Dos armaduras de samurái del periodo Edo (s. XVIII) en subasta en Setdart
Si lo que te apasionan son las artes y la cultura japonesa, no puedes perderte la subasta de Arte Oriental que celebramos en Setdart el 10 de octubre, en la que se licitan dos fantásticos ejemplares de armadura de samurái del periodo Edo, siglo XVIII.
Ambas piezas ejemplifican a la perfección las enseñanzas que los gusoku-shi (maestros artesanos de armaduras) volcaron en este tipo de protecciones y ayudan a comprender cuál fue el papel del samurái en el devenir del Japón imperial, una sociedad definida por la inestabilidad y las continuas luchas de poder entre los distintos clanes existentes.
En Setdart queremos adentrarnos en la fascinante época de los samuráis y, para ello, te traemos 7 curiosidades que te permitirán comprender mejor cómo eran las armaduras y qué papel desempeñaron estos guerreros en la sociedad nipona:
- Los samuráis o bushi tenían un estricto código ético conocido como bushido. Traducido como “el camino del guerrero”. Se trataba de un código que exigía disciplina, lealtad y honor hasta la muerte.
- Las armaduras han sido catalogadas por los expertos como piezas únicas y exclusivas. Se han convertido en objeto de deseo para coleccionistas de arte asiático, quienes no dudan en invertir grandes cantidades de dinero con tal de adquirir uno de estos ejemplares.
- La fabricación de las armaduras se fue complicando hasta tal punto que, ya en el siglo XIX, fue considerado un arte independiente conocido como “odoshi-gei”.
4. Las armaduras fueron evolucionando para una mayor adaptación a las necesidades de la batalla. Así, en un inicio fueron fabricadas en hierro para, posteriormente, combinarse con otros materiales como el cuero o la seda, aportando mayor ligereza.
5. La armadura yoroi o “gran armadura”, como las que subastamos, fue un tipo de protección que abarcaba todo el cuerpo, de pies a cabeza. Contaba incluso con una máscara en hierro que cubría la cara total o parcialmente y que se pretendía simular un demonio con el fin de intimidar a los adversarios.
6. Algunas armaduras llegaban a pesar más de 30 kg, lo que implicaba una gran fuerza física y mental por parte del guerrero.
7. En periodos pacíficos como el Edo, la armadura perdió su carácter protector y pasó a ser un símbolo identificativo de cada clan. Así, se crearon códigos de cómo vestirla y cómo llevarla, y se convirtió en un escaparate para las artes de muchos artesanos.