Vanitas, vanitatis... para ser Dios
Setdart presenta en la próxima subasta de Alta Época del día 10 de febrero varios ejemplos que recuerdan a través del “memento mori” la fugacidad de la vida. Desde el vanitas por excelencia, presentado en el Lote 35174140 con unas “Calaveras” atribuidas al “Il Genovesino”, pasando por otras escenificaciones de santos con atributos de vanitas como el “San Francisco” Atribuido a Luis Tristán (Lote 35256818).
Vanitas vanitatis son dos términos relacionados con un pasaje del Eclesiastés: «Vanitas vanitatum omnia vanitas» («Vanidad de vanidades, todo es vanidad»), que intenta transmitir la inutilidad de los placeres mundanos ante la certeza de la muerte y el absurdo intento del hombre de parecerse a Dios, olvidándose de que es un ser mortal y finito. Vanitas es un término latino que podemos traducir por vanidad, en el sentido de insignificancia.
En la iconografía del arte se denominan “Vanitas” a una categoría de artes plásticas que alcanzaron su máximo apogeo durante el S.XVII. Podemos encontrar diversos ejemplos en bodegones, retratos o composiciones complejas, en las que se incluía algún objeto que nos recuerda la fragilidad del tiempo; calaveras, relojes de arena, ajuares…
Durante el barroco se desarrolló de una manera especial la percepción de la debilidad del ser humano, la fugacidad de la vida y la presencia de la muerte. La sensación social de la situación del hombre estaba en el siglo XVII en un claroscuro continuo; de la lujuria de las fiestas, en las que se combinaban la celebración religiosa con la banalidad y los placeres sensoriales, lo sagrado con lo profano, se pasaba a entonar el mea culpa en iglesias y manifestaciones populares.
El arte reflejó esta situación utilizando de manera dramática la luz y las sombras en busca del impacto, la conmoción del espectador. Y las pinturas y esculturas llamadas “Vanitas” fueron una ayuda muy útil en la predicación devocional. Eran mensajes moralizantes que proliferaron en el siglo XVII, con un mensaje claro: el “memento mori” (recuerda que morirás). Tanto en el Norte como en el Sur de Europa, en el ámbito cristiano y en el protestante, se usaron una simbología e intenciones muy parecidas.