BEUCKELAER, Joachim (Amberes, Países Bajos, c. 1534 – c. 1574). Lote 35013880
BEUCKELAER, Joachim (Amberes, Países Bajos, c. 1534 – c. 1574).
“Escena de mercado”.
Óleo sobre tabla. Engatillado.
Medidas: 108 x 77 cm; 128 x 96 cm (marco).
Sobrino político y principal discípulo de Pieter Aertsen, fue junto a su maestro el creador del género del bodegón en Flandes. Heredó de Aertsen el gusto por los grandes óleos de naturalezas muertas y escenas de género, sobre todo cocinas y mercados.
Sus pinturas se caracterizaron por grandes figuras y bodegones en el primer plano, abiertas a un fondo donde solía colocar pequeñas escenas, de temática moralista o religiosa. La influencia de este autor llegó incluso a Velázquez, que tomó su “Cristo en casa de Marta” (Prado), como referencia para su obra del mismo tema. Beuckelaer trabaja las escenas con minucioso detallismo, buscando las distintas calidades de los alimentos, centrando su interés tanto en el bodegón en sí como en la escena de género que lo acompaña. Sus composiciones, como las de su maestro, se centran siempre en el primerísimo plano, muy cerca del espectador, dejando espacio libre sólo al fondo. Se trata por tanto de escenas marcadas por un abigarramiento manierista, totalmente moderno, que rechaza las normas universales defendidas por los clasicistas, en busca de un arte más expresivo y, a la vez, más conceptual.
La obra de Beuckelaer está presente en las principales pinacotecas del mundo, como el Museo del Prado, los de Bellas Artes de Budapest, Bruselas, Kassel y Viena, el Louvre en París, la National Gallery de Londres, el Rijksmuseum de Ámsterdam o el Hermitage de San Petersburgo, entre muchos otros.
La tabla que aquí presentamos tiene su correspondiente compositivo en la análoga “Escena de mercado” del Museo de Bellas Artes de Budapest, muy similar también en sus medidas. En ambas pinturas encontramos parejas muy parecidas, un hombre abrazando amorosamente a una mujer (cuya figura se muestra muy cercana a la de la “Cocinera” de Viena). Ambas tablas son similares en composición y también en calidad pictórica, como se aprecia en el magnífico trabajo de las frutas y verduras, que se sitúan en la parte inferior de la composición y cubren gran parte del lateral izquierdo, llegando hasta un gran cesto con huevos y dos aves muertas. En el lado opuesto se abre una ventana que nos muestra un paisaje dominado por la presencia de un castillo, cerrado con murallas y situado al final de un camino por el que caminan dos pequeños personajes.
Como en otros trabajos de Beuckelaer en esta pintura, en la que subyace una velada alusión a la sensualidad, la sexualidad y la fertilidad, se aprecia un importante estudio del espacio y un destacado sentido del detalle, así como la extraordinaria capacidad del maestro para reproducir las diferentes texturas de los diversos objetos, de las frutas y vegetales, gracias a un suave y sutil toque de pincel y a una paleta colorista, delicada y vibrante a un tiempo.