#ArteEsVida. El enigma de Joan Ponç.
Joan Ponç es uno de los artistas más fascinantes que nos brindaron las vanguardias españolas del pasado siglo y también uno de los enigmáticos. En su obra podemos rastrear múltiples referencias externas e influencias de diversos artistas y movimientos. Sin embargo, la intensidad de su personalidad prevaleció siempre por encima de todas ellas, creando un universo único, imposible de encasillar en una determinada corriente artística. Este universo que Ponç nos describe extremadamente rico y único es, como el mismo se reconocía, el mundo de un pintor “maldito”, que vivó en la delgada línea roja que separa la cordura de la locura. En esa frontera entre ambas realidades fue donde el artista, por medio de un mundo fantástico, onírico, inquietante y misterioso hizo aflorar sus angustias y obsesiones.
Situado al margen de cualquier canon estético de la época será la perspectiva del tiempo la que reafirme la relevancia y excepcionalidad de su trabajo, así como su potente personalidad creadora que bien merece su redescubrimiento.
Si quieres conocer más acerca de la vida y obra de este magnífico artista, a continuación, encontraras algunos datos curiosos que dan luz a su enigmática y revolucionaria figura.
1-La traumática infancia que vivió se refleja en su obra
Su tormentosa infancia y las experiencias traumáticas que vivió, se reflejan en el mundo torturado y delirante que protagoniza a menudo sus obras. En su autobiografía, el mismo, describe su infancia como una verdadera pesadilla. De hecho, sus primeros dibujos tienen lugar en el desván de su casa donde a menudo lo encerraban.
2-Ponç fue fundador de la primera revista vanguardista Algol.
En 1947, Joan Ponç funda con Joan Brossa la Revista Algol, en la que colaboran Arnau Puig, Francesc Boadella y Jordi Mercadé y que, a pesar de resultar en un estrepitoso fracaso económico, siembra el germen de la revolucionaria Dau al Set.
3-Su proceso creativo se ve influenciado por las teorías psicoanalíticas de Freud.
Ponç se adentró en el automatismo psíquico y el psicoanálisis freudiano con el objetivo de liberar el inconsciente y reflejar así el mundo interior del artista que se ve mermando por la razón
4-Antoni Tàpies, con quien no tenía una buena relación, siempre decía que Ponç dibujaba monstruos.
El escaso apoyo por parte de la burguesía catalana y la tensa relación con Antoni Tàpies desde que fundaran el grupo Dau al Set acabaron por desencantar a Ponç. Su enemistad con Tàpies, se evidenció cuando junto a Modest Cuixart y Baltasar Porcel lo acusaron en los años 60 de haber ninguneado y boicoteado la carrera de otros artistas.
5.En 1953 y con recomendación de Joan Miró decide mudarse a Brasil
Huyendo de la situación que vivía en su país, Ponç se traslada a Brasil de la mano de Joan Miró quien le escribió una carta de recomendación. Miró fue sin duda, uno de los pintores que Ponç admiró profundamente, llegándose a convertir en uno de sus pocos apoyos.
6.Los ojos fueron uno de los protagonistas de la iconografía de Ponç, sobre todo en los últimos años
En la cosmogonía personal de Ponç repleta de criaturas y paisajes fantásticos, el ojo aparecerá repetidamente a lo largo de su trayectoria. De hecho, los expertos en su obra señalan que esta obsesión es una especie de premonición de la ceguera que años más tarde le provocaría la diabetes que sufría, momento en el que este elemento cobra más relevancia.
7.Ponç dibujaba siempre por la noche, lo que le valió el apelativo de ‘Príncipe de las tinieblas’.
Desde sus inicios hasta el final, Joan Ponç siempre pintó de noche considerando que la luz natural no era necesaria para dar vida a las criaturas de su mundo onírico y fantasmagórico. Esta manera de crear se relaciona con la búsqueda constante de la esencia del ser. La luz, en las obras de Ponç no proviene del exterior, si no que emerge del interior iluminándolas desde dentro.