La extensa colección de Joan Obiols-Vié, afamado psiquiatra catalán y amigo de algunos de los artistas más renombrados de la escena artística catalana de la época, será licitada en Setdart el próximo 16 de diciembre.
Cuando se habla de un psiquiatra coleccionista, el fantasma de Hans Prinzhorn merodea sin duda por nuestra imaginación. Sabido es que este psiquiatra alemán revolucionó sin pretenderlo la historia contemporánea del arte al dar prioridad a las creaciones plásticas hechas por sus pacientes. Su colección de “arte alienado” influyó sobremanera al Art Brut (encabezado por Dubuffet) y, posteriormente, al Outsider Art.
Pero no es de este vínculo (por otra parte, ya demasiado explotado) entre arte y locura ni entre arte y terapia lo que motiva la redacción del presente artículo.
Por el contrario, el psiquiatra catalán de quien vamos a hablar, Joan Obiols Vié (Granollers, 1918-Cadaqués, 1980), fue un gran amante del arte con independencia de su profesión. Aunque debió ser la suya una sensibilidad acrecentada y sesgada por su hondo conocimiento del espíritu humano, no era el “arte hecho por locos” lo que alentó su apuesta por el arte más nuevo.
De hecho, a lo largo de su vida demostró tener intuición nata por descubrir valiosas gemas cuando aún no habían empezado a brillar. De muy joven, desde los años cincuenta, cuando su economía aún estaba lejos de ser holgada, empezó a comprar obras a pintores y escultores con las que entablaría amistad. Muchos de ellos acabarían siendo grandes figuras del mundo del arte. Entre sus tempranas adquisiciones ya contaba con piezas de los principales miembros de Dau al Set: Joan Ponç, Antoni Tàpies, Joan Tharrats, ModestCuixart… En el transcurso de los años, su vara de zahorí no dejaría de regalarle magníficas intuiciones: Joan Miró, Antonio Saura, Eduard Arranz-Bravo, Rafael Bartolozzi, Perejaume, Josep M. Subirachs, Josep Uclés, Joan-Pere Viladecans, Juan Hernández Pijuan, Sergi Aguilar… La lista es inmensa y de jugosa calidad. Gran parte de su colección la conforman artistas españoles, aunque también cuenta con obras de Marx Ernst, Fontana, Calder, entre otros.
En la próxima subasta de arte contemporáneo, que se celebrará en Setdart el 16 de diciembre, aparecerán representados muchos de estos grandes nombres, con obra procedente de la colección de Obiols.
“A veces las casualidades adquieren un valor simbólico”, comenta Jordi Obiols, hijo del gran coleccionista y reconocido psiquiatra: su prematura e inesperada muerte, causada por un infarto, tuvo lugar en Portlligat, en casa de Salvador Dalí, “al que trataba como médico y como amigo”. Josep Obiols falleció a los 61 años.
El suyo había sido un coleccionismo pasional e impulsivo, alejado de toda pretensión especulativa. Así como frecuentaba talleres de artistas, se paseaba por las librerías de viejo, por los mercadillos… La compulsión por comprar, tocar, poseer… satisfacía en su caso una honda sed espiritual, y quizás, un ansia por perdurar más allá de la vida física, en la vida material de los objetos que había atesorado.