media.

En 1979 regresa a Estados Unidos y se establece en Nueva York, iniciando una etapa en la que mezcla la tradición pictórica europea con influencias del arte tribal. A principios de los ochenta comienza a celebrar exposiciones en Nueva York, y en esta década conseguirá un gran éxito de ventas y de crítica, inmerso en la Escuela del East Village. No obstante, cuando esta escena comienza a desaparecer Brown vuelve de nuevo su mirada a Europa, y empieza a exponer regularmente en galerías del Viejo Continente, donde su arte se contemplaba dentro del contexto de posguerra, en la tradición de Jean Dubuffet.

A mediados de los noventa Brown se traslada con su familia a Oaxaca, México, y durante los nueve años que vivió allí continuará mostrando su obra en Europa y los Estados Unidos, así como en México. En esta etapa mexicana el artista amplía sus horizontes a la elaboración de mantas, siguiendo la tradición local, y a los libros de artista, creando al editorial Carpe Diem Press. En 2004 Brown se mudó a Mérida (Yucatán), y desde entonces ha incrementado su actividad en Europa, exponiendo su arte en Francia, Alemania, Italia y Holanda, y trabajando con frecuencia en París.

A lo largo de su carrera, Brown ha evolucionado y pasado por distintas etapas, pero siempre manteniendo un aspecto artesanal y combinando elementos de la tradición modernista con motivos y temas espirituales del arte tribal. Gran parte de su obra es abstracta, si bien contiene representaciones y signos reconocibles. Además de la pintura ha trabajado la escultura y series de estampas, y en la década de los noventa se interesó especialmente por el collage. También son importantes en su producción los dibujos y otras obras únicas en papel. Actualmente está representado en museos señeros como el Centre Georges Pompidou de París, la Nationalgalerie de Berlín o el MoMA de Nueva York, entre muchos otros.

 

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“Ocho Inmortales Taoístas”, mediados s.XX.

35004593-_100_

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Escuela china de mediados del siglo XX.
“Ocho Inmortales Taoístas”.
Hueso tallado y policromado, con peana de madera tallada.
Medidas: 31 x 47,5 x 17 cm; 5,6 x 44,5 x 16 cm (peana).

 

Conjunto escultórico ornamental de gran virtuosismo, enteramente realizado en hueso tallado, cincelado, calado y entintado en varios colores, representando a los Ocho Inmortales Taoístas en un barco con cubierta de tablas, surcando las olas, con un pino como mascarón de proa. Los Ocho Inmortales es un grupo de deidades de la mitología china, según la cual existieron terrenalmente y nacieron durante las dinastías Tang (618-907) o Song (960-1279), viviendo en la montaña Penglai. Son adorados dentro del taoísmo, pero también en la cultura china popular.

Los miembros del grupo rara vez aparecen representados por separado, y sus poderes pueden ser transferidos a utensilios que pueden dar la vida o destruir el mal, conocidos como “an baxian”. Los Ocho Inmortales son Lu Dongbin, erudito y líder “de facto” del grupo; Lan Caihe, representado como un joven o niño afeminado, de comportamiento estrafalario; Zhang Guo Lao, anciano que posee una mula que puede plegar como si fuera papel; He Xiangu, única mujer del grupo; Li Tieguai, irascible pero benévolo con los pobres; Han Xiangzi, identificado por sus dotes musicales y su flauta; Zhongli Quan, líder oficial del grupo; y Cao Guojiu, protector del teatro.

 

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