El dibujo es una de las técnicas artísticas con mas tradición dentro de la historia del arte y sin embargo no fue hasta finales del siglo XIX que se le reconoció como una forma de expresión artística independiente y de pleno derecho Hasta entonces, estuvo relegado a un segundo plano en relación a la pintura y considerado como una simple herramienta del artista en el proceso de creación de la verdadera obra de arte.
Desde Setdart hemos querido atorgarle la importancia que se merece con esta subasta especial en la que se reúne un magnifico conjunto de dibujos y acuarelas de artistas tan diversos como Julio González, Balthus, Joaquim Mir o Albert Gleizes. .
Entre la colección destacan cinco dibujos de Julio González, considerado uno de los artistas fundamentales en el desarrollo de la vanguardia del siglo XX . A pesar de ser más reconocido en su faceta como escultor, sus dibujos nos permiten descubrir al Julio más genuino, a ese artista que supo buscar y encontrar nuevos caminos que plasmaran la ruptura y la osadía de la época. Gracias a ellos es posible adentrarse en el apasionante mundo de González a la vez que nos demuestran su excepcional e ilimitada capacidad artística. Sus figuras femeninas captadas con enorme destreza y delicadeza denotan el vigor de su dibujo y la seguridad con la que el artista usa y dispone los volúmenes sin perder un ápice de la frescura e intimidad que deben desprender.
Otra de las piezas a destacar es este dibujo realizado por uno de los artistas más singulares del siglo XX: el Frances Balthus Tanto en sus dibujos como en sus oleos se manifiesta su predilección por el arte figurativo y muy en concreto por la representación de la figura humana. En este caso, Balthus representa un par de niños situados en una entorno inconcreto despojado de cualquier referencia espacial con el que consigue suscitarnos un alo de misterio. Con este dibujo podemos evidenciar una de las constantes que marcaran su obra: las imágenes de Bathus encarnan conceptos a priori contradictorios como tranquilidad y tensión, misterio y realidad o erotismo e inocencia, a partir de temas absolutamente cotidianos . Su estilo alejado de cualquier etiqueta, es fruto de un conjunto de influencias que van desde los pintores prerenacentistas como Giotto a los tardoimpresionistas como Seurat. El resultado es un obra tremendamente personal, llena de silencios y ambigüedades.
En otro plano completamente distinto encontramos este dibujo de Joaquim Mir en el que ya se puede entrever la pureza que respira su obra. Con el uso únicamente del carboncillo Mir define esta escena donde las lavanderas se disponen a limpiar los ropajes en la orilla del río junto a los patos. Este escenario le permite, a través de impetuosas líneas llenas de frescura y decisión, captar la esencia del momento con una impronta plenamente naturalista .
No podemos dejar de mencionar la obra de Marie Laurence y este delicado rostro femenino. Esta pintora grabadora y diseñadora teatral francesa es hoy en día, conocida como una de las pocas mujeres que integraron el movimiento cubista , entre las que destacan Sonia Delaunay, Marevna Vorobev y Franciska Clausendel. En la década de los años 20 Marie empezó a dibujar figuras femeninas de aspecto etéreo como la aquí nos ocupa. Su estilo ,marcado por unos trazos suaves y fluidos que componen alargadas formas femeninas le llevaron a ocupar un lugar privilegiado en el París de la época hasta llegar a convertirse en retratista oficial del mundo del estilismo femenino pintando a mujeres tan celebres como Coco Chanel.
Por último destacaremos “Autorretrato con tertulianos en el café” (portada) realizado por Eliseo Meifrén. En este, es evidente la influencia que ejercieron en el pintor los viajes a París y el aire de modernidad que se vivía en la ciudad . En su segunda estancia en la capital francesa realizó múltiples dibujos y acuarelas de vistas de la ciudad y de los cafés en los que se reunían con los que obtuvo gran acogida por parte de la crítica y el público galo.
Completan la colección dibujos tan especiales como el de Albert Gleizes en su etapa cercana al impresionismo, el modernista Xavier Gosé, el retrato de Lluis Marsans en homenaje a Marcel Proust o el rotundo pero delicado rostro femenino de Roca Sastre entre otros.