La Torre Eiffel Pop Art de Manolo Valdés
En esta obra, datada poco antes de la desaparición de El Equipo Crónica, Manolo Valdés realiza una personal síntesis de las vanguardias históricas. La Torre Eiffel, símbolo por excelencia de la modernidad y el cosmopolitismo, denostada en el momento de su construcción, apreciada hoy por hordas de turistas, se convierte en el motivo central alrededor del cual gira la composición, una elección temática que entronca con el Pop Art y la cultura de masas. La lluvia cae sobre ella, en trazos rectilíneos que imprimen una marcada direccionalidad a la composición, un pausado movimiento, un dinamismo que evoca los recursos plásticos, cinéticos, del Futurismo. Tras la lluvia se adivinan, además de la estructura de “mecano” gigantesco de la torre, edificios, personajes y parques, diseccionados y sintetizados en planos geométricos que sin duda se inspiran en la pintura analítica de los cubistas.
Los últimos decenios del siglo XX y los primeros del siglo XXI plantean con frecuencia un importante interrogante a los artistas: ¿Cuál ha de ser la ruta de la pintura en la actualidad?, ¿que ha de contar el arte y a través de qué medios plásticos? Las experiencias de las vanguardias, desde el dadaísmo al suprematismo llevaron a la disolución de la pintura, a su “defunción”. Tras unos 20000 años de historia, los que median entre los extraordinarios bisontes pintados por el Maestro de Altamira en su recóndita cueva y el “Cuadrado blanco sobre fondo blanco” del rusoKazimirMalévich, parece que la pintura ha contado todo lo que tenía que contar y ha agotado sus formas para hacerlo.
En este contexto grupos como el español Equipo Crónica, fundado por Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo a mediados de los años sesenta, se plantean, justamente, contar la actualidad a través de la revisión ácida, crítica, irónica, de la obra de los grandes pintores del pasado. Recuperan, así, a los grandes representantes de un arte supuestamente difunto (Velázquez, el Greco y otros), para contar la realidad española de las últimas décadas del franquismo. Obvian el informalismo y la abstracción tan en boga en toda Europa y mezclan en una atrevida amalgama la pintura del Siglo de Oro español con imágenes de la prensa, en un arte figurativo y provocador, que no renuncia a contar cosas e incluso denunciar una realidad incómoda.