La inmortalidad de los relojes ‘bracket’
Setdart presenta esta magnífica colección de relojes atesorados y conservados durante más de cuarenta años por los mismos coleccionistas. La subasta incluye piezas de la mano de los más ilustres constructores europeos desde el S.XVII al S.XX. Las piezas que se licitarán el próximo 24 de marzo son un perfecto ejemplo y claro reflejo de una exquisita artesanía y precisión técnica.
Los relojes bracket destacan principalmente por su mecanismo, aunque también por su decoración. Esta tipología tiene su origen en la década de los 60 del siglo XVII, cuando se aplica el péndulo al reloj sustituyendo el anterior regulador de “foliot” o volante. Este cambio hizo necesario dotar al mecanismo de una caja que lo protegiera de golpes que pudieran alterar su marcha. Nacen así los relojes denominados en Inglaterra “bracket”, es decir, los relojes transportables. Se trata de piezas de caja corta, que aloja en su interior un mecanismo sujeto entre dos gruesas platinas y conteniendo, como fuerza motriz para cada tren, un combinado de cubo y caracol. Estos relojes fueron pensados inicialmente para ser colocados sobre una ménsula, y de ahí su denominación inglesa. Esta ménsula era una pieza independiente que solía fabricarse a la vez, con decoración a juego con el reloj. Posteriormente, sin embargo, empezaron a elaborarse base y reloj por separado.
Los ingleses desarrollaron una mecánica relojera diferenciada de la del resto de Europa, basada en una industria de talleres especializados que producían productos de gran perfección técnica. Las cajas eran realizadas por ebanistas que enriquecían los relojes, convirtiéndolos en auténticas joyas. Por ello, a lo largo del siglo XVIII los relojes ingleses evidenciarán la evolución estilística que se desarrolló en la ebanistería inglesa, partiendo de los modelos William and Mary y Reina Ana, pasando por el estilo Chippendale y el Hepplewithe para finalmente volver al clasicismo con el Adam, el Sheraton y finalmente el Regencia. Respecto a la tipología concreta del reloj bracket, mantuvo durante todo el siglo XVIII su aspecto elegante y señorial, y a finales de la centuria las cajas serán de mayor tamaño, más monumentales.
La solidez de su mecanismo casi le hace inmortal, cada pieza está especialmente pensada para su permanencia en el tiempo, sin renunciar al gusto y estilo. La esfera en numerosas ocasiones se mandaba hacer por orfebres que tallaban minuciosamente las cifras, grababan en la planta frontal y en la platina, incorporaban el dial plateado sobre una planta dorada, los relojes más característicos llevan las cifras negras y fondo plateado.
La exactitud en la medición del tiempo de los relojes ingleses ha llegado hasta nuestros días y se encuentran magníficas piezas realizadas con excelentes materiales y en perfecto estado de conservación. Algunos de los mejores ejemplares los han realizado relojeros como Robert Higgs, Abel Panchaud, Windmill & Bennet, James Smith, entre otros, que formarán parte de la próxima subastas de relojes, además de excepcionales piezas de otros maestros relojeros españoles, franceses, alemanes y suizos.