El Manierismo y la exquisitez de su extravagancia
La fuerza expresiva y dramática del manierismo se convierte en una de las protagonistas de la subasta de Alta Época del próximo día 23 de febrero
El estilo manierista, surgido en Italia alrededor de la década de 1530, supuso un cambio de paradigma respecto al Renacimiento donde los rasgos de proporción, equilibrio y armonía que hasta entonces habían definido la creación artística, perdieron su total hegemonía en virtud de la intencionalidad artística y la expresividad. Una vez afianzados los conocimientos sobre anatomía humana, perspectiva y color, los artistas y sus talleres avanzaron en su camino hacia la experimentación, buscando con ello un mayor dramatismo y distinción en sus composiciones que eclosionaría en época Barroca.
También conocido como Renacimiento tardío, el Manierismo es visto como un puente entre el Alto Renacimiento y el periodo Barroco, que adoptó la recargada estética de esta corriente, adaptándola para dar forma a su característica extravagancia. De este modo, los artistas empezaron a dejar patente en sus creaciones su intención de ir un paso más allá, empezando a dotar sus composiciones de una fuerza expresiva que plasmaban tanto a través del cromatismo artificioso como de unas figuras retorcidas y exageradas que aumentaban la sensación de movimiento.
Podemos apreciar un claro ejemplo de ello en este óleo de Escuela Manierista del siglo XVI, “La Flagelación” (lote 35273292). Vemos aquí el pasaje de la flagelación de Cristo, una escena ampliamente representada en la tradición cristiana. Estilísticamente, podemos apreciar que las figuras no se insertan dentro del canon clásico de representación, sino que están estilizadas y alargadas. Destaca también en esta escena la postura de Cristo, cuya artificial torsión enfatiza la fuerza dramática y su sufrimiento de ser flagelado por los soldados romanos. La luz también está utilizada de manera subjetiva, siendo el cuerpo de Cristo el que más recibe, a pesar de estar ubicado en el centro de la composición, todo ello con la intención de enfatizar en su figura y su anatomía.
Como hemos apuntado anteriormente, el uso del color de manera artificial es un claro reflejo de este expresivo estilo. Vemos por ejemplo en esta “Estigmatización” de San Francisco de Asís (lote: 35273511) como el uso del color en la piel del santo se aleja de una representación realista para enfatizar los aspectos dramáticos. Aquello que podemos ver del santo, su tez y sus estigmatizadas manos, están pintadas en tonos grises, aportando también un mayor misticismo a la figura de San Francisco. La paleta aquí utilizada nos acerca estéticamente a la obra de Jorge Manuel Theotocópuli, hijo del afamado el Greco, cuyo estilo queda especialmente vinculado al de su padre.
A pesar de desarrollarse durante un periodo histórico breve que, finalmente dio paso al Barroco, la fascinación que despertaron los artistas y las escuelas manieristas de Europa se ha mantenido viva hasta llegar a nuestros dias.