El contexto de un Imperio. Arte renacentista en España.
Si nos trasladáramos a la España del siglo XVI nos encontraríamos ante uno de los panoramas más increíbles de la historia. En apenas cien años, un grupo de reinos, tradicionalmente en disputa, ahora se encuentran en paz y unidos bajo una misma corona con la proyección de ser los valedores de la mitad del mundo conocido. Los territorios de la monarquía hispánica, ya fuera bajo los reinados de Carlos I o de su hijo Felipe II, abarcaron la mitad de Europa y los territorios de ultramar en el Nuevo Mundo y en Asia. El contexto ante el que nos encontramos es clave para el desarrollo del Renacimiento en España. Las relaciones comerciales entre los territorios de la península y los reinos europeos venían de siglos de tradición, sin embargo, las influencias culturales producidas por la anexión de los nuevos hicieron que se agilizara el intercambio de ideas.
Por una parte, nos encontraríamos con el caso italiano, la verdadera cuna del Renacimiento. El pasado clásico estaba más vivo que en ningún otro lugar, el mecenazgo de las grandes familias principescas y burguesas impulsaron la nueva corriente artística. Las plazas del Ducado de Milán fueron incorporadas en tiempos de Carlos I y el sur de Italia con Nápoles y Sicilia, desde los tiempos del Gran Capitán y Fernando el Católico. Llegarían hasta la península obras en el nuevo gusto de diversas formas, bien como regalos diplomáticos, colecciones atesoradas por los virreyes y funcionarios que gestionaban los territorios, así como la importación creada exproceso para los españoles. A todas estas razones se le suma otra igual de importante, los artistas españoles formados en talleres italianos o los propios italianos que llegaría hasta nuestra tierra. En el caso primero encontramos ejemplos dignos de ocupar paginas relevantes en la historia, sirva como ejemplo Alonso de Berruguete, la figura fundamental de la pintura y escultura de este siglo. Estuvo relacionado durante su estancia en Italia con Miguel Ángel, Bramante y Andrea del Sarto. Luis de Morales y Yañez de Almedina aportaron la técnica del esfumato y todos los conocimientos adquiridos en el taller de Leonardo Da Vinci.
El caso de artistas italianos instalados en España es igualmente relevante, los grandes escultores como los hermanos Pompeo y Leon Leoni o Torrigiano, el famoso enemigo de Miguel Angel. En el centro de Europa, ya fuera en Borgoña o Flandes, aparecen muestras de notables influencias: Juan de Borgoña a la cabeza, Juan de Flandes o Pablo Esquert entre otros. Sin embargo, cabe citar que la estrecha relación entre Castilla y Flandes ya dio sobresalientes ejemplos en siglos atrás, ciudades como Amberes y Brujas tenían en los castellanos grandes mecenas como bien corrobora la colección que en su día creó Isabel la Católica.
La próxima subasta del día 13 de Octubre acoge un buen numero de piezas enclavadas dentro del contexto que hemos presentado. Por un lado, veríamos las influencias italianas en la escuela valenciana, como la tabla del Maestro de Alzira, una verdadera pieza de museo con una relevancia histórica indiscutible. Podemos observar el estilo de Berruguete en la pareja de bustos de santos que debieron formar parte de un notable retablo. Un ejemplo del estilo de Morales y la trascendencia de pintores como el Piombo o Solario en España queda patente en esta enigmática tabla representando a un Ecce homo de rasgos italianizantes pero de marcado carácter hispano
Por último, mencionar dos tablas, la primera “El descanso de la Huida a Egipto”, como la prueba del marcado peso que tuvo la pintura flamenca sobre los artistas de la península a través de obras importadas. Siguiendo el hilo de las pinturas realizadas por artistas de Flandes para ser enviadas a España tenemos el caso de una tabla anónima inspirada en el modelo de Ambrosius Benson que tanto éxito cosecho en toda Europa.