El luminismo de la escuela valenciana vuelve a encenderse en Setdart.
El arte valenciano vivió a partir de la segunda mitad del siglo XIX una época dorada en la que Joaquín Sorolla y sus contemporáneos, dieron inicio al conocido luminismo valenciano. A esta prolífica corriente, se adscribe toda una generación de artistas que como herederos de los rasgos y valores propios de este estilo buscaron en los escenarios típicos del costumbrismo levantino la realidad más amable de la vida. El denominado ” nuevo siglo de oro de la pintura valenciana” encuentra en nuestra subasta del día 15 de abril una magnífica representación que, de la mano de sus grandes figuras, nos viene a demostrar la huella imborrable que dejaron tras de si en el arte español.
A lo largo del siglo XIX la pintura valenciana experimentará un cambio de paradigma en el que, la concepción romántica y neoclásica imperante hasta el momento, dará paso a una visión mas cercana a la tendencia realista desarrollada fuera de nuestras fronteras. Asimismo, las novedades del lenguaje pictórico conllevarán una renovación del repertorio temático, cuya diversificación responde en gran medida, al deseo de satisfacer la demanda de la exigente clientela burguesa. De este modo, la pintura historicista y religiosa perderá su hegemonía en favor de la vertiente costumbrista y orientalista, representada aquí a través de los ojos de sus máximos exponentes. José Benlliure (35186289), Pinazo (35158388) o Vicente March (35190833) dieron rienda suelta a sus composiciones más luminosas y espontáneas en las que el gusto por lo exótico y lo propio se desarrollaran a la par con verdadero virtuosismo
Asimismo, la irrupción del luminismo como una alternativa al encorsetamiento academicista, consolidó definitivamente la modernización de la práctica pictórica en el arte español finisecular. La captación instantánea y lumínica de las formas construidas con una pincelada suelta y palpitante, fue el denominador común de estos artistas nacidos en el Levante, que pese a seguir ligados a la tradición conservadora de su formación académica, se aproximaron a los preceptos rompedores del impresionismo francés. Sin embargo, los luministas valencianos, menos osados que Monet y sus homólogos, optaron por un lenguaje ligado aun a la tradición pictórica que ensalza el valor dela línea.
Joaquín Sorolla, el más internacional de todos los artistas valencianos, logró un éxito rotundo con sus cautivadoras imágenes del Mediterráneo. Su habilidad para capturar la vitalidad de un instante fugaz transluce en obras que, como la que aquí nos ocupa, nos muestran al Sorolla más revolucionario. En esta pequeña tablilla, el artista ilustra su maestría en el apunte, concentrando en un espacio reducido, la vibración de luz y color más pura y vívida de las playas valencianas.
La importante huella sorollesca queda reflejada en artistas que, como José Mongrell (35111762) alcanzaron un nivel de excelencia mucho mas allá de las consideraciones simplistas que los reducen a meros discípulos.En este sentido, el artista absorberá las enseñanzas de sus antecesores sin perder ese carácter mas clásico y disciplinado que le otorgará una identidad propia. Los paisajes de Mongrell trabajados con verdadero esmero, se convierten en el escenario idóneo para mostrar la dignidad de unos personajes comunes que, desempeñando sus quehaceres diarios se erigen como verdaderos héroes de la modernidad. La solidez de sus protagonistas, combinada con la calidez de su paleta y la agilidad de su pincelada, nos trasporta a la visión mas intima y vital del costumbrismo valenciano, desbordante como siempre, de la hipnótica luminosidad del mediterráneo.
Concluyendo este recorrido, merece la pena detenerse en este pequeño lienzo del pintor Navarro Llorens (35190842)quien, pese al influjo del luminismo levantino, siempre se manifestó con una impronta profundamente personal. En sus pinceles, las figuras ejecutadas con una libertad de factura mas pronunciada que la de sus antecesores, se funden entre bellas transparencias cromáticas con la claridad centelleante de un ambiente donde la luz, adquiere un valor plástico e incluso táctil.