Dibujo de Picasso, el escultor y la modelo.
Uno de los temas recurrentes en la producción picassiana fue la del artista y la modelo. Lo vemos en los grabados de la Suite Vollard, en pinturas de los años sesenta, y en dibujos a tinta como el que nos ocupa.
Esta obra original de Picasso procede de los herederos de Joan Junyer, un artista muy allegado al pintor malagueño, al que vemos aquí representado junto al pintor y a Maria Thérèse Walter, la musa y pareja de Picasso en aquellos años (el dibujo está fechado en 1931). De la amistad de Junyer y Picasso se conservan infinitas cartas y regalos como este dibujo que el maestro dedica a su protegido.
Los tres personajes están sumidos en sus propios pensamientos, y sus miradas no se cruzan. El perfil barbado, de suaves rasgos, de Junyer, se recorta en la parte derecha del primer plano. En segundo término, la musa desnuda ladea su cabeza en actitud pensativa, y detrás de ella Picasso se representa a sí mismo como un artista joven. La línea ondulante que modela los cuerpos con gran economía expresiva nos revela que está viviendo una etapa feliz y reposada. Alejado del expresionismo y del cubismo de juventud, ha ingresado en una etapa permeada por un clasicismo de raigambre mediterránea. Con el tema del escultor y su modelo, Picasso reflexiona sobre el conflicto irresoluble entre el arte y la vida.
A pesar de que a principio de los años treinta, Picasso estaba cortejando la corriente surrealista en sus obras más conocidas, el dibujo fue siempre para él una vía más privada e intimista de mantenerse ajeno a la experimentación vanguardista, por lo que dibujos como el que nos ocupan gozan de una cadencia intemporal y eterna.
PABLO PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973) Creador del cubismo junto con Braque, la pintura de Picasso supuso un punto de inflexión en la historia del arte. Inicia sus estudios en 1895, en la Escuela Provincial de Bellas Artes de Barcelona, y tan sólo dos años después realiza su primera muestra individual, en el café “Els Quatre Gats”. Tras varias estancias cortas en París, Picasso se instala definitivamente en la capital francesa en 1904. Tras sus periodos azul y rosa, desarrollados en los primeros años del siglo, el pintor inicia sus ensayos geometrizantes en 1906, durante una estancia en Lérida. Un año después empieza a pintar “Las señoritas de la calle Avinyó”, y en 1909 entra en contacto con Braque y se inicia su periodo cubista. Durante la segunda década desarrolla su etapa clásica, y realiza sus famosos decorados para los ballets rusos de Diaghilev. En 1936 es nombrado director del Museo del Prado por el Gobierno de la República Española, y un año más tarde pinta el “Guernica”. El definitivo reconocimiento internacional llegará en 1939, a raíz de la retrospectiva que le dedica el MOMA de Nueva York. Durante las décadas siguientes se le dedicarán muestras antológicas por todo el mundo, en Roma, Milán, París, Colonia y Nueva York, entre otras muchas ciudades. Está representado en los museos más importantes de todo el mundo, como el Metropolitan, el MOMA y el Guggenheim de Nueva York, el Hermitage de San Petersburgo, la National Gallery de Londres o el Reina Sofía de Madrid.