Tauromaquia de Picasso.
Desde que, siendo niño, acompañara a su padre a ver las corridas en su Málaga natal, Picasso se sintió fascinado por el toreo. Tal fascinación atravesará toda la obra picassiana, manifestándose en series emblemáticas de aguatintas y dibujos.
El dibujo a tinta que Setdart pone en subasta pertenece a un periodo en que Picasso pasaba largas temporadas en Vallauris. En esos años, el genio malagueño era un habitual de la feria taurina de Nimes, a la que acudió por vez primera en 1947, invitado por su buen amigo André Castel, cronista taurino. El festejo nimeño reunía entonces a importantes personalidades del mundo del arte y la literatura. Celebridades como el escritor y etnógrafo Michel Leiris y el pintor Jean Cocteau se dieron cita en tan emblemático ruedo, entablando con Picasso una intensa amistad que perduró a lo largo de los años.
Picasso renovó radicalmente su representación de la tauromaquia, inspirándose en los espectáculos a los que asistió. Inmortalizó infinidad de instantes de la corrida en sus dibujos creados con tinta y haciendo gala de un pulso enérgico y audaz: desde que el toro pace plácidamente en el campo hasta que sale de la plaza arrastrado por la cuadrilla de mulas, el paseíllo, los pases de muleta, la suerte del rejón, la salida de los cabestros, la cogida del torero, las banderillas, el picador…
El interés de la obra que nos ocupa se ve acrecentado por el hecho de que Picasso no se limitó a aplicar la tinta en color negro mediante pincel, sino que impregnó sus propias huellas dactilares en tintura para, posteriormente, aplicarlas sobre el papel. Mediante este recurso efectuó muchas de las caras de los personajes, una técnica vital y tremendamente instintiva equiparable a la personalidad del propio Picasso.
Certificado por los hijos de Picasso, Claude y Maya, este dibujo fue regalado por el propio artista a André Castel. Posteriormente, formó parte de la colección del célebre psiquiatra Dr. Sarró. Fechado en Vallauris, el 3 de marzo de 1951, ha sido reproducido, entre otras publicaciones en: el catálogo de la exposición “Tauromaquias de Picasso, Dalí y Goya”, 2012, Prada; en “La Tauromaquia: Goya y Picasso and the Bullfight”, Selma Reuben Holo Verna Posever Curtis, Editorial Milwaukee Art Museum, 1986, pág.70.
PABLO PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973). Creador del cubismo junto con Braque, la pintura de Picasso supuso un punto de inflexión en la historia del arte. Inicia sus estudios en 1895, en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Barcelona, y tan sólo dos años después realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. Tras varias estancias cortas en París, Picasso se instala definitivamente en la capital francesa en 1904. Tras sus periodos azul y rosa, desarrollados en los primeros años del siglo, el pintor inicia sus ensayos geometrizantes en 1906, durante una estancia en Lérida. Un año después empieza a pintar “Las señoritas de la calle Avinyó”, y en 1909 entra en contacto con Braque y se inicia su periodo cubista. Durante la segunda década desarrolla su etapa clásica, y realiza sus famosos decorados para los ballets rusos de Diaghilev. En 1936 es nombrado director del Museo del Prado por el Gobierno de la República Española, y un año más tarde pinta el “Guernica”. El definitivo reconocimiento internacional llegará en 1939, a raíz de la retrospectiva que le dedica el MOMA de Nueva York. Durante las décadas siguientes se le dedicarán muestras antológicas por todo el mundo, en Roma, Milán, París, Colonia y Nueva York, entre otras muchas ciudades. Está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.