RAFFAELE TAFURI "Vistas del interior de la Basílica de San Marcos de Venecia", c.1910. En subasta
El esplendor bizantino asoma entre silenciosas sombras cuando uno franquea la entrada de la basílica de San Pedro, en Venecia. Este juego de dorados entre claroscuros y reflejos marmóreos ha sido recreado con maestría por Raffaele Tafuri en esta pintura formada por diez óleos.
En los tres lienzos centrales se representan, respectivamente, la nave principal y las laterales, con sus capillas y columnas de mármol coronadas por esculturas de santos, revestido el pavimento de mosaicos. Concretamente, a mano derecha, el presbiterio aparece fielmente reproducido con la línea de apóstoles, San Juan y la Virgen, custodiando el iconostasio. Los feligreses deambulan discretamente bajo las altas bóvedas, quedando empequeñecidos ante el esplendor sereno de la arquitectura
Las tablas alineadas en el cuerpo inferior y el superior muestran escenas extraídas de la majestuosa Pala de Oro, emulando el preciosismo de esta pieza de orfebrería basada en paneles de oro esmaltados con perlas, rubíes y zafiros.
Formalmente, la obra se enmarca dentro del subgénero de los interiores de iglesia, el cual tiene su origen en la pintura flamenca del periodo barroco, con representantes como Pieter Neefs (h. 1578 – 1656) o Hendrick van Steenwijk (h. 1580 – 1649). Estos pioneros establecieron, con diferencias estilísticas, una fórmula determinada para representar estos interiores contemporáneos de iglesia: composiciones amplias con puntos de vista altos que permiten ver tanto el suelo como la techumbre, figuras pequeñas utilizadas para aclarar la proporción de los elementos arquitectónicos, expresivos juegos de luz típicamente barrocos, minuciosa descripción de los detalles, perspectivas enfáticas que enlazarán con el posterior romanticismo.
Nacido en Salerno, aunque desarrolló su carrera en Venecia, Raffaele Tafuri (Salerno, 1857–Venecia, 1929) fue un pintor especializado en el paisaje, aunque también abordó temas de figura, siempre con un personal lenguaje de herencia romántica y academicista, que incorporaba la influencia de sus maestros, mostrándose así heredero de las tradiciones napolitana y veneciana. Su paleta brillante se deja ver especialmente en sus acuarelas, un medio que utilizó para el diseño de postales. Muchas de sus estampas cromolitográficas muestran escenas venecianas de factura suelta, aunque también realizó postales navideñas que denotan una fuerte influencia del Art Nouveau. A lo largo de su carrera, Tafuri se dio a conocer a través de exposiciones individuales y certámenes oficiales, destacando entre las primeras la celebrada en la galería Pesaro de Milán en 1918. También tomó parte en las Exposiciones Internacionales de Arte de la Ciudad de Venecia, en sus ediciones de 1895, 1905, 1907, 1909, 1910 y 1914.